Génesis 11,1-9

La Torre de Babel


Indice

Introducción

Texto Bíblico

Contexto Histórico

DocumentoYahvista J

Documento Sacerdotal P

Geografía y Arqueología

Crítica Literaria

Características literarias de J

El texto en el cuerpo de la obra

Orígenes

Género Literar

Vocabulario más relevante

Mensaje Teológico

Comparación del texto en diferentes Biblias

Exégesis versículo por versículo

Conclusión

Actualización

Bibliografía

Notas



INTRODUCCIÓN

"No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero" dice San Pablo en Rm 7,19. Cada una de nuestras tendencias naturales, orientadas hacia el bien del hombre (individuo y comunidad humana), están constantemente expuestas a un desdoblamiento en su dirección. Se da pues, en el interior del hombre una tensión o desgarramiento producido por dos fuerzas antagónicas (no tanto es una fuerza, sino una debilidad): una fuerza dirigida a construir la persona y la comunidad; otra que apunta al placer individual y tiende a dividir al hombre interiormente y a separarlo de su relación propia con Dios y con la comunidad.

Los hagiógrafos del Antiguo Testamento, llegaron a concebir el drama del paraíso a través de una meditación etiológica, que buscaba las causas de la condición actual de la humanidad, contemplándola dentro de los esquemas de la historia de la salvación. Aquí es donde resulta fascinante el relato de la Torre de Babel, que marca la última parte de los orígenes de la humanidad, donde somos dispersos y divididos por causa del pecado. El hagiógrafo entendía perfectamente lo arriba descrito, ya que liga en el conjunto total de su obra, el hecho de Babel con la elección de Abraham.

Ahora nosotros debemos comprender la importancia de la necesidad de unión con Cristo. El Vaticano II no solamente afirma repetidas veces de manera genérica la voluntad salvífica universal de Dios (LG 13; NA 1; DV 7; etc.), sino además acentúa enérgicamente aquellos aspectos del misterio cristiano que suponen la llamada de cada uno de los hombres a la salvación. El diálogo con Dios no se describe únicamente como un don sobrenatural, sino como una exigencia de la existencia humana en el orden actual de la providencia (GS 19). Cristo es considerado como "principio de salvación para todo el mundo" (LG 17), ya que el Hijo de Dios, por su encarnación, se ha unido en cierto modo a todos los hombres (GS 21). La eclesiología también subraya la misión de la Iglesia a todos y a cada uno de los hombres. "Debemos creer que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de sólo Dios conocida, se asocien a este misterio pascual" (GS 22).

Y esto vale no solamente a los hombres que viven después de Cristo, sino de todos absolutamente, incluso aquellos que vivieron antes de su venida. Dios ofrece pues, su gracia por medio del E.S., a todos los hombres, y no deja de ofrecerla hasta el término de la vida de cada uno, incluso cuando la gracia ha sido rechazada. Por lo tanto, si el hombre se encuentra y permanece en la imposibilidad de evitar los pecados, esto no quita la responsabilidad: en efecto, el permanecer en esta situación de alienación depende de él, y al cerrarse, no puede entrar en el diálogo de salvación con Dios.

Presento en este trabajo en el Contexto Histórico a J, para centrarnos y saber en que tiempo se escribió el texto y a P para situarnos en su redacción final. Y me gustaría enfatizar que al leer el Mensaje Teológico, se tenga muy en cuenta lo escrito dentro del Vocabulario Más Relevante, ya que no quise repetir lo antes estudiado.



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Génesis 11,1-9


1Tenía entonces la tierra un solo lenguaje y unos mismos vocablos. 2Sucedió que, al emigrar los hombres desde el Oriente, encontraron una llanura en el país de Sinear y se establecieron allí. 3Se dijeron unos a otros: "Ea; fabriquemos ladrillos y cozámoslos al fuego". Les sirvió el ladrillo de piedra y el asfalto les sirvió de cemento. 4Dijeron después: "Ea; edifiquémonos una ciudad y una torre con su remate hasta el cielo y hagámonos un nombre, no sea que seamos dispersos sobre la superficie de toda la tierra".

5Bajó el Señor para ver la ciudad y la torre que habían edificado los hijos de los hombres. 6Dijo el Señor: "He aquí que todos ellos son un solo pueblo y un solo lenguaje; si es esto lo que comienzan a hacer, nada entonces les será imposible de todo lo que proyecten hacer. 7Ea; bajemos y confundamos allí su lenguaje, para que unos no entiendan el lenguaje de los otros". 8Después el Señor los dispersó de allí sobre la superficie de toda la tierra, y cesaron de edificar la ciudad. 9Por esto se llamó su nombre Babel, porque allí confundió el Señor el lenguaje de toda la tierra y de allí el señor los dispersó sobre la superficie de toda la tierra.




CONTEXTO HISTÓRICO


EL DOCUMENTO YAHVISTA

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El texto escogido para este trabajo es de la tradición Yahvista, al que llamaremos J. Es la fuente más antigua del Pentateuco. Comienza desde la creación del hombre en Gn 2,4b hasta la toma de posesión de Canaán por Israel en el primer capítulo de Jueces (teoría del hexateuco de von Rad), otros proponen que acaba en Nm 25.

La obra se escribió en el sur, en Judá, al final del reino de David y al principio del reino de Salomón a mediados del s. X a.c. y probablemente se acabó de escribir a la caída de Samaría en 722/721, porque el papel que juegan en J la agricultura y el culto, el poder nacional, el estado y la monarquía, ya no son pensables después de esta catástrofe. No se trata de una mera compilación, sino de una obra original que organiza y complementa una tradición más antigua.

El pueblo está totalmente sedentarizado, vive de la agricultura y las fiestas alegres que celebra son agrícolas. Reina la prosperidad. Se piensa que las promesas patriarcales y la alianza con Abraham se han cumplido en David. El imperio existe y todavía tiene su fuerza. El pueblo de las tribus puede confiar en su seguridad y mirar hacia el futuro con tranquilidad. El rey es llamado "Hijo de Yahveh", su "primogénito" y su "ungido". El centro de culto es Jerusalén. Hay una relación rey-culto, en la que hay una tentación de sacralizar el estado y dar por supuesto que los fines del estado y la voluntad de Dios tienen que coincidir. La monarquía tiene su lugar determinado por Yahveh dentro de la religión Yahvista y de ella deriva su legitimación.

El Dios de Israel es un Dios Universal. La historia de Israel, historia de salvación, deberá culminar con la historia de salvación de toda la humanidad. El Dios de Israel creó la humanidad, escogió a su pueblo y a través de éste llegará a salvar a todos. Dios actuará con los hombres dependiendo de la postura que adopten frente a las personas que él ha bendecido, este es un antecedente de la bendición de Abraham a la humanidad más alejada. Por lo tanto no es necesaria la descendencia de sangre respecto de los antepasados de Israel, sino de una descendencia de espíritu, una relación con el Dios de Abraham.

El núcleo y resumen de la obra Yahvista se encuentra en Gn 12, 1-3, sirve como puente entre el ciclo de los orígenes y el ciclo patriarcal.

Yahveh lleva a la salvación, este es el tema principal del Yahvista, la guía divina. La idea de estar bajo la dirección de Yahveh se destaca mucho más que la promesa de bendición (hay otro punto de vista en el cual también se dice que lo más importante es la promesa de la tierra). El pueblo vio en Yahveh un aliado, que lo acompañaba y mostraba su poder contra los enemigos. Dios para J interviene en la historia en modo directo.

J es un fiel guardián de la tradición Israelita. Israel ha sido sacado de Egipto para recibir la alianza del Sinaí. Como señal visible, la alianza está orientada a guiar al pueblo hacia Canaán. El pacto de Yahveh vincula al pueblo sólo con Yahveh.

J no creó los relatos patriarcales, sino que se basó en tradiciones anteriores. Las promesas hechas a los patriarcas se centran más en la descendencia que en el suelo. Están más centrados en la sucesión patriarcal, la herencia de las promesas y en la bendición divina, que en la conquista. Insiste la herencia monárquica dentro de la descendencia de David, pero no necesariamente la primogenitura. Al estar Yahveh con David, J pudo expresar la historia religiosa de su pueblo y la historia de salvación de toda la humanidad dentro de un marco unitario.




EL DOCUMENTO SACERDOTAL



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La redacción sacerdotal no puede entenderse más que en el marco del choque profundo que supuso el exilio de Babilonia y la caída de Jerusalén en el 587 a.c.. Aquí es cuando se fija la redacción del Pentateuco tal como la conocemos y la historia sacerdotal, antes del final del exilio en el año 538 a.c.

La masa importante de cautivos transferidos a Babilonia tuvo que enfrentarse con problemas religiosos enteramente nuevos. No se trataba ya de regular la vida y las diferencias entre individuos en la tierra de Canaán, ni de hacer funcionar o reformar las instituciones estatales o monárquicas, de forma que se mantuviese en Israel la religión de Yahveh establecida por Moisés. Había que organizar en suelo extranjero la vida de la antigua comunidad, dispersada ahora entre las naciones, sometida a un monarca universal pero pagano, sujeta a la seducción de cultos prestigiosos. Una misma sangre, tradiciones comunes, un clero auténtico: tales eran las únicas bases que podían asegurar la perennidad de la vida religiosa en un Israel cautivo que no constituía ya ningún Estado, ni era aún una Iglesia. Está síntesis da a las instituciones religiosas de Israel un valor universal al insertarlas en un marco de historia general que una teología de la presencia divina y sus exigencias dirige. El estilo será, pues, seco, el vocabulario preciso y técnico como el de un catecismo; unas cifras permitirán precisar los cuadros del pensamiento. En fin, como transfondo, habrá la fe en la ley de Yahveh y la esperanza del retorno a su tierra santa.

