Santa María de la Estrella

Devocionario

1. Oraciones de la mañana

2. Ofrecimiento de obras

Tomad Señor y Recibid

3. Oración para Irradiar a Cristo

4. Oh Señora Mía

5. Oración a Nuestra Señora

6. Consagración al Sagrado Corazón de Jesús

7. Oraciones del Mediodía

Angelus

8. Regina coeli

9. Oración de la tarde

10. Oración de la noche

Examen de conciencia (chico)

11. Al Angel Custodio

12. Oraciones para bendecir la mesa

Para bendecir la mesa

13. Al terminar las comidas

14. Visita al Santísimo Sacramento

15. Visita a Nuestra Señora

16. Acto de Fe

17. Acto de Esperanza

18. Acto de Caridad

19. Meditación

20. Citas Útiles

21. Misterios del Santo Rosario

22. Salve

23. Bajo tu Amparo

24. Acordaos

25. Magnificat

26. Oraciones al Espíritu Santo

Oración inicial para cada día

27. Oración al Espíritu Santo

28. Veni Creator

29. Secuencia de Pentecostés

30. Otra oración al Espíritu Santo

31. Jaculatorias

32. Vía Crucis

33. Santa Misa

Preparación para la Santa Misa

34. Preparación para la Comunión

35. Oración para después de la Santa Misa

36. Oración a Jesús Sacramentado

37. Sacramento de la Reconciliación

Examen de Conciencia

38. Otras Oraciones

Instrumento de tu Paz

39. Oración del Apóstol

40. Oración del misionero

41. Acto de Amor Perfecto

42. Oración por la familia

43. Oración por las vocaciones

44. Oración por los Sacerdotes

45. Para crecer en el amor

46. Consolación en la angustia

47. Decisión

48. Conversión total

49. Súplica en el temor

50. Oración al propio Santo

51. Para el estudio

52. Oración de abandono

 

 

 

1. Oraciones de la mañana

Señor en el silencio de este día que nace, vengo a pedirte paz, sabiduría y fuerza.

Hoy quiero mirar al mundo con ojos llenos de amor,

ser paciente comprensivo, humilde, suave y bueno.

Ver detrás de las apariencias a tus hijos, como los ves Tú mismo,

para así poder apreciar la bondad de cada uno.

Cierra mis oídos a toda murmuración, guarda mi lengua de toda malidicencia,

que solo los pensamientos que bendigan, permanezcan en mí.

Quiero ser tan bien intencionado y justo que todos los que se acerquen a mí, sientan tu presencia.

Revísteme de tu bondad, Señor, y haz que durante este día, yo te refleje. Amén.

  1. Ofrecimiento de obras
  2. Tomad, Señor y recibid

    Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad,

    Mi memoria, mi entendimiento,

    Y toda mi voluntad:

    Todo mi haber y poseer.

    Vos me lo disteis; a Vos, Señor,

    Lo torno. Todo es vuestro,

    Disponed de mí,

    Según vuestra voluntad.

    Dadme vuestro amor y gracia:

    Que esto me baste.

    San Ignacio de Loyola

  3. Oración para irradiar a Cristo
  4. Amado Señor,

    Ayúdame a esparcir tu fragancia donde quiera que vaya.

    Inunda mi alma de espíritu y vida.

    Penetra y posee todo mi ser hasta tal punto que toda mi vida solo sea una emanación de la tuya.

    Brilla a través de mí, y mora en mi de tal manera que todas las almas que entren en contacto conmigo puedan sentir tu presencia en mi alma.

    Haz que me miren y ya no me vean a mí sino solamente a ti, oh Señor.

    Quédate conmigo y entonces comenzaré a brillar como brillas Tú; a brillar para servir de luz a los demás a través de mí.

    La luz, oh Señor, irradiará toda de Ti; no de mí; serás Tu, quien ilumine a los demás a través de mí.

    Permíteme pues alabarte de la manera que más te gusta, brillando para quienes me rodean.

    Haz que predique sin predicar, no con palabras sino con mi ejemplo, por la fuerza contagiosa, por la influencia de lo que hago, por la evidente plenitud del amor que te tiene mi corazón. Amén.

    JOHN HENRY NEWMAN

  5. ¡Oh Señora mía!
  6. ¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco todo a vos y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón, en una palabra todo mi ser. Ya que soy todo vuestro Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión vuestra. Amén.

  7. Oración a Nuestra Señora
  8. ¡Oh! María, esperanza mía, bajo tu manto quiero vivir y morir, líbrame de pecado en este día y dame tu santa bendición. ¡Gracias Madre mía!

