Por otra parte, Pujol rechazó muchísimas veces definirse sobre Estevill en el Parlamento catalán. Cuando no tuvo más remedio, expulsado de CGPJ, admitió a regañadientes que "quizá" tenía más responsabilidad que otros políticos en haber encumbrado al garbanzo negro de la judicatura española. Estevill acudía a la finca veraniega de Pujol, en Queralbs, para mantenerle informado de la evolución de las decisiones del máximo órgano de la judicatura en una de sus etapas menos brillantes. Miguel Roca, en nombre de CiU, mantuvo su nombre para ser elegido vocal del CGPJ a pesar de que el presidente del órgano de poder de los jueces, Pascual Sala, le advirtiera de que "ese hombre es impresentable". Sin embargo, Estevill tenía pleno control sobre el partido de Pujol y aseguraba a sus amigos que lo mismo le nombraban "director general de la guardia civil" como vocal del poder judicial.

La oposición nunca ha tenido dudas de la intensa relación entre Estevill y CiU. Rafael Ribó de Iniciativa per Catalunya, afirmó que Pujol le propuso "para tapar otras cosas que pudieran dañar a CiU". Las sospechas giran en torno a los negocios de los hijos de Pujol y también en lo referido a la financiación irregular de CDC, el partido que preside Pujol. Los casos de Estevill (Indelso, Planasdemunt) afectaban a decenas de miles de millones; el sin embargo, se concentró en el "popular" delito fiscal, olvidándose de perseguir el dinero ennegrecido que bien pudo ir a para a financiar partidos políticos. Algo que sin duda no pasa inadvertido a su fino olfato. Miguel Roca apoyó denodadamente su candidatura como vocal del Consejo General del Poder Judicial y mantenía con Estevill un trato más que fluido. Durante muchos años, el despacho del abogado de Estevill estuvo asociado a Josep Gomis, ex consejero de Gobernación de la Generalitat y actual representante de Pujol en Madrid. Gomis le colocó un hijo de Estevill en el cuerpo de Bomberos catalán.

El otro gran "aliado" de Estevill en las filas convergentes es Macià Alavedra, investigado por su participación en reuniones donde se arreglaban extrajudicialmente asuntos del juzgado de Estevill, como el caso Macosa o el caso Vitalicio.

Estevill mantuvo contactos con el PP para que le presentara al Senado por Tarragona, pero lo impidieron las numerosas causas abiertas en su contra. Estevill había intentado ser procurador a Cortes por Tarragona, en 1971, embebido de simpatías falangistas. No obtuvo el cargo por escaso margen y en 1982 lo volvió a intentar, presentándose a Senador por el CDS también en Tarragona. Tampoco fue elegido.