"La época de la última redacción de estos textos que dan el sello a la torah es, la del principio del segundo templo, la sanción de la reorganización del culto antiguo a la par que renovado. Mientras que la historia sacerdotal está redactada en Mesopotamia y define estatutariamente el nuevo éxodo, estos textos son una redacción palestina de antiguas costumbres, puestas al día en función de la nueva luz aportada por los grandes profetas a la revelación mosaica en la que se había fundado el pueblo. Los profetas del retorno de la cutividad nos dan ecos de los problemas planteados por la restauración".1

La ideología monárquica ambiental de J se modifica profundamente en función de la elección de los patriarcas, prototipo y garante de la elección del hijo de David, y de la revelación hecha por Moisés en el Sinaí. La vida del pueblo ya no se centra en la persona del rey y en sus órdenes, sino en la presencia del Señor en su santuario, en el que los israelitas tienen que acudir a tributarle culto durante las fiestas litúrgicas. Vemos a Moisés confiando el sacerdocio a los levitas, al que están vinculados Sadoq y los sacerdotes guardianes del arca de Sión. Alrededor de este santuario, edificado por el hijo de David, se desplegará este esfuerzo de cristalización de las antiguas tradiciones incluso de las que primitivamente se habían desplegado alrededor de Siquem o de Silo. Estas últimas eran tanto más preciosas cuanto que conservaban más pura la herencia de Moisés a través de los fracasos de la monarquía.

"P cuenta con una clase de lectores que no quieren ser formados, sino que se preguntan acerca de la relación de Dios con el mundo, con los hombres, acerca de las disposiciones divinas sobre los pueblos y, sobre todo, acerca de la relación de Israel con Dios".2

"Si tenemos presente el modo absolutamente no-sacro, casi profano, con el que J describió la actuación de Dios en la historia, nos damos cuenta enseguida de la diferencia fundamental entre J y P, el documento sacerdotal se esfuerza en legitimar las disposiciones sagradas. Proporciona seguridad teológica a esas disposiciones, importantes para su época, mostrando en un desarrollo histórico las disposiciones y revelaciones histórico-salvíficas que corresponden a aquellos ritos, usos elementos de la fe. Así pues toda la tradición, con cada uno de sus materiales particulares, vuelve a ser trasladada en P a la espera de lo sagrado. Pero sin embargo alienta desde ahora en P un pensar sacerdotal sagrado de tipo muy distinto al de las antiguas tradiciones cúlticas antes de ser recogidas por J. El documento sacerdotal se diferencia de ellas, si se puede hablar así, por la falta de la simplicidad religiosa que aquellas tenían. Ahora una reflexión teológica de gran estilo ha elaborado los materiales. Esta visión teológica abarca la totalidad desde la creación hasta el tabernáculo de Silo. Por tanto el deseo de legitimar todo un modo sagrado no se agota, como en aquellos antiguos materiales cúlticos, comunicando certeza a cada uno de los usos; no, P dibuja una historia total en la que el obrar salvífico de Dios se va haciendo visible a cada paso. Pero esto significa que P, a su modo, a asumido aquel conocimiento decisivo que tenía J del obrar sistemático de Dios en la historia y sus grandes conexiones. Sin embargo, en comparación con J, se puede hablar de un movimiento regresivo tanto en E como en P. La visión de J era ciertamente una necesidad para la vida de fe veterotestamentaria, pero no pudo ni quiso derogar las ordenaciones cúlticas divinas de Israel. En P impera evidentemente una tendencia a la restauración; idea que enlaza muy bien con la hipótesis de que el documento surgió en el tiempo de la restauración situado entre Josías y Esdras.

Ninguno de los estadios intermedios del interminable proceso de formación de esta obra ha sido realmente superado; de cada fase ha quedado algo y ha sido transmitido como apetencia permanente hasta la configuración última del hexateuco".3

Lo más importante que quiere P es su empesinado esfuerzo para no caer, para poner de pie al pueblo. Reinicia su propia historia con el mensaje de levantarse. Debe volver a presentar quien es Dios. Dios es creador- liberador. Hecha a andar la historia buena en Gn I, domina el caos y crea armonía. Dios no actúa solo sino en cooperación, por eso las alianzas.


GEOGRAFÍA Y ARQUEOLOGÍA



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La geografía bíblica no empieza en Palestina, sino en el valle del Éufrates. Ur cae hacia el sur y Jarán hacia el norte de un amplio arco que traza el valle del Éufrates. Podemos completar este mismo arco desde el oeste de Jarán a la costa siria y luego por el sur hasta Egipto. Esto nos da la imagen de una media luna con sus extremos en los golfos Pérsico y de Suez, con su mitad extendiéndose a lo largo de la actual frontera turca. Esta franja recibe el nombre de Creciente Fértil.

La existencia de agua determinó el establecimiento de centros agrícolas o sedentarios, pero al mismo tiempo condicionó el trazado de las rutas comerciales.

La región de la cuenca del Tigris-Éufrates, cerca del golfo Pérsico, es llamada en Gn 10,10 Tierra de Senaar. Esto significa país de los Sumerios, antiguos ocupantes no semitas de aquella región. Cerca de Ur se hallaba Uruk, la Erek del mismo versículo anterior.

A partir de ca. 2500, los amorreos, semitas (occidentales, por proceder del sur de Arabia o de Siria, al noroeste), comenzaron a invadir Sumer. La más importante de las dinastías semíticas establecidas en esta zona tuvo su centro en Babilonia, unos 250 Km. al noroeste de Ur. Muy al este de la región que hemos descrito cae la región montañosa de Persia.

Babilonia es un término con que se designa propiamente la baja Mesopotamia, un territorio más bien reducido en un principio (unos 30,000 Km. cuadrados). su población era semítica en parte (acádicos, en el norte), y asiática el resto (sumerios, en el sur).





CRÍTICA LITERARIA


CARACTERÍSTICAS LITERARIAS DE J



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J posee un vocabulario, rico y evocador, sin tecnicidad. Le gustan las expresiones concretas, con sabor a terruño. Con pocos rasgos sabe calar a un personaje (la magnanimidad de Abraham, la astucia de Jacob y la avaricia de Labán). Es un psicólogo al que interesa el fondo del corazón humano, tanto en sus debilidades como en sus aspiraciones. Casi siempre es a él a quien cabe atribuir las escenas de psicología femenina. Es sobre todo, un incomparable narrador.

La historia yahvista es una historia de un género particularísimo; es un relato compuesto no tanto por una trama continuada (aunque exista) como por las escenas cada una de las cuales posee su unidad, y de las tradiciones relativamente bien localizadas reunidas por un historiógrafo; este último respetaba los datos, pero tenía que darles un sentido agrupándolos.

J posee en sumo grado el don de hacer vivir a sus personajes y poner de relieve su vida y sus caracteres. No se han podido superar sus relatos en gracia y soltura; todo lo dice con la precisión requerida, con el detalle pertinente.

Los textos de J son preponderantemente en el Génesis, es aquí donde se hallarán las características literarias y teológicas. Se propones cinco divisiones de la trama del relato yahvista (historia primitiva, Abraham, Isaac y Jacob, Judá y José y Moisés).

El documento Yahvista es el que contiene las profecías sobre el Mesías: El protoevangelio de Gn 3,15 que anuncia la salvación por la descendencia de la mujer; la profecía de Jacob sobre Judá; las profecías de Balaam sobre un héroe mayor que Agag y sobre el astro salido de Jacob.

El modelo literario que escogió J para la narración e la protohistoria fue la Epopeya de Atra-Jasis, el "Sapientísimo". Este texto ya estaba difundido en Babilonia y en Fenicia, trataba en un único conjunto la creación del hombre, su sujeción, su multiplicación, las plagas con que había sido afligido, en particular el diluvio y la repoblación de la tierra gracias al "Sapientísimo", favorito de Ea, el dios sabio.

Para desmitificar sus modelos literarios, el yahvista utilizó primero, la cultura de sabiduría de su tiempo, especialmente babilónica, pero también egipcia y fenicia y quiere insertar las aspiraciones del hombre a la vida y la respuesta que propone en nombre de Yahveh, Dios de Israel , en el universo concreto tal como los escribas de su tiempo lo conocían. Pero añade algunas notas sapiensales, tal como los humanistas de su tiempo las redactaban para expresar la búsqueda de la felicidad (el árbol de la vida, la serpiente, la disputa entre el labrador y el pastor).

Para desmitologizar el antiguo fondo de cultura religiosa babilonia y cananea, emplea en efecto, tradiciones nómadas. Su jardín es un oasis en la estepa, y el trabajo del suelo, un trabajo penoso en comparación con el de recoger frutas.

El trabajo de nuestro historiador estaba lleno de obstáculos, lo que nos lleva a admirar el movimiento y el equilibrio con que realizó esta presentación del dinamismo de la humanidad, en sus progresos (viña de Noé, invento de las artes) y en sus desviaciones (poligamia, borrachera, relaciones incestuosas), antes de que llegue la bendición de Yahveh sobre Abraham.




SITUAR EL TEXTO EN EL CUERPO DE LA OBRA

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El Génesis se divide en cinco grandes bloques:


· ORÍGENES: Capítulos del I al XI

· CICLO DE ABRAHAM: Capítulos XII al XXIII

· CICLO DE ISAAC: Capítulos XXIV al XXVII

· CICLO DE JACOB: Capítulos XXVIII al XXXVI

· CICLO DE JOSÉ: Capítulos XXXVII al L

Nuestro texto se sitúa al final del ciclo de los Orígenes.


ORÍGENES:

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Una introducción era necesaria para situar a Abraham en medio de las naciones y precisar el alcance de su bendición, describiendo la maldición que parecía pesar sobre el suelo y la vida humana.

En esta fronda espesa de expresiones coloreadas y dramáticas de la vida humana y su expansión, nuestro teólogo tenía que abrirse un camino difícil. Tenía que equilibrar cuidadosamente en su narración los símbolos complejos de su tiempo como lo habíamos comentado anteriormente y al mismo tiempo tener en cuenta el modo cómo Abraham, cuya fe compartía, se había presentado históricamente en este Oriente Medio que tuvo que recorrer antes de que se fundara en él el estado monárquico israelita.