  9. Consagración al Sagrado Corazón de Jesús
  10. Divino Corazón de Jesús, por medio del Inmaculado Corazón de María yo me ofrezco a Dios Padre en tu Santo Sacrificio del Altar con todos mis trabajos, estudios, oraciones, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación por nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino especialmente te ruego por las intenciones confiadas en este mes por el Papa y por nuestros tesoros.

  11. Oraciones del Mediodía
  12. Angelus

    U: El ángel anunció a María

    T: Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo (Ave María)

    U: He aquí la esclava del Señor

    T: Hágase en mi según tu palabra (Ave María)

    U: Y el Verbo se hizo carne

    T: Y habitó entre nosotros (Ave María)

    U: Ruega por nosotros Santa Madre de Dios

    T: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

    U: Oremos:

    Infunde, Señor, tu gracia en nuestras almas; para que, habiendo conocido por el anuncio del ángel la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por los méritos de su Pasión y Cruz seamos llevados a la gloria de la resurreción, por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

  13. Regina coeli (para el tiempo pascual)
  14. U: Alégrate Reina del Cielo, aleluya.

    T: Por el que mereciste llevar en tu seno, aleluya.

    U: Resucitó cómo había dicho, aleluya.

    T: Ruega por nosotros a Dios, aleluya.

    U: Gózate y alégrate Virgen María, aleluya

    T: Porque resucitó Dios verdaderamente, aleluya.

    U: Oremos:

    Oh Dios que te dignaste a alegrar al mundo por la Resurrección de tu Hijo, Jesucristo; concédenos que por la intercesión de la bienaventurada Virgen María, su Madre, alcancemos los gozos de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor, Amén.

  15. Oración de la tarde
  16. ¡Cuánto me has amado! ¡Dios mío!

    ¡Cuánto has hecho para que yo te ame! ¡Dios mío!

    ¡Cuánto has deseado y sigues deseando que yo te ame!

    ¡Aquí esoty, Dios mío, Aquí estoy! Mi corazón está dispuesto.

    No me niego a nada que pueda probarte mi amor

    ¿Que quieres que haga? ¡Aquí estoy!

    San Miguel

  17. Oraciones de la noche
  18. Tú, a quien he buscado, Señor,

    En este día,

    A quien he escuchado,

    Dame el reposo de esta noche.

    Tú, a quien he cantado, Señor,

    En este día,

    A quien he orado,

    Dame el reposo de esta noche.

    Tú, a quien yo he negado, Señor,

    En este día,

    A quien he amado,

    Dame el reposo de esta noche. Amén

    (Es bueno hacer un examen de conciencia sobre los pensamientos, palabras, obras y omisiones del día transcurrido, luego se rezará el Pesame)

    Examen de conciencia

    ¿Vencí la pereza al levantarme sin quedarme ni un minuto más en la cama?

    ¿Hice el ofrecimiento de obras?

    ¿Cómo he aprovecahado el tiempo de estudio o de trabajo?

    ¿Recé el Angelus a la Virgen?

    ¿Hice la visita a Jesús en el Sagrario?

    ¿He obedecido con prontitud y alegría a mis padres y superiores?

    ¿Me he portado mal con mis hermanos y compañeros discutiendo, molestando o no ayudándoles como debía?

    ¿Dije siempre la verdad? ¿Eché a los otros la culpa de lo que yo había hecho?

    ¿Cómo he vivido la virtud de la Santa Pureza: en palabras, pensamientos, obras, miradas, etc.?

    ¿Me he acordado frecuentemente de Dios mi Padre y de la Virgen Santísima mi Madre?

    Te suplicamos, Señor que visites esta habitación: aleja de ella las acechanzas del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz, y tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Jesucristo, Nuestro Señor.

    El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una muerte santa.

    (Se puede rezar también tres Ave Marías pidiendo a Nuestra Madre la pureza y al Angel Custodio para que vele nuestros sueños)

  19. Al Angel Custodio
  20. Angel de Dios, que eres mi custodio, ya que el Señor me ha encomendado a ti, ilumíname, guárdame y guíame. Amén.

    Oraciones para bendecir la mesa

    Para bendecir los alimentos

    Bendícenos, Señor y bendice estos alimentos que recibimos de tus manos. Bendice a quienes lo han preparado y dales el pan a los que nolo tienen, por Jesucristo Nuestro Señor.

    Al terminar las comidas

    Te damos gracias Señor por estos beneficios recibidos de tus manos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

  21. Visita al Santísimo Sacramento
  22. U: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

    T: Amén

    U: Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar.

    T: Sea por siempre bendito y alabado.

    U: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

    T: Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

    (Se repite todo tres veces)

    Señor Jesús,

    Creo firmemente que estás en el Santísimo Sacramento. Te adoro como Dios verdadero aquí oculto. Por mis pecados te pido perdón. Y porque te amo sobre todas las cosas, deseo recibirte espiritualmente en este momento.

