LAS CULTURAS POLÍTICAS DEL MÉXICO DE HOY

Por David Cuen


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Tratar de hablar de la cultura política (1) que los mexicanos tienen el día de hoy, resulta absolutamente pretencioso. No se le puede estudiar con un corte arbitrario en el tiempo porque la propia cultura política es un concepto subjetivo. En todo caso, apuntar los elementos que están conformando la construcción de la(s) cultura(s) política(s), es un ejercicio posible aunque no carente de riesgos.

Así pues, intentaré esbozar los indicadores que están interviniendo en la construcción de la cultura política en México y especularé (de manera por demás arbitraria), hacia donde se está moviendo dicha cultura política.


Importancia del Tema

El interés por la cultura política (como bien han señalado diversos estudios), reinvadió las ciencias sociales con la llegada de la década de los noventa. Con la aceptación casi generalizada de la democracia como mejor forma de gobierno (tras la desaparición del bloque socialista) se hizo necesaria la construcción de una cultura política democrática que arraigara entre la población un conjunto de valores que impidieran el regreso de formas antidemocráticas de gobierno.

El ascenso de regímenes democráticos en Europa Oriental y en América Latina replantearon el tema de la cultura política como forma de indagar qué tan asimilados estaban los valores de la democracia entre la población.

Mucho se ha escrito acerca de la necesaria relación entre el gobierno democrático y los valores e ideales de la democracia. (2) En efecto, se ha llegado a afirmar que entre más arraigada esté entre la población la cultura democrática, más estable será el régimen. Por el contrario, mientras menos se asimilen dichos valores, el régimen democrático tenderá a ser más inestable.

La construcción o consolidación en su caso de la cultura democrática se ha vuelto hoy uno de los objetos de estudio más recurridos. Debemos tener en cuenta , como lo señala Jacqueline Peschard, que: "...al hablar de cultura política democrática, debemos entender que existe un esquema dominante que determina lo que podríamos llamar las premisas de una construcción cultural de la democracia."(3)

La cultura política no es homogénea, por el contrario, está conformada por lo que podríamos llamar "subculturas políticas". Calificamos de cultura política democrática aquella donde los elementos democráticos son más fuertes que el resto.

Un problema que se presenta frecuentemente cuando se estudia la subjetividad de la política es el de las técnicas de investigación. Algunos se inclinan a pensar que los sondeos de opinión y las técnicas cuantitativas de estudio, pueden ayudar a conocer la cultura política. Otros opinan que la cultura política sólo puede ser conocida a través de estudios cualitativos y de entrevistas a profundidad.

Sin embargo, es por demás pretencioso creer que mediante una investigación social pueda conocerse a plenitud la cultura política. Lo que sí puede lograrse es conocer los elementos que configuran uno o varios tipos de cultura política.


México en el espectro de la cultura política

En nuestro país se ha dado un "boom" en las investigaciones que han tratado de definir la cultura política de los mexicanos. (4) México ha sido estudiado como un país "sui generis" que aceptaba valores políticos tradicionales, al mismo tiempo que los cuestionaba. Sin embargo, nuestro país (respetando las obvias diferencias) se encuentra cada vez más cerca del contexto latinoamericano.

Dicha región se caracteriza por aceptar de manera amplia los valores e ideales de la democracia, pero al mismo tiempo muestra un enorme y creciente descontento con las formas habituales de hacer política.

En México los distintos estudios de opinión dan cuenta de dicho proceso. La mayoría de los estudiados cree que la democracia es la mejor forma de gobierno y que todos debemos sumar esfuerzos para llegar a ella. Sin embargo, el ciudadano también manifiesta que se encuentra "harto" de las formas tradicionales de hacer política, concepto al que aplica connotaciones negativas (corrupción, engaño, mentira, etcétera). (5)

Al mismo tiempo y de manera muy gradual, es posible observar que las prácticas políticas asociadas a la democracia encuentran cada vez mayor aceptación entre los ciudadanos, aunque dichas representaciones compartan una fracción del imaginario con otras que se resisten a dejar el autoritarismo.

Hay estudios que evidencian que a la vez que los ciudadanos solicitan a las autoridades mayor participación para ellos en los asuntos públicos, opinan que para resolver mejor los problemas de las comunidades es necesario designar a una sola persona que sea capaz de resolver los problemas.

Por otro lado, es evidente un cierto desfazamiento entre lo que el ciudadano común cree (su código ético), lo que dice que cree, y lo que realmente hace. Un sujeto puede creer que la democracia es la mejor forma de gobierno y puede decir que piensa votar en los comicios y en la práctica no votar y tener prácticas autoritarias.

Ante este tipo de situaciones cabe preguntarse ¿qué es la democracia para los mexicanos? y ¿en cuál de los niveles antes descritos podemos encontrar su cultura política? Los elementos que nos permitan definir la cultura política en México, debemos buscarlos en el código ético, en las respuestas y en las prácticas de los ciudadanos. Es decir, aunque las señales sean distintas y contradictorias en todos los niveles, todas las categorías forman parte de la cultura política. Cabe recordar ahora que la cultura política no es homogénea y que es precisamente su heterogeneidad lo que puede ayudarnos a ubicarla.

Asimismo, en estos niveles debemos rastrear la manera en que los mexicanos asimilan la democracia, pues teniendo estos elementos podremos aventurarnos a configurar la representación "mexicana" de la democracia.


Perspectiva general

Como hemos visto, el resurgimiento de los estudios sobre cultura política se ha dado con el objeto de construir o reforzar la cultura democrática para garantizar la gobernabilidad en los propios regímenes democráticos. Por lo mismo, identificar los elementos de la cultura política que se ubican en épocas de transición a la democracia, es fundamental para llevar a buen puerto la cultura democrática.

Asi como es muy importante llevar a cabo campañas intensas de educación cívica para arraigar entre la población los valores de la democracia, es vital que dichas campañas vayan aparejadas con mejores prácticas políticas. Es sumamente necesario lograr una perfecta armonía entre la realidad política nacional y la cultura política democrática.

Mientras los ciudadanos continúen observando mentiras, engaños y corrupción, ninguna campaña de educación cívica (por muy intensa y exitosa que sea), logrará arraigar entre la población los valores de una cultura política democrática.


NOTAS (1)Entendemos por cultura política aquella parte subjetiva que comprende, entre otras cosas, la percepción de valores, actitudes y creencias respecto de la política misma.

(2)Una buena disertación al respecto puede encontrarse en la conferencia de Norbert Lechner "Cultura política y gobernabilidad democrática" editada en México por el Instituto Federal Electoral en 1994.

(3)En La cultura política democrática, México, IFE, 1994, Cuadernos de Divulgación de la Cultura Democrática.

(4)Cf. Los mexicanos de los noventa (1995, UNAM); La reforma electoral y su contexto sociocultural (1995, IFE y UNAM); Los valores de los mexicanos (Alducín, Banamex, 1994), etc.

(5)Para no saturar este artículo con elementos estadísticos, recomendamos al lector interesado consultar los "datos duros" que se presentan en los textos "La reforma electoral y su contexto sociocultural" (IFE, 1995) y "Los mexicanos de los noventa" (Ulises Beltrán, et al, UNAM, 1995), entre otros.



El autor es egresado de la carrera de Ciencia Politica de la UNAM.
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