Todos los materiales que ha reunido, con toda su vastedad, sólo están al servicio de una cosa: mostrar la perdición que viene al mundo a causa del pecado; y no se podría decir que sea el único modo de considerar el asunto, sino más bien que es una afirmación vinculada a una fe totalmente determinada. "Tampoco se agota la intención del autor en dejar sentada la solidaridad que une a todos los hombres en el pecado, sino que además dibuja de forma implacable la perturbación que en las bases existenciales del hombre, e incluso en su constitución psíquica, provoca su primer rechazo consciente de Dios; por eso, si el hombre está expuesto las múltiples formas de sufrimiento de la vida, se explica por haberse apartado de la comunión con Dios".4

Junto con el abismo que hay entre Dios y el hombre, da testimonio del crecimiento secreto de la gracia. La historia de la caída en el pecado; la historia de Caín; la historia del diluvio, muestran al mismo tiempo el obrar salvífico de Dios perdonador y paciente. Sólo en la historia de la construcción de la torre, cuando los pueblos se destruyen y se ha perdido la unidad del género humano, la última palabra parece ser el juicio de Dios. Pero en ese momento engrana la protohistoria con la historia de la salvación: Abraham es llamado de entre la multitud de los pueblos y se le promete la bendición de que "en el serán benditas todas las generaciones de la tierra". El alargar la duración de la protohistoria hasta llegar a la creación misma no es algo ornamental. La protohistoria y el comienzo de la historia de la salvación se compenetran mutuamente de modo indisoluble. Da la etiología de todas las etiologías de Israel y se transforma en ese momento en un verdadero profeta. Gn 12, 1 s, no es una unidad completa, sino una pieza de unión creada ad hoc y, en virtud de esta propiedad, transformada en receptáculo de las últimas afirmaciones de la fe.

Ninguno de los documentos contempla la creación en sí mismo, sino que la insieren en el curso de la historia, conduciendo a la vocación de Abraham y termina en la conquista de la tierra, la novedad de J fue la libertad que se tomó al colocar delante de la tradición la prehistoria de toda la humanidad. La creación es una acción histórica de Yahavé, una obra dentro del tiempo; si la historia de la creación se halla en el tiempo, entonces deja de ser para siempre un mito, una revelación atemporal que tiene lugar en el movimiento cíclico de la naturaleza. Si el mundo comenzó a existir por la libre voluntad de Dios, es su propiedad exclusiva y Dios es su señor.

En el A.T. los acontecimientos del tiempo protooriginal no se eternizan, como en los mitos, sino que desembocan en la historia, para llevar a un nuevo principio.Los orígenes son la consignación escrita de una larga reflexión de Israel, una mirada retrospectiva desde el presente al primitivo pasado, una tradición que ha sido transmitida y desarrollada oralmente, poco a poco, durante mucho tiempo. El redactor definitivo, ha sabido respetar, al admitir la tradición antigua, la tensión que existe entre el concepto más primitivo de Dios y el más reciente, así podemos percibir mejor el hecho de la evolución de la revelación. A través de su ser personal, el hombre puede actuar y responsabilizarse ante Dios. Puede ser su socio en un contrato, de tal modo que Dios puede hacer con él una alianza.

La historia de Caín y Abel se ha situado al comienzo de la historia de la humanidad, con la intención de ilustrar el crecimiento del pecado y de proclamar nuevamente y con fuerza la libertad de decisión del hombre. La introducción al relato del diluvio describe con rasgos impresionantes el crecimiento del pecado. Es tan inmenso que el castigo de Dios se hace inevitable. El relato de diluvio no quiere hacer afirmaciones históricas, sino teológicas. Dios está dispuesto a dar la vida al justo, así como a mandar la muerte al injusto. Si se compara este diluvio con el primer caos es para demostrar que el aumento de pecado se opone tanto al deseo de salvación del Creador que puede hacer que todo se hunda nuevamente en el caos primitivo. Tampoco después de este castigo tan terrible acaba el pecado. El relato de la construcción de la torre de Babel no es solamente la respuesta al folklore hebreo al problema de la evolución de los idiomas. Lo que quiere explicar es que la multiplicidad de lenguas es un medio del que se sirve Dios para poner límites a la ambición del poder humano. De la desgracia no es culpable Dios, sino únicamente el hombre. Dios está siempre reiteradamente dispuesto a frenar el mal y a crear la salvación. Sólo al final de la protohistoria, al principio de la historia de la salvación propiamente dicha, surge un hombre sobre el cual se derrama luz en tanta oscuridad, gracia de tanta desgracia: Abraham, el patriarca de Israel, que recibe la promesa divina de que él y sus descendientes, y a través de él todos los pueblos recibirán la bendición.

Tanto J como la redacción final, están de acuerdo en que el hombre ha sido creado bueno por Dios e incorporado a un estado de salvación y que ha sido el hombre el que se ha hecho culpable de sus propias desgracias.



GÉNERO LITERARIO

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El género de nuestro texto es Etiológico y tiene una parte (la cual es una división del género etiológico) donde se usa la etimología "popular", donde se le una interpretación de un nombre por su significación pero jugando con las palabras o con algún verbo, no estudiando minuciosamente la raíz nominal o la historia semántica.


GÉNERO ETIOLÓGICO:

La escritura presenta, en ocasiones, relatos en los que se dan explicaciones de las causas (aitía = causa) de los hechos que se narran. Generalmente son hechos de trascendencia, pero otras veces son hechos chocantes o interesantes al propósito del hagiógrafo. El autor, o sus fuentes, si no encuentra la causa verdadera del mismo, o le busca una causa desde la perspectiva religiosa de su esquema teológico o utiliza la explicación popular, folklórica, que estaba en curso, con el fin de sacar de ella el partido que le interesa.

El origen de estas concepciones "etiológicas" es, generalmente, el hecho de encontrarse ante el desconocimiento de la causa de un hecho o narración y el interés de buscarle una justificación genética o de presentar un relleno al cuadro que se describe. Unas veces ésta es la mentalidad infantil, folklórica, propia de pueblos y horas primitivos; otras se la supone por la narración del cursus literario; otras se la adorna y matiza, aun siendo, fundamentalmente, histórica la narración; otras son de auténtica valoración histórica y doctrinal.

La concepción "etiológica" de los relatos bíblicos no prejuzga ni niega la historicidad de los mismos. Puede ser el relato histórico y no ser ni histórica ni científica la "etiología" que se da de la misma, ya que el autor la busca por los motivos antes dichos y desde una perspectiva literaria didáctico-teológica. Lo mismo que pueden ser históricos, en dosis más o menos grandes, el relato bíblico y su "etiología". Es el análisis de cada caso el que puede dar la solución y valor histórico o científico de la "etiología" que se le asigne.

Si ahora queremos considerar más de cerca el papel de las etiologías en la historia sagrada, hallaremos que una parte de ellas sirve para explicar un determinado estado de cosas que tienen importancia para la religión, aduciendo su verdadera causa. Así por ejemplo, las fatigas, las penas y la muerte nos la explica la narración de la caída de nuestros primeros padres. Esta búsqueda racional de los orígenes, que son el fundamento mismo de la vida, despoja al mito de su simbolismo necesariamente extratemporal y lo priva así de su carácter suprahistórico.

Otras etiologías que relacionan nombres, costumbres, ruinas, montones de piedras, monumentos, árboles, fenómenos de la naturaleza u otras particularidades con estos relatos, no quieren explicar en sí mismos esas cosas, que sin estos acontecimientos (religiosos) relacionados con ellas no tendrían ninguna importancia para la historia soteriológica, o menor que los hechos relatados. En todo caso, estas particularidades sirven de recuerdo, de medios mnemotécnicos para despertar y fijar de nuevo los hechos de la historia sagrada en nuestra memoria.

A este fin sirven también los relatos etiológicos artificiales como hallaremos, por ejemplo, en el caso de la explicación dada por la etimología popular al nombre de Babel, como desorden, en relación con los respectivos hechos. De este mismo modo pudiera servir también un lugar de ruinas, aunque originariamente éste no tuviese nada que ver con el acontecimiento que ahora se relaciona con él. Es un medio apropiado para traerlo eficazmente a la memoria después que la voz del pueblo ha establecido esta relación. De semejante manera, por ejemplo, no tiene esencial importancia para nuestra piedad el que todos los lugares que hoy se nos indican y se veneran en Palestina como el teatro de los acontecimientos del N.T. sean auténticos; nuestra veneración tiene por fin a Nuestro Señor o a algún santo y al lo que por ellos y con ellos se ha hecho.

La "etiología" se puede dividir o clasificar en: Etimológica, Cultural, Etnológica, Geográfica, Geológica, Cultural, Teológica y Naturalística.5

VOCABULARIO MÁS RELEVANTE

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Estos términos se sacaron del (1) Diccionario de la biblia de Haag, van den Born y Ausejo y de (2) Vocabulario de Teología Bíblica de León-Dufour.

MUNDO

1+La idea que los escritores bíblicos tenían del mundo era la misma que la de los hombres de su tiempo y de su raza, se limitaban a las apariencias externas y no pretendían llegar a la esencia misma que ocultaban esas apariencias.

Busco a partir de esto:

Cosmos: El concepto de "mundo" o "universo" se expresa de ordinario por el "cielo y la tierra" y a menudo por "todo".Cosmos significa siempre el universo material, los bienes terrenos, mundanos, caducos y pasajeros; también los hombres que habitan en el mundo, la humanidad. Cosmos es sobre todo el ámbito (la humanidad) donde han penetrado la muerte y el pecado. "Ser del mundo" o del cosmos es una descalificación moral.

2+La designación corriente del mundo es la expresión "cielos y tierra"; la palabra tebel se aplica únicamente al mundo terrenal; los libros de la época griega hablan del kosmos. En la concepción bíblica de kosmos, las representaciones cosmológicas y cosmogónicas no constituyen sino un material secundario, puesto que al servicio de una afirmación religiosa esencial: el mundo, criatura de Dios, tiene sentido en función del designio divino de salvación, como también en el marco de este designio hallará su destino final. La creación del mundo inaugura el tiempo. La cosmología sagrada, ajena a todas las preocupaciones científicas y especulaciones filosóficas, sitúa al mundo en relación con el hombre: este emerge de el para dominarlo y lo arrastra su propio destino. La significación del mundo para la conciencia religiosa es doble: Como el mundo salió de las manos divinas, continúa manifestando la bondad de Dios. Pero también para el hombre pecador implicado en la tragedia del mundo significa la ira de Dios, a la que le sirve de instrumento. De esta doble manera se asocia el mundo activamente a la historia de la salvación. El rostro del mundo tiene una historia, que comenzó con el hombre para acabar en él.

 

TIERRA

1+El cielo y la tierra forman juntos el universo. A veces es triple y se menciona el mar (el gran mar universal que se extiende debajo de la tierra), y también "El cielo, la tierra y lo que hay debajo" (donde habitan Dios y sus ángeles, la tierra y la ultratumba). Como el cielo es el trono de Dios, así la tierra es el escabel de sus pies. Es propiedad de Dios por haber sido creada por El. La tierra ha sido dada a los hombres para habitarla. Por eso se utiliza la palabra tierra también para indicar los habitantes de la misma. La tierra es la sede y el origen de todo lo material, natural y pecaminoso.

2+La vida del hombre depende enteramente de las riquezas que oculta la tierra y de la fertilidad de su suelo; es la tierra el marco providencial de su vida. Pero no es sólo el marco de su vida: entre ella y el hombre hay un vínculo íntimo, el hombre salió de ella de donde toma su nombre.

Dios separa de las aguas el continente al que llama tierra, luego la puebla; por otro lado es la tierra un desierto vacío y estéril donde va Dios a plantar un huerto para situar en él al hombre. La tierra depende enteramente de Dios. Dios confía al hombre la tierra y lo hace dueño de ella, debe dominar en ella, es un administrador, con su trabajo imprime su marca en la tierra, pero por otro lado la tierra es una realidad vital que modela en cierto modo la psicología del hombre.


LENGUAJE


2+Lengua-- Por la lengua se comunica el hombre con sus semejantes y expresa a Dios los sentimientos de su corazón.

Pag. 473 diversidad de las lenguas Los pueblos del universo son de "todas las lenguas". Con esta expresión concreta designa la Biblia la diversidad de las culturas. Esta no expresa solamente la riqueza intelectual del género humano, sino además es un principio de incomprensión entre los hombres, un aspecto del misterio del pecado, cuyo significado religioso es sugerido por la torre de Babel: la soberbia sacrílega de los hombres que construían su ciudad sin Dios tuvo como fruto esta confusión de los lenguajes. Con el acontecimiento de *pentecostés (Hch 2,1-13) quedo superada la división de los hombres: El espíritu Santo se reparte en lenguas de fuego sobre los apóstoles de modo que se oiga el Evangelio en las lenguas de todas las naciones. Así los hombres serán reconciliados por el lenguaje único del Espíritu, que es la caridad. El carisma de "hablar en lenguas" es entre los apóstoles una forma de oración que alaba a Dios en el entusiasmo y a la vez una forma de profecía que anuncia a los hombres las maravillas de Dios. Para regular en la Iglesia el uso de este carisma alaba Pablo su primera forma, pero declara preferir la segunda porque es útil a todos. Las manifestaciones de pentecostés muestran que la Iglesia escatológica desde su nacimiento, dirigiéndose a los hombres en todas lenguas y reuniéndose en una alabanza única de las maravillas de Dios. Así "toda lengua confesará que Jesús es Señor, para gloria de Dios Padre".

 

PALABRA


1+Tanto en entre los antiguos pueblos orientales como entre los primitivos, no sólo la expresión de un pensamiento o de un deseo, sino un objeto concreto, que existe realmente, es eficaz y está como cargado de la fuerza del alma que la ha pronunciado. En las lenguas semíticas, pensar y hablar se designan con idéntico término:('_mar); hablar es manifestar lo que el corazón dice. Pero la palabra pronunciada no es sólo un sonido que continúa en la conciencia del locutor o del oyente sólo como pensamiento, sino también una cosa, invisible ciertamente, pero real, como el aliento, que juntamente con la palabra, abandona la boca; por eso frecuentemente el término palabra se halla paralelo con r_ah (aliento, espíritu y también en muchos textos egipcios y babilónicos).


2+Conforme a una concepción común en la antigüedad, el mundo bíblico no ve únicamente en la palabra humana un vano sonido, un simple medio de comunicación entre los hombres: la palabra expresa la persona, participa de su dinamismo, esta dotada de cierto modo de eficacia. De ahí su importancia en la marcha de la vida: según su calidad implica para el que la pronuncia honor o confusión; la muerte y la vida están en su poder. Para juzgar el valor del hombre es por tanto como la piedra de toque que permite experimentarlo.

 

HUMANIDAD (hombre)

1+Para los hebreos, el comienzo de la vida del hombre es un misterio, una obra de la omnipotencia de Dios. La conservación de la vida depende absolutamente de la voluntad de Dios.

Aunque los hebreos distinguen a veces en el hombre alma y carne o carne y espíritu; el hombre entero es alma, es decir, ser viviente, y es ser carne, ser que vive corporalmente, o ser débil y perecedero. Para el cuerpo no conocen otra denominación que carne. No se pueden imaginar al hombre o a un alma sin cuerpo y, consiguientemente, consideran siempre al hombre como un todo. De ahí que se diga indiferentemente: el hombre, el alma, la carne siente, quiere, espera, muere.

2+El capítulo 2 del Génesis no atañe solamente a la historia de un hombre sino a la de la humanidad entera, como lo insinúa el término Adán, que significa hombre. El hombre aparece en Adán con sus tres dimensiones mayores: en relación con Dios, con la tierra y con sus hermanos.

Los elementos de una antropología bíblica están expuestos en alma, carne, corazón, cuerpo, espíritu, según esta concepción sintética, tan diferente de la mentalidad común de nuestros días, que ve en el cuerpo y el alma los dos componentes del hombre, el hombre se expresa enteramente en sus diversos aspectos. Es alma en cuanto animado por el espíritu de vida; la carne muestra en él una criatura perecedera; el espíritu significa su abertura a Dios; el cuerpo finalmente lo expresa al exterior. La Biblia, teológica como es, sólo mira al hombre frente a Dios, cuya imagen es.

SENAAR (Sinear, Shimar, _in'ar)

1+Sinar.- (heb. sin'ar; sobre la correspondencia akkadia, cf. infra; Vg Sennar), en los textos tardíos (Dan 1,2), se refiere a Babilonia; en Gn 10,10 (tabla de los pueblos) 11,2 14,1.9 Jos 7,21 Is 11,11 Zac 5,11 significa seguramente Mesopotamia. Por inscripciones cuneiformes se conoce una región sanhar; por fuentes egipcias, sngr; textos cuneiformes asirios posteriores mencionan la región de singar o singara (el distrito de yebel singar, al oeste de mosul). La significación del nombre es desconocida; en todo caso, no ha de identificarse con el Sumer de las inscripciones cuneiformes.


LADRILLOS

1+Los ladrillos se hacían de barro apisonado y vaciado en moldes de madera, se secaban al sol y (a veces) se cocían al fuego. Los ladrillos servían de material de construcción de casas sencillas y para las murallas de una ciudad levantadas sobre sólidas y altas bases de piedra; también para grandes edificios. La forma y tamaño eran diversos. En la masa se mezclaba paja menuda. En Is 65, 3 se mencionan altares de ladrillos. Sólo en un clima seco, como Egipto, se han conservado edificios de ladrillo con miles de años de existencia.

 

PIEDRA

2+La piedra, a causa de su increíble abundancia en Palestina, se halla siempre presente en la mano y en la mente de los hebreos. Por otra parte en la mentalidad primitiva y en la simbólica común a todos los hombres, la piedra, sólida, duradera y pesada, es signo de fuerza.


COCERLOS AL FUEGO

1+No se sabe de que manera obtenían el fuego los israelitas. El fuego se encendía por medio de un pedernal en 2 Mac, aunque esta costumbre era, evidentemente, mucho más antigua. En un principio debió de ser trabajo importante; por eso no se podía hacer fuego para guisar los alimentos en el día del sábado (Ex 35,3). Para ahorrarse ese trabajo, procuraban tener siempre cerca algunos carbones encendidos. Abraham llevaba consigo el fuego cuando subió al monte para sacrificar a su hijo.

El fuego tiene muchos sentidos metafóricos. Como el fuego da luz y calor es símbolo de la majestad y del poder divinos. El fuego es tan destructor que también puede indicar un gran peligro. La ira de Dios se representa muchas veces bajo este símbolo. Como el fuego penetra en por todas partes, así también la palabra de Dios. El fuego purifica, pues permite separar lo puro de lo impuro y destruir lo impuro.

2+Sin duda Israel comparte con todos los pueblos antiguos la teoría de los cuatro elementos; pero, en su religión, el fuego tiene sólo el valor de signo, que hay que superar para hallar a Dios. (varias cosas más sobre el fuego como símbolo de Yahavé, purificador, muestra su ira, Él no es el fuego, pero puede expresarse por medio de el).

 

BETÚN

Nombre de varias sustancias compuestas de carbono e hidrógeno, que se encuentran en la naturaleza y arden con llama, humo espeso y olor particular. Betún de Judea=asfalto.

ARGAMASA Mezcla de cal, arena y agua que se emplea en albañilería.


ALQUITRÁN Sustancia resinosa, de olor fuerte y sabor amargo, residuo de la destilación de la leña de pino o de hulla (carbón fósil).

CEMENTO Cal hidráulica que sirve para fabricar una especie de argamasa.


ASFALTO (hebr. hemar)

1+Sustancia mineral bituminosa y negruzca, usada generalmente en Babilonia como argamasa en los edificios de ladrillo. En Canaán había minas de asfalto en los alrededores del mar Muerto, y las hay hoy también en el Líbano; de ahí los nombres antiguos de "mar de asfalto" y "pez judía". Los israelitas sabían que el asfalto sirve para impermiabilizar; pero se ignora si lo empleaban.


EDIFICAR

2+El verbo hebreo banah designa ante todo la construcción de edificios materiales, un altar, una casa, una ciudad, y Dios no condena estas empresas a condición de que no estén, como en Babel, destinadas a levantar al hombre contra él. La presencia divina es indispensable para que la obra no esté condenada al fracaso. Las construcciones "paganas" no tienen peso delante de Dios; él las destruirá cuando quiera, por bellas y sólidas que puedan parecer.


CIUDAD

1+Población, generalmente fundada junto a una fuente, que se distingue de aldea, casa de campo o campamento, por poseer fortificaciones.

2+Israel tiene la convicción de que la vida urbana se remonta mucho más allá de los patriarcas hebreos: el Génesis, después de oponer la vida pastoral de Abel a la vida agrícola de Caín atribuye a éste la fundación de la primera ciudad, a la que dio el nombre de su hijo Henoc (juego de palabras con el término, que quiere decir "dedicación"). Pero sólo después del corte marcado por el diluvio asistimos a la fundación de las grandes ciudades, alrededor de las cuales se organizan los imperios mesopotámicos (10,10s).

TORRE (ziggurat)

Edificio sagrado característico de la religión mesopotámica, en forma de torre escalonada. Aunque se desconoce su función exacta, hay indicios para creer que no era una tumba, por lo que no debe comprarse con las pirámides de Egipto. La explicación más aceptable es que se trate de torres que unían al cielo con la tierra, facilitando la relación con los poderes celestes. No obstante, o se excluye su función como observatorios astronómicos para determinar el momento propicio para la celebración de ceremonias.

La palabra ziggurat (en acadio ziqquratu) deriva posiblemente del verbo zaqãru "construir hacia arriba"; en sumerio, la torre de pisos se denominaba u6.nir.

Cada ciudad tenía un ziggurat. Estas torres dominan, aún en la actualidad, gran parte de los terrenos escavados, excepto en Babilonia, porque Jerjes y luego Alejandro Magno lo destruyeron. Estaban sólidamente construidos: un espeso encofrado de ladrillo cocido relleno de ladrillos crudos, capas de cañas y betún, se intercalaba cada cierto número de filas de ladrillo. Hallándose en las cercanías del gran río, era necesario tener en cuenta la humedad del terreno provocada por sus grandes crecidas. Con betún, es decir, con asfalto, se impermiabilizaron los fundamentos haciéndolos aptos para resistir la humedad. El número de pisos era variable aunque frecuentemente se construían siete; tenían escaleras para subir a los pisos superiores o algunas veces una rampa. Según algunos la gran torre de Babilonia, comprendía siete pisos; el inferior medía unos 90m. de lado y el superior se elevaba otros tantos sobre la base. "Trepando los siete pisos de la torre del templo en Babilonia, ascendía uno simbólicamente a través de las siete esferas planetarias hasta llegar al punto más alto de la bóveda celeste. En la terraza más alta, tenía Marduk su cámara nupcial. Por eso Babel es realmente la "puerta de Dios", y su nombre queda justificado por entero. Aquí se aproximan mutuamente Dios y el hombre".6

CIELOS

1+(hebr. samayim, de origen y significación incierta; en los LXX se halla generalmente en plural; en el N.T. casi siempre en singular, pero también a menudo en plural) significa:

1.- El cielo de las estrellas y de las nubes, el firmamento. Cielo y tierra es una fórmula fija para indicar el universo. En ocasiones, quiere decir la atmósfera.

2.- El espacio encima del firmamento. La morada de Dios. El firmamento se llama entonces el trono de Dios, como la tierra es el escabel de sus pies. Encima del firmamento se sienta la divinidad; allí tiene su morada. Así en la Torre de Babel aunque no se trata de una alusión directa. Aún cuando los Israelitas conocen la omnipresencia o inmensidad de Dios, allí está el palacio de Dios.

2+Para los hebreos como para nosotros es el cielo una parte del universo, diferente de la tierra, pero en contacto con ella, una semiesfera que la engloba y constituye con ella el universo que el hebreo, no teniendo la palabra propia para designarlo, llama siempre "el cielo y la tierra". La biblia distingue perfectamente el cielo físico, de la misma naturaleza que la tierra, "el cielo y la tierra", y el cielo de Dios "el cielo que no es la tierra". Pero el primero es siempre el que permite al hombre pensar en el segundo. El hombre pertenece a la tierra y el cielo se le escapa. Es necesaria la locura del rey de Babel para pensar en subir al cielo: esto es igualarse con el Altísimo. Así se establece como la cosa más natural una relación entre el cielo y Dios.

NOMBRE (hacerse famosos)

1+Según la concepción antigua y primitiva, el nombre no es sólo lo que designa, caracteriza y distingue de los demás a su portador, sino además un elemento esencial de su personalidad. Lo que no tiene nombre no existe. Un hombre sin nombre es insignificante y despreciable. Domina por eso la creencia de que el nombre responde a la naturaleza o por lo menos a las cualidades del que lo lleva ("porque es lo que su nombre significa"). El nombre es como el doble de la persona; donde está el nombre, está también la persona, el nombre puede entonces sustituir a la persona. El que conoce el nombre de una persona, tiene poder sobre ella y puede disponer de ella a su arbitrio; de ahí que muchos primitivos y aun algunos espíritus ocultan su nombre.

La fe en el poder del nombre y su conexión con su portador desempeña un papel importante en la magia y en la superstición de todos los pueblos y de todos los tiempos y no menos en las religiones politeístas. En éstas es indispensable conocer el nombre de la divinidad que se quiere propiciar.

2+El nombre, lejos de ser una designación convencional, expresa para los antiguos el papel de un ser en el universo. Dios da cima a la creación poniendo nombre a todas las criaturas, día, noche, mar, designando a cada uno de los astros por su nombre o encargando a Adán dar nombre a cada uno de los animales. Los hombres, a su vez, propenderán a dar un nombre significativo a los lugares a que se asocia un acontecimiento importante, aunque sea a costa de una etimología extraña, como en el caso de Babel.

+Existe un himno babilónico de la creación que comienza así: "Cuando los cielos de arriba aún no tenían nombre, y la tierra de abajo aún no había sido nombrada", se advierte que a través del nombre se tenía poder sobre la misma cosa. Al recibir el nombre comenzaba a existir realmente.7

+Los vencedores solían cambiar el nombre de sus vencidos para hacer valer su poder sobre ellos y para cambiarles su personalidad. Por esta razón, Dios cambió el nombre a Abraham, a Jacob, en función de la misión que habían de tener dentro de sus misteriosos designios. Para los israelitas, el nombre de Dios tenía una especial importancia, porque simbolizaba la protección que sobre ellos tenía en su dimensión histórica. En la literatura rabínica, el nombre se convierte en sinónimo de Yahveh para evitar pronunciar el inefable tetragrammaton (YHWH). En la plegaria dominical, jesús se acomoda a esta costumbre cuando dice: "santificado sea tu nombre".
8

DISPERSARSE (para no, antes de)

+Dispersión.- La dispersión de los hombres en la tierra aparece desde los primeros capítulos del Génesis como un hecho ambiguo. Consecuencia de la bendición divina por la que el hombre debe multiplicarse y llenar la tierra (Gn 9,1; cf. 1,28), se realiza en la unidad; castigo del pecado, viene a ser el signo de la división entre los hombres (Gn 11,7s). Esta doble perspectiva vuelve a hallarse luego en la salud.

BAJAR (antropomorfismo)

1+Manera de pensar o de hablar, tomada de la figura o de los sentimientos humanos, que la Sagrada escritura emplea a menudo para indicar la esencia y los atributos de Dios, como si tuviera forma humana o sintiera como un hombre. Los antropomorfismos deben distinguirse muy bien de otras afirmaciones análogas sobre la esencia de Dios. Aunque los antropomorfismos, por su naturaleza, no pueden dar más que una idea muy imperfecta de lo que quieren decir, no causan, sin embargo, desdoro alguno a la dignidad de Dios.

HIJOS DE LOS HOMBRES (hijos del nombre)

1+Hijo.- El término bíblico de hijo (hebr. ben; aram. bar) tiene un sentido mucho más amplio que en castellano. Significa primeramente el descendiente de un padre determinado, la cría de un animal, el retoño de un árbol; de ahí, muchacho, joven. Con la palabra hijo se expresa muy a menudo la pertenencia a un grupo determinado, p. ej., a un pueblo(israelitas, moabitas), a una ciudad (de Sion, de Babel), a un linaje o especie (hijos de los hombres son simplemente hombres) o a un grupo especial (hijos de los profetas, de la injusticia).

Hijo del hombre.-Es la traducción literal del hebreo o arameo que significa "hombre" o "hijo del hombre". Recibe este tratamiento para recalcar así la infinita distancia entre Dios y el hombre débil.

2+hijo del hombre.- aparece con mucha frecuencia como sinónimo de "hombre". Designa un miembro de la raza humana ("hijo de la humanidad"). Pensando en el que es padre de toda la raza humana y lleva su nombre, se podría traducir por "hijo de Adán". El uso de la expresión subraya la precariedad del hombre, su pequeñez delante de Dios, a veces su condición pecadora, abocada a la muerte.

El hombre no es delante de Dios más que un soplo; sin embargo, Dios lo ha colmado de sus dones.


ADÁN (hijos de Adán)

2+Contrariamente a lo que sugieren las traducciones de la biblia, el término Adán está sumamente extendido y ofrece una amplia gama de significados. Cuando un Judío pronunciaba esta palabra, estaba lejos de pensar ante todo en el primer hombre. Habitualmente y con razón, se traduce el término por hombre en general, por las gentes, por alguien, por uno, se, nadie, el ser humano. El sentido colectivo domina francamente.

Lo mismo se diga de la expresión hijo de Adán, que no se refiere a un descendiente del individuo Adán, que es un paralelo de hombre, designa una persona o a una colectividad. Utilizada en contraste con Dios, la expresión subraya, como el término "carne", la condición perecedera y débil de la humanidad. Los hijos de Adán don, pues, los humanos según su condición terrestre.

PUEBLO

1+Hay dos denominaciones en el A.T. goyim (gentes), 'am (pueblo) y le'om (nación) se aplican también a Israel. En el transcurso del tiempo goyim designa preferentemente a los gentiles y los israelitas principalemente son designados por 'am, en contraposición a los gentiles que son los lo'-'am (no pueblo).

El A.T. conoce la expresión "pueblo de la tierra", cuya significación evolucionó desde "población indígena" y "determinado grupo popular" hasta "población indígena gentil y hostil al judaísmo".

2+'am y 'goy destacaban dos de los elementos que designaban grupos humanos de una cierta extensión; la comunidad de sangre y la estructura sociológica estable. Luego se especializaron 'am (en singular) designó preferentemente al pueblo de Dios y goyim (en plural) estaba reservado a las naciones extranjeras, a los paganos. Este hecho lingüístico muestra que se sintió la necesidad de una palabra especial para expresar el carácter excepcional de Israel.


OBRA (actividad)

2+La palabra obra puede revestir toda clase de sentidos, puede designar acciones, trabajos, producciones diversas y más especialmente "la obra de la carne" en que consiste la generación. Tras toda obra humana importa descubrir la obra única de Dios: a su propio Hijo, con el que enlaza y al que quiere expresar a su manera.


PRÓJIMO (otro, compañero)

2+La palabra prójimo, que traduce con bastante exactitud el término griego plesion, corresponde perfectamente a la palabra hebrea rea', que es subyacente a este último. No debe confundirse con la palabra "hermano", aunque con frecuencia le corresponde. Etimológicamente expresa la idea de asociarse con alguno, de entrar en su compañía. El prójimo, contrariamente al hermano, con el que está uno ligado por la relación natural, no pertenece a la casa paterna; si mi hermano es otro yo, mi prójimo es otro que yo, otro que para mí puede ser realmente el otro, pero que puede llegar a ser un hermano. Así puede crearse un vínculo entre dos seres, ya sea en forma pasajera, o en forma durable y personal en virtud de amistad o de amor o del compañerismo. En los antiguos códigos no se habla de "hermanos", sino de "otros": a pesar de esta abertura virtual hacia el universalismo, el horizonte de la ley apenas si rebasó los límites del pueblo de Israel.


DESPERDIGAR (DIVIDIR)

2+División de la familia humana.- Lo que en primer lugar descubre Adán pecador es su desnudez. Lo que simbolizaba la separación de los seres se convierte en realidad: Adán, interrogado por Dios, acusa a su mujer mostrando así que se desolidariza de ella. entonces les anuncia Dios a los dos que sus relaciones van a ejercerse bajo el signo de la fuerza instintiva. La sucesión de los capítulos del Gn. muestra cómo esta división primera tiene su repercusión, entre Caín y Abel, hermanos enemigos, entre los hombres que, en Babel, no se comprenden ya. La historia sagrada es un tejido de divisiones, una sucesión de guerras, entre el pueblo y las naciones, etc.

BABEL

Babel es el nombre hebreo de Babilonia, y para el es la ciudad del mal por excelencia. La torre es el gran templo de Babilonia, un ziggurat.

El nombre de la ciudad de Babel en Babilonia quiere decir "La puerta de Dios" (bãb-ili).

 

CONFUNDIR Mezclar sin orden. Confusión.- reunión de cosas inconexas. EMBROLLAR.- Desordenar, enredo, confusión.

ORIENTE Punto cardinal del horizonte por donde sale el sol.

VEGA Tierra baja bien regada y muy fértil.

PAÍS del latín pagus, pueblo. Territorio.

LLANURA Superficie lisa, igual, plana.

ESTABLECIERON Fundar, hacer de nuevo, avecindarse en un sitio.

EMIGRAR Salir de su país para ir a establecerse a otro.

FABRICAR Hacer una cosa por medios mecánicos.

CÚSPIDE Punto culminante de un monte.

REMATE Fin, cabo, extremo.




MENSAJE TEOLÓGICO



COMPARACIÓN DE DIFERENTES BIBLIAS

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Al no saber hebreo, tuve que manejar varias biblias y escribir cada versículo para entender perfectamente el mensaje real de el texto. Al final escogí la traducción de La Sagrada Escritura, de los profesores de la Compañía de Jesús, porque ahí entendí que los hombres se querían hacer un nombre por si se dispersaban por la tierra, en el versículo 4. Me parece interesante la comparación y aquí la presento.


 1.- Biblia de Jerusalén  2.- Española
 3.- Profesores de la Compañía de Jesús  4.- Los Libros Sagrados
 5.- Cantera-Iglesias  6.- Paulinas
 7.- Straubinger  8.- The New American Bible

 

 



-Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos, (empleando ladrillos en vez de piedras y alquitrán en vez de cemento).

 

-Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance al cielo, para hacernos famosos, y para no dispersarnos por la superficie de la tierra.

 

 

-Son un solo pueblo con una sola lengua. Si esto no es más que el comienzo de su actividad, nada de lo que decidan hacer les resultará imposible. Vamos

 

 

 

El Texto escogido es este:

Génesis 11,1-9

1Tenía entonces la tierra un solo lenguaje y unos mismos vocablos. 2Sucedió que, al emigrar los hombres desde el Oriente, encontraron una llanura en el país de Sinear y se establecieron allí. 3Se dijeron unos a otros: "Ea; fabriquemos ladrillos y cozámoslos al fuego". Les sirvió el ladrillo de piedra y el asfalto les sirvió de cemento. 4Dijeron después: "Ea; edifiquémonos una ciudad y una torre con su remate hasta el cielo y hagámonos un nombre, no sea que seamos dispersos sobre la superficie de toda la tierra".

5Bajó el Señor para ver la ciudad y la torre que habían edificado los hijos de los hombres. 6Dijo el Señor: "He aquí que todos ellos son un solo pueblo y un solo lenguaje; si es esto lo que comienzan a hacer, nada entonces les será imposible de todo lo que proyecten hacer. 7Ea; bajemos y confundamos allí su lenguaje, para que unos no entiendan el lenguaje de los otros". 8Después el Señor los dispersó de allí sobre la superficie de toda la tierra, y cesaron de edificar la ciudad. 9Por esto se llamó su nombre Babel, porque allí confundió el Señor el lenguaje de toda la tierra y de allí el señor los dispersó sobre la superficie de toda la tierra.




VERSÍCULO POR VERSÍCULO

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1Tenía entonces la tierra un solo lenguaje y unos mismos vocablos.

Se ha de entender toda la tierra habitada, toda la humanidad, aunque pudiera pensarse en un cuadro-síntesis de la unidad primitiva que presenta, a raíz de su dispersión, toda la descendencia de Noé, o sólo la rama semita: es un solo pueblo (v.6) y con una lengua común que más tarde había de diferenciarse (10,5.20.31), y no sólo con comunidad de sentimientos y propósitos.

El relato subraya el tema de la lengua, de la palabra y del lenguaje humano. Había unión en pensamientos y actos.

2Sucedió que, al emigrar los hombres desde el Oriente, encontraron una llanura en el país de Sinear y se establecieron allí.

El origen de la humanidad se sitúa en una ignota región del oriente.

El multiplicarse de esta descendencia la obliga a una expansión territorial: miqqedem = del Oriente (así miqqedem en 13,11 y en las Versiones, a excepción del Targum, que, según 2,8 traduce hacia el Oriente) emigra a otras regiones, y el hagiógrafo señala aquí otra región más al Oriente como punto parcial de esta emigración: la región de Sinear o la Caldea (10,10).

Parece como lo mencione arriba, que Sinear es idéntico al nombre de los antiguos sumerios, los más antiguos pobladores de Babilonia, quienes transmitieron su cultura y la escritura cuneiforme a los pueblos semíticos que invadieron el país en el tercer milenio a.c.

Antes el hagiógrafo había mencionado lengua, ahora los actos siguen a las palabras "Al emigrar los hombres desde el oriente (pies), encontraron...".

Me parece que es importante las traducciones de las otras biblias, donde en lugar de llanura se menciona vega, así, no sólo era una simple llanura, sino que la tierra era buena.

Ver Senaar en la p. 15.

3Se dijeron unos a otros: "Ea; fabriquemos ladrillos y cozámoslos al fuego". Les sirvió el ladrillo de piedra y el asfalto les sirvió de cemento.

Otra vez se menciona la acción "fabriquemos... (manos).

Deciden fabricar ladrillos y h_m_r = asfalto (14,10), elementos característicos de las construcciones babilónicas, en oposición a la piedra y el cemento de las construcciones palestinienses.

Se tratan de valer por sí mismos, no quieren usar las piedras, que existen ya en la naturaleza. Y el asfalto pese que se encuentra en la naturaleza, es el material que empleaban los babilonios para sus edificios de ladrillo.

4Dijeron después: "Ea; edifiquémonos una ciudad y una torre con su remate hasta el cielo y hagámonos un nombre, no sea que seamos dispersos sobre la superficie de toda la tierra".

Allí definitivamente asentados los que, quizás sólo semitas y quizás no todos, han formado parte de este movimiento migratorio, deciden construir una ciudad y una torre, centro monumental y acaso religioso, torre-templo de la ciudad, una torre que les haga célebres y perpetúe la memoria de su paso por aquella región. Estilo de los grandes reyes, en el que acaso ya se concrete de un modo plástico su primer intento de alejarse de Yahveh, expresado por el con su remate hasta el cielo, hiperbólico cuanto se quiera, pero siempre con sabor de soberbia y autonomía frente a Dios.

Esta torre y ciudad, no se erige en honor ("para el nombre") de Dios, sino para el renombre de los habitantes. Este tema de la torre se combina con el de la ciudad: es una condena de la civilización urbana.

Por este versículo fue que me decidí a usar esta traducción, porque al principio no entendía que tan malo era "hacerse famosos" como decía la B. de Jerusalén; pero si ahora nos fijamos la importancia del "nombre" (ver p. 18), y el no quererse dispersar como se les había indicado a Adán y a Noé, se entiende la importancia del versículo.

5Bajó el Señor para ver la ciudad y la torre que habían edificado los hijos de los hombres.

Vano intento el de los hijos de los hombres, caducos e impotentes (6,2.4) frente a un Dios que, conocedor de las íntimas pretensiones del hombre y seguro de su omnipotencia, antropomórficamente viene descrito como bajando para ver la marcha de la torre y comprobar hasta dónde puede llegar el poder humano. Fina ironía en esa bajada del cielo, necesaria para ver una torre que se pretendía llegase a ese mismo cielo; lenguaje divino sin la más mínima huella de ira o envidia, de preocupación para una soberanía amenazada o de planes trabajosos y complicados para defenderla. Al decir que el Señor desciende, se quiere subrayar la pequeñez humana, no la impotencia divina.

6Dijo el Señor: "He aquí que todos ellos son un solo pueblo y un solo lenguaje; si es esto lo que comienzan a hacer, nada entonces les será imposible de todo lo que proyecten hacer.

En las palabras de Dios suena en contrapunto un sueño que un día podrá ser una esperanza: un pueblo, una lengua, una empresa, y el poder humano crece sin límites. Pero no cuando el pecado pervierte sus planes.

La exclamación de este versículo es como la de Gn 3,22, una exclamación llena de ironía, típica de J. ("Entonces dijo el Señor Dios: "He aquí que el hombre se ha vuelto como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal. Ahora bien, que no vaya a extender su mano, a tomar también del árbol de la vida, a comer y vivir para siempre" "). La respuesta divina o es irónica o simplemente sintetiza todo el proceso del drama paradisíaco (promesa de la serpiente, transgresión, soberbia del hombre, frutos derivados de la transgresión), como poniendo de relieve la especie de independencia y de propia autonomía conseguidos por el hombre frente a Dios, aunque no en el sentido propuesto por la serpiente. Ironía o simple comprobación de hechos, las palabras divinas señalan junto al árbol de la ciencia..., un fracaso cuyas trágicas consecuencias se extienden hasta el árbol de la vida.

7Ea; bajemos y confundamos allí su lenguaje, para que unos no entiendan el lenguaje de los otros".

El plural mencionado aquí puede reflejar la idea de que Dios tiene una corte real, un concepto muy antiguo en Israel. Pero otros autores dicen que el bajemos de ahora no es algo nuevo, frente al bajó del v.5, en la idea general de bajar, sino en la concreta finalidad de esa bajada. Se trata, sin duda, de dos tiempos literarios en la bajada divina: el primero para ver...(v.5), el segundo para confundir... (v.7).

El autor se fija en el aspecto negativo de la pluralidad de lenguas, no piensa en la riqueza de la pluralidad. La soberbia y el sueño de la autonomía frente a Dios de los habitantes de Sinear tiene su punto de apoyo en la unidad político-social como fruto de la unidad de lengua: de aquí que para cortar ese ambicioso sueño, Yahveh decida confundir su lenguaje y sembrar con ello el germen de la enemistad-separación.

Así, pues, Dios ve, Dios dice y Dios obra, lo mismo que las manos de los hombres habían realizado lo que habían dicho con su lengua (común todavía...) y lo que habían querido en su corazón orgulloso.

8Después el Señor los dispersó de allí sobre la superficie de toda la tierra, y cesaron de edificar la ciudad.

Con este segundo bajar del versículo anterior, impone Yahveh como castigo la dispersión por la tierra y el cese en la construcción iniciada de la ciudad, quedando incompleta. Es el aspecto religioso, parcial por lo mismo, de un doble hecho, cuyo estadio definitivo y de orden histórico ha descrito Gn 10 (síntesis del primero en v. 5.20.31; del segundo en v. 10).

Dios ya había dicho a los hombres que se multiplicaran y llenaran la tierra desde Gn. 1, 28, y a Noé dijo en Gn 9,1.7 que se extendiera sobre la tierra. Al no quererse dispersar como apuntábamos en el comentario al versículo 4, Dios tiene que tomar medidas drásticas de una vez por todas.

9Por esto se llamó su nombre Babel, porque allí confundió el Señor el lenguaje de toda la tierra y de allí el señor los dispersó sobre la superficie de toda la tierra.

Recuerdo gráfico del doble castigo divino, confusión del lenguaje-dispersión por la tierra, el nombre de B_bel (Gn 10,10), aquí relacionado por la etimología popular con el hebreo b_lal = confundir. (En esta etimología también se expresa el desprecio a Babilonia, ya que en esa lengua Babel significa "puerta de Dios"; La gran ciudad y su ruina resultan aquí sinónimos de la rebelión del hombre contra Dios y de sus consecuencias). Centro histórico de la primera rebelión postdiluviana del hombre contra Dios, más bien que símbolo expresivo de un fuerte movimiento antirreligioso de tiempos posteriores, Babel entra en la historia bíblica como testigo excepcional de revuelta y de victoria. Así termina la segunda era humana.

Al repetir confundió y dispersó otra vez en este versículo, muestra el interés que el hagiógrafo tiene de dejar claro el hecho.



CONCLUSIÓN

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"La historia de la torre de Babel presenta un fenómeno de grandes proporciones en la historia cultural de la humanidad. Las grandes culturas suelen nacer de las grandes migraciones; los hombres salen de su existencia oscura y emergen a la luz de la historia hasta alcanzar (¡sobre las vastas llanuras!) el nivel de grandes potencias culturales. Pero desde este momento su vida cambia y su convivencia social toma nuevas formas. Planean una comunidad de intereses económicos; un entusiasmo vital les anima en su obra titánica, para la cual, en cambio, tienen a su disposición materiales de construcción muy débiles. Con una clarividencia admirable, la antigua saga dibuja aquí, la imagen primordial de toda la cultura humana y las fuerzas fundamentales que la animan. La colaboración económica y una voluntad viva e indomable de grandeza (con un toque de angustia) llevan al hombre a construir una obra colosal, que la saga contempla con un escepticismo innegable, pues ve en este titanismo la amenaza más grave a las relaciones del hombre con Dios; más aún, ve en la gigantesca empresa cultural un ataque contra Dios mismo.

Cuando el hombre abandona la simplicidad de la obediencia y consigue la ciencia, rebelándose contra Dios, inicia un camino en el cual se manifiesta cada vez más poderoso y titánico. En las historias de los matrimonios entre los ángeles y las mujeres (Gn 6, 1 s.) o en la torre de Babel, podemos percibir todavía reminiscencias de un auténtico terror primitivo frente a las inmensas posibilidades del hombre. A lo largo de esta evolución hacia un poder titánico perfecto, encontramos también las piedras milenarias del creciente progreso de la cultura humana. Pero este crecimiento y esta elevación lenta del hombre a un nivel cultural superior, lleva consigo la separación cada vez más profunda de Dios, que debía conducirle a una catástrofe. Sin embargo, lo dicho hasta el presente, no refleja con claridad suficiente el sentido específico de la historia yahvista de los orígenes; éste se manifestará plenamente en Gn 12, 1-3, su verdadera conclusión".9

"La construcción de la ciudad-Babel y de la torre suscita un doble problema arqueológico: la identificación de la ciudad-Babel y la identificación de la torre. Resuelto sin sombra de duda el primero, queda al aire el segundo a pesar de los esfuerzos por identificarla con alguno de los frecuentes zigurat-ziggurat babilónicos (ver p. 17). Sea lo que fuere de la relación más o menos posible encerrada en el binomio torre bíblica-ziggurat pone en pie un problema histórico. ¿Se trata de un hecho real en la historia de la humanidad, o más bien de un recurso religioso-literario, sugerido por los ziggurats babilónicos, para explicar el origen de las lenguas, la dispersión de la humanidad, la entrada de Abram en la historia?. El relato bíblico parece inclinar a un hecho real sobre una base histórica de más o menos amplitud y precisión en sus detalles. La inseguridad científica hasta ahora existente en torno a los ziggurat babilónicos y a su finalidad, sobre todo si se compara con el alcance seguro y transparente en sus líneas centrales de la ciudad-torre bíblicas, no favorece mucho el camino hacia una postura radicalmente antihistórica: si se quiere llegar a esto a base de un mero recurso religioso-literario, se ha de prescindir del caso concreto actual y refugiarse por sistema en la teoría general de los géneros literarios o en el hipotético carácter antihistórico de la historia oriental antigua.

Propuesto con uno u otro matiz, todos admiten en el primer plano de Gn. 11 la existencia de un problema teológico fundamental con diversas ramificaciones: el absoluto dominio de Dios, del que en vano una humanidad soberbia trata de liberarse. Este dominio divino se manifiesta en el doble castigo de la humanidad: confusión en la lengua, que directa y milagrosamente, o indirectamente y valiéndose de un proceso natural más o menos largo, Dios provoca; dispersión de las naciones. Sobre este fondo histórico, cuya determinación cronológica y alcance concreto en los detalles son difíciles de fijar, se alza como símbolo la ciudad de Babel con su enorme influjo, pero ante Dios impotente, en toda la antigua historia del Oriente. Dominio divino con sello de castigo sobre la humanidad rebelde, pero con desemboque final en un dominio con sello de favor, a través de la elección de Abram y del futuro Israel. Teología sobre la base de la historia: sólo con un sistema exegético antihistórico puede intentar destruirse radicalmente este maravilloso y providencial conjunto".10

Con lo dicho anteriormente, concluimos que en Abraham en Gn 12, 1-3 esta la verdadera respuesta a toda la teología de J, aquí encontramos que la humanidad otra vez tiene una oportunidad, debiendo seguir los nuevos lineamentos depositados en él.