    Habiendome unido a ti, te doy gracias y me someto enteremante a Tu Santa Voluntad.

    Alma de Cristo, santifícame.

    Cuerpo de Cristo, sálvame.

    Sangre de Cristo, embriágame.

    Agua del costado de Cristo lávame.

    Pasión de Cristo, confórtame.

    Oh buen Jesús, óyeme.

    Dentro de tus llagas escóndeme.

    No permitas que me aparte de ti.

    Del maligno enemigo defiéndeme.

    En la hora de mi muerte llámame.

    Y mándame ir a ti,

    para que con tus santos te alabe,

    por los siglos de los siglos, Amén.

  23. Visita a Nuestra Señora
  24. Bendita sea tu pureza, y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti Celestial Princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes Madre mía.

  25. Acto de Fe
  26. Señor mío y Dios mío; creo todo lo que has revelado y la Iglesia nos enseña a creer, porque Tú eres el verdadero Dios. ¡Dios mío, aumenta mi Fe!

  27. Acto de Esperanza
  28. Señor mío y Dios mío: espero de ti el perdón de mis pecados, tu gracia y después de la vida eterna, porque Tú, Dios bueno y fiel, así lo has prometido. ¡Dios mío, fortalece mi esperanza!

  29. Acto de caridad
  30. Señor mío y Dios mío: te amo de todo corazón, sobre todas las cosas, porque eres mi Padre infinitamente bueno. También amo a mi prójimo como a mí mismo, por amor a ti. ¡Enciende en mi el fuego de Tu amor!

  31. Meditación
  32. "Orar no significa sólo que podemos decir a Dios todo lo que nos agobia. Orar significa también callar y escuchar lo que Dios nos quiere decir." Juan Pablo II

    Existen varias formas de hacer meditación. La meditación es una forma de oración escencial del cristiano, por medio de ella Dios habla a los hombres que quieren escucharlo, <>.

    1-a) Ponerse en presencia de Dios: Darse cuenta que Dios quiere hablarme, predisponerme a escucharlo. Serenarme. Pedir la inspiración del Espíritu Santo.

    b) Rectificar la intención: Plantearle mis dudas, darme cuenta que esto sirve para ser más santo, para llegar a Dios, etc.

    c) Leer un trozo de la Biblia o de algún libro espiritual.

    d) Preguntar: -¿Qué dice?: lo más objetivamente posible. Por ej: habla de la fidelidad.

    -¿Qué me dice?: A mí particularmente, qué aspecto de mi vida toca.

    -¿Qué le digo yo?: Contestarle a Cristo, decirle que me parece. Es ideal para hacer peticiones, acciones de gracia, pedidos de perdón y alabar a Dios.

    2- Los pasos a, b y c se repiten

    d) Tratar de imaginar la escena, de meterme en ella, de ponerme en el lugar de los personajes, d saber que sentía cada uno en ese momento, que sentiría yo en ese momento.

    e) Preguntarme cómo actúan los personajes y cómo hubiese actuado yo. Mirar especialmente a Jesús y ver cómo actúa Él.

    f) Hacer un propósito pequeño y realizable para mi vida.

  33. Citas Útiles
  34. Grandeza de Dios: Isaías 2, 9-23; 40, 12-31; 41, 21-29; 44, 1-9.

    Vocación Profética: Jeremías 1, 4-11; Isaías 49, 1-7.

    Vida apostólica: 1 Corintios 4, 9-14.

    2 Corintios 4, 1-18.

    2 Corintios 6, 3-11.

    2 Corintios 11, 23-30.

    Paciencia: Eclesiástico 2, 1-7.

    Ternura de Dios: Oseas 2, 16-25; Isaías 41, 8-20; Oseas 11, 1-6.

    Fe irresistible: Romanos 8, 28-39.

    Filiación divina: Romanos 8, 15-22.

    Aliento y esperanza: Josué 1.

    Isaías 43.

    Isaías 54.

    Isaías 60.

    Cristo, centro del mundo: Colosenses 1, 15-21; Efesios 3, 14-21.

    Textos históricos: Hechos, capítulos 14-28.

    2 Timoteo.

    I Macabeos 2, 3, 4 y 5.

    II Macabeos 5, 6, 7 y 8.

    Jesús, misericordioso y sensible:

    Mateo 9, 35; Marcos 1, 41; Mateo 14, 14; Lucas 7, 13; Marcos 2, 17; Mateo 11, 19; Mateo 9, 9; Lucas 15 1ss.; Mateo 9, 13; Lucas 7, 36ss.; Juan 8, 1ss.

    Jesús manso, paciente y humilde:

    Marcos 3, 10; Lucas 5, 1; Mateo 5, 5; Marcos 14, 56; Mateo 27, 13; Lucas 23, 8; Lucas 23, 24; Mateo 4, 1-11; 2 Corintios 10, 1; 1 Pedro 2, 23.

    Opción de Jesús por los pobres:

    Mateo 9, 36; Marcos 6, 34; Lucas 6, 20; Mateo 11, 5; Lucas 4, 18; Mateo 25, 34ss.

    Jesús sincero y veraz:

    Mateo 5, 37; Mateo 16, 21; Lucas 13, 32; Juan 8, 40ss.; Juan 6, 66; Mateo 7, 3; Lucas 7, 39; Juan 8, 32; Juan 18, 37; 1 Pedro 2, 22.

    Amar como Jesús amó:

    Juan 13, 34; Mateo 19, 14; Juan 11, 1ss.; Juan 15, 15; Juan 20, 17; Marcos 10, 45; Mateo 20, 28; Juan 15, 9; Juan 3, 16; Gálatas 2, 20.

  35. Misterios del Santo Rosario
  36. Misterios gozosos (lunes y jueves)

    1-La Encarnación del Hijo de Dios (Lc 1, 26-38)

    2-La Visitación de la Ssma. Virgen a Isabel (Lc 1, 39-48)

    3-El Nacimiento del Hijo de Dios en Belén (Lc 2, 6-14)

    4-La presentación del Hijo de Dios en el templo (Lc 2, 22-35)

    5-El Niño Jesús perdido y hallado en el templo (Lc 2, 41-52)

    Misterios Dolorosos (Martes y Viernes)

    1-La Oración de Ntro. Señor en el Huerto (Lc 22, 39-46)

    2-La Flagelación de Ntro. Señor (Mc 15, 6-15)

    3-La Coronación de espinas (Mc 15, 16-20)

    4-Jesús con la Cruz a cuestas camino al Calvario (Lc 23, 26-33)

    5-La Crucufixión y muerte de Nuestro Señor ((Jn 19, 25-30)

    Misterios Gloriosos (Miércoles, Sábados y Domingos)

    1-La Resurrección de Nuestro Señor (Mt 28, 1-10)

    2-La Ascensión de Nuestro Señor a los cielos (Mt 28, 16-20)

    3-La venida del Espíritu Santo sobre la Ssma. Virgen y los Apóstoles (Hech 2, 1-4)

    4-La asunción de María Ssma. a los cielos (Lc 1, 46-49)

    5-La Coronación de María Santísima en el Cielo

  37. Salve
  38. Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva: a ti suspiramos, gimiendo y llorando en un valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

    U: Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

    T: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

  39. Bajo tu amparo
  40. Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén

  41. Acordaos
  42. Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de cuantos han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, reclamando vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, Oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. Madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien escuchadlas y aceptadlas benignamente. Amén.

  43. Magnificat
  44. Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

    Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque le Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

    Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

    Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia –como lo había prometido a nuestros padres- a favor de Abraham y su descendencia por siempre.

    Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en un principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

  45. Oraciones al Espíritu Santo
  46. Oración inicial para cada día

    U: Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor.

    Envía Señor tu Espíritu y serán creadas todas las cosas.

    T: Y renovorás la faz de la Tierra.

    U: Oremos: Dios que has instruido los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, haz que, guiados por este mismo Espíritu, gustemos las cosas santas y gocemos siempre de su divino consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

  47. Oración al Espíritu Santo
  48. Espíritu Santo Inspírame

    Amor de Dios Consúmeme

    Al verdadero camino Condúceme

    María Madre Mía Mírame

    Con Jesús Bendíceme

    De todo mal De toda ilusión

    De todo peligro Presérvame.

  49. Veni Creator
  50. Ven, Creador, Espíritu amoroso,

    ven y visita el alma que a ti clama

    y con tu soberana gracia inflama

    los pechos que criaste poderoso.

    Tú que abogado fiel eres llamado

    del Altísimo don, perenne fuente

    de vida eterna, caridad ferviente,

    espiritual unción, fuego sagrado.

    Tú infundes al alma en siete dones,

    fiel promesa del Padre soberano;

    tú eres el dedo de su diestra mano,

    tú nos dictas palabras y razones.

    Ilustra con tu luz nuestros sentidos,

    del corazón ahuyenta la tibieza,

    haznos vencer la corporal flaqueza,

    con tu eterna virtud fortalecidos.

    Por ti nuestro enemigo desterrado,

    gocemos de paz santa y duradera,

    y, siendo nuestro guía en la carrera,

    todo daño evitemos y pecado.

    Por ti al eterno Padre conozcamos,

    y al Hijo, soberano omnipotente,

    y a ti, Espíritu, de ambos procedente,

    con viva fe y amor siempre creamos. Amén.

  51. Secuencia