Para la vida:
1) "Mi camino hacia Dios es Amor, entrega y confianza".
2) "Yo trabajo solamente para alegrar a Dios"
3) "Sólo en Dios hay paz y alegría verdadera".
4) "Más que nunca yo entiendo que los más pequeños
acontecimientos de nuestra vida son preparados por Dios".
5) "Solamente lo que es eterno nos puede satisfacer".
6) Al final de su enfermedad escribió: "No muero, entro en la
vida".
El amor:
7) "Entendí que el amor abarca todas las vocaciones. Entonces
grité en mi entusiasmo: por fin encontré mi vocación. Mi vocación es el amor".
8) "La obra más pequeña, más desconocida, que se hace por amor,
a veces vale más que las obras grandes. Solamente vale el amor".
9) "Cumplir un favor pedido amablemente no cuesta nada, pero a
palabras no agradables se rebela el hombre cuando su amor no es firme".
10) "Deseo pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra".
11) "El amor reemplaza una vida larga. Dios no mira el tiempo sino
el amor".
Para la fe y la Iglesia:
12) "Me esfuerzo por cumplir las obras de la fe aunque no disfruto
su alegría".
13) "Dios es más amable que una madre. Yo siento que todo viene
de Él".
14) "La Oración es mi fortaleza. Estas son mis armaduras
invencibles que Jesús me entregó. Logran mucho más que las palabras para llegar al alma
del otro".
15) "En el corazón de la Iglesia, mi Madre, seré el amor. De
esta manera soy todo en todos".
16) "Amo a la Iglesia, mi Madre".
Para los sufrimientos:
17) "Acepto todo, por amor al Dios tan bondadoso".
18) "Me acostumbré a recibir los dolores con serenidad".
19) "En medio de los dolores encontré la paz".
20) "No estoy de ninguna manera infeliz. Dios me da exactamente lo
que necesito".
21) "Mi alma ha madurado en el crisol de los sufrimientos
interiores y exteriores. Igual que una flor después de una tempestad, así ahora levanto
mi cabeza".
22) "Mi cántico de hoy:
Mi vida es un instante, una efímera hora, momento que se evade y que huye veloz.
Tú lo sabes, Dios mío: para amarte en la tierra, no tengo más que hoy.
¡Oh, Jesús, yo te amo! A ti tiende mi alma.
Sé por un solo día mi dulce protección.
Ven y reina en mi pecho, ábreme tu sonrisa nada más que por hoy.
¿Qué me importa que en sombras esté envuelto el futuro? Nada puedo pedirte, Señor,
para mañana.
Conserva mi alma pura, cúbreme con tu sombra nada más que por hoy.
Si pienso en el mañana, me asusta mi inconstancia, siento crecer tristeza, tedio en mi
corazón.
Mas acepto la prueba, acepto el sufrimiento nada más que por hoy.
¡Oh, Piloto divino, cuya mano me guía! En la ribera eterna pronto te veré yo.
Por el mar borrascoso gobierna en paz mi barca, nada más que por hoy.
¡Oh, deja que me esconda en tu faz adorable; Allí no oiré del mundo el inútil
rumor.
Dame tu amor, Dios mío, consérvame en tu gracia nada más que por hoy.
Cerca yo de tu pecho, olvidada de todo, no temo ya las flechas, los dardos enemigos.
Hazme un sitio en tu pecho, un sitio, Jesús mío, nada más que por hoy.
¡Pan vivo, Pan del cielo, divina Eucaristía, conmovedor misterio que produjo amor!
Ven y mora en mi pecho, Jesús, mi blanca Hostia, nada más que por hoy.
Úneme a ti, Dios mío, Viña santa y sagrada, y mi débil sarmiento dará su
granazón.
Y yo podré ofrecerte un racimo dorado, ¡oh Jesús!, desde hoy.
Es el amor el racimo, sus granos son las almas: para formarlo un día tengo, que huye
veloz.
¡Oh, dame Jesús mío, el fuego de un apóstol nada más que por hoy!
¡Virgen inmaculada, oh, tú, la dulce Estrella, que irradias a tu Hijo y obras con él
mi unión!
Deja que yo me esconda bajo tu velo, Madre, nada más que por hoy.
¡Oh, Ángel de mi guarda, cúbreme con tus alas! Que abrillanten tus fuegos mi
peregrinación.
Ven y guía mis pasos, ¡oh dulce amigo mío!, nada más que por hoy.
A mi Jesús yo quiero ver sin velo, sin nubes.
Mientras tanto, aquí abajo muy cerca de él estoy.
Su adorable semblante se mantendrá escondido nada más que por hoy.
Yo volaré muy pronto para cantar sus glorias, cuando el día sin noche se abra a mi
corazón.
Yo tomando prestada la lira de los ángeles, cantaré desde entonces el perdurable
HOY".
Junio de 1894.
23) Oración de ofrecimiento a Dios:
"A fin de vivir en un acto de perfecto Amor, YO ME OFREZCO COMO VÍCTIMA DE
HOLOCAUSTO A VUESTRO AMOR MISERICORDIOSO, suplicándoos me consumaís sin cesar, dejando
que se desborden en mí alma las olas de ternura infinita que están encerradas en vos,
para que así llegue yo a ser mártir de vuestro Amor, oh, Dios mío!...
Que este martirio, después de haberme preparado para comparecer delante de vos, me
haga por fin morir, y que mi alma se lance sin demora al eterno abrazo de Vuestro
Misericordioso Amor.
Quiero, oh, Amado mío!, a cada latido de mi corazón renovaros esta ofrenda un número
infinito de veces, hasta que habiéndose desvanecido las sombras, pueda yo repetiros mi
Amor en un cara a cara Eterno."
María Francisca Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz.
Fiesta de la Santísima Trinidad.
9 de Junio de 1895
Fuente: Fr. Emérito G.ª-SETIEN DE J.M., Santa Teresita del Niño
Jesús. Obras Completas, Burgos 1969
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