ACTUALIZACIÓN

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"La revelación de Dios no ha sido interrumpida por el pecado de nuestros primeros padres. Dios, "después de la caída alentó en ellos la esperanza de la salvación con la promesa de la redención, y tuvo incesante cuidado del género humano, para dar la vida eterna a todos los que buscan la salvación con la perseverancia en las buenas obras" (DV 3).

Una vez rota la unidad del género humano por el pecado, Dios decide desde el comienzo salvar a la humanidad a través de una serie de etapas. La alianza con Noé después del diluvio (Gn 9,9) expresa el principio de la Economía divina con las "naciones", es decir, con los hombres agrupados "según sus países, cada uno según su lengua, y según sus clanes" (Gn 10,5; 10,20-31).

Este orden a la vez cósmico, social y religioso de la pluralidad de las naciones (Hch 17, 26-2711), ..., está destinado a limitar el orgullo de la humanidad caída que, unánime en su perversidad (Sb 10,5), quisiera hacer por sí misma su unidad a la manera de Babel. Pero, a causa del pecado, el politeísmo así como la idolatría de la nación y de su jefe son una amenaza constante de vuelta al paganismo para esta economía aún no definitiva.

La alianza con Noé permanece en vigor mientras dura el tiempo de las naciones, hasta la proclamación universal del Evangelio. La escritura expresa qué altura de santidad pueden alcanzar los que viven según la alianza de Noé en la espera de que Cristo "reúna en uno a todos los hijos de Dios dispersos" (Jn 11,52)".12

Dios elige a Abraham para reunir a la humanidad dispersa, el pueblo nacido de él será el depositario de la promesa hecha a las patriarcas. Después de la etapa de los patriarcas, Dios constituye a Israel como su pueblo por medio de Moisés y su alianza. Por los profetas, Dios forma a su pueblo en la esperanza de la salvación, en la espera de una Alianza nueva y eterna destinada a todos los hombres.

Pero al fin, Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, es la Palabra única, perfecta e insuperable del Padre. En Él lo dice todo, no habrá otra palabra más que ésta.

El hecho insuperable, y en el que expresamente se manifiesta Dios, por medio del Espíritu Santo, para acabar con la diversidad de lenguas y así, por fin, empiece la unión de nuevo, está en Pentecostés:

"Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo. Al producirse aquel ruido la gente se congregó y se llenó de estupor al oírles hablar cada uno en su propia lengua...,todos les oímos hablar en nuestra lengua las maravillas de Dios". (Hch 2 1-11)

Aquí ya se empieza a cumplir lo que dijo Isaías en 33,19 "Ya no verás al pueblo audaz, pueblo de lenguaje oscuro, incomprensible, al bárbaro cuya lengua no se entiende". El mensaje es para toda la humanidad ("También tengo otras ovejas que conducir y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño, un solo pastor" Jn 10, 16), es una nueva oportunidad, la oportunidad definitiva, todos podemos escucharlo y entenderlo.

El don del Espíritu restaura la unidad humana, que se rompió con Babel. El milagro de Pentecostés es el símbolo y la anticipación maravillosa de la misión universo de los apóstoles. "Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo". (Mt 28 19-20)

"En este día de Pentecostés se revela plenamente la Santísima Trinidad. Desde ese día el Reino anunciado por Cristo está abierto a todos los que creen en Él: en la humildad de la carne y de la fe, participan ya en la Comunión de la Santísima Trinidad. Con su venida, que no cesa, el Espíritu Santo hace entrar al mundo en los "últimos tiempos, el tiempo de la Iglesia, el Reino ya heredado, pero todavía no consumado.

"Dios es Amor" (1 Jn 4, 8. 16) y el Amor que es el primer don, contiene todos los demás. Este amor "Dios lo ha derramado en nuestros corazones por el E.S. que nos ha sido dado" (Rm 5,5). El amor es el principio de la vida nueva en Cristo. La Comunión con el E.S. es la que, en la Iglesia, vuelve a dar a los bautizados la semejanza divina perdida por el pecado.

Gracias a este poder del E.S. los hijos de Dios pueden dar fruto, que es caridad, alegría, paz. paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza" (Ga 5, 22-23). "El espíritu es nuestra Vida": cuanto más renunciamos a nosotros mismos (Mt 16, 24-26), más "obramos también según el Espíritu" (Ga 5, 25):

Por la comunión con él, el Espíritu Santo nos hace espirituales, nos restablece en el Paraíso, nos lleva al Reino de los cielos y a la adopción filial, nos da la confianza de llamar a Dios Padre y de participar en la gracia de Cristo, de ser llamado hijo de la luz y de tener parte en la gloria eterna (San Basilio, Spir. 15, 36).

La misión de Cristo y del E.S. se realiza en la Iglesia, Cuerpo de Cristo y Templo del E.S.. Esta misión conjunta asocia desde ahora a los fieles de Cristo en su Comunión con el Padre y el E.S.: El E.S. prepara a los hombres, los previene por su gracia, para atraerlos hacia Cristo. Les manifiesta al Señor resucitado, les recuerda su palabra y abre su mente para entender su Muerte y su Resurrección. Les hace presente el Misterio de Cristo, sobre todo en la Eucaristía para reconciliarlos, para conducirlos a la comunión con Dios, para que den mucho fruto. Desde el comienzo y hasta la consumación de los tiempos, cuando Dios envía a su Hijo, envía siempre a su Espíritu: la misión de ambos es conjunta e inseparable.

La Iglesia es santificada continuamente por el Espíritu Santo (LG 4). A partir de Pentecostés, la Iglesia se manifestó públicamente ante la multitud; se inició la difusión del Evangelio entre los pueblos mediante la predicación. La Iglesia constituye el germen y el comienzo del Reino de Cristo y de Dios en la tierra (LG 5).

La palabra "católica" significa "universal" en el sentido de "según la totalidad" o "según la integridad". La Iglesia es católica porque Cristo está presente en ella. "Allí donde está Cristo Jesús, está la Iglesia Católica" (San Ignacio de Antioquía, Smyrn. 8,2). En ella subsiste la plenitud del Cuerpo de Cristo unido a su Cabeza, lo que implica que ella recibe de Él "la plenitud de los medios de salvación" (AG 6) que Él ha querido: confesión de fe recta y completa, vida sacramental íntegra y ministerio ordenado en la sucesión apostólica. La Iglesia, en este sentido fundamental, era católica el día de Pentecostés y lo será siempre hasta el día de la Parusía.

Desde Pentecostés, el Espíritu Santo realiza la santificación a través de los signos sacramentales de su Iglesia. Los sacramentos de la Iglesia no anulan, sino purifican e integran toda riqueza de los signos y de los símbolos del cosmos y de la vida social. Aún más, cumplen los tipos y las figuras de la Antigua Alianza, significan y realizan la salvación obrada por Cristo, y prefiguran y anticipan la gloria del cielo.

Desde el día de Pentecostés la Iglesia ha celebrado y administrado el santo Bautismo. Éste aparece siempre ligado a la fe. Por Él participamos en la muerte de Cristo, somos sepultados y resucitamos con Él. Los bautizados se han revestido de Cristo. Por el E.S., el Bautismo es un baño que purifica, santifica y justifica (1 Co 6,11; 12,13). Y la Confirmación es la efusión plena del Espíritu Santo, como fue concedida en Pentecostés".13

La Torre de Babel sigue con nosotros, no hemos aprendido la lección. Por provecho individual hemos creado un mundo lleno de injusticias, donde los ricos y poderosos (países o individuos) son los que manejan a todos (y no sólo ellos, todos vemos por nuestro propio bienestar sin importarnos los demás). Su sola preocupación es vivir en el mundo, no teniendo en cuenta a Dios. Los hombres ya nos creemos autosuficientes. La tecnología (para seguir con el pecado de Babel) puede hacernos creer que todo lo tenemos resuelto, que no necesitamos ayuda de un Ser Supremo.

¿Por qué seguimos no queriendo aceptar a Cristo?, ¿por qué nos apegamos tanto a lo material y queremos hacer de lo terrenal lo más importante para nosotros?. Seguimos día a día formándonos necesidades creadas, buscando comodidades que no son necesarias. No pensamos en nuestros hermanos más necesitados, de los cuales también es el Reino. Necesitamos liberarnos de las ataduras creadas por los hombres, por las cuales nos alejamos de Dios al no ponerlo como punto principal de nuestra existencia. Dios nos ha dado innumerables oportunidades. Debemos aprender de la historia. No debe haber más discriminación, guerras, oligarquías, individualismos.

Somos hombres y caemos, pero sólo con la ayuda de Dios y su Iglesia podremos liberarnos.




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Notas

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1 Hipótesis acerca de la fijación del Pentateuco, en Introducción Crítica al A.T. p. 266 volver a 1
2 sobre el A.T. de von Rad p. 421 volver a 2
3 Ibid., 79 s. volver a 3
4 Teología del A.T. de Walter Eichrodt volver a 4
5 Cfr. Introducción a la Biblia de Tuya y Salguero. volver a 5
6 Fenomenología de la religión de Widengren. volver a 6
7 Mensaje del A.T. de Schreiner p. 123 volver a 7
8 Teología de la biblia de García Cordero p. 415 volver a 8
9 Teología del A.T. de von Rad p. 211 s. volver a 9
10 Texto tomado de La Sagrada Escritura (prof. S.J.)p. 115 s. por parecerme interesantes estos puntos. volver a 10
11 26Él creó, de un solo principio, todo el linaje humano, para que habitase sobre toda la faz de la tierra fijando los tiempos determinados y los límites del lugar donde habían de habitar, 27con el fin de que buscasen la divinidad, para ver si a tientas la buscaban y la hallaban; por más que no se encuentra lejos de cada uno de nosotros;volver a 11

12 Los tres primeros párrafos fueron tomados del Catecismo de la Iglesia Católica. volver a 12
13 Catecismo de la Iglesia Católica.volver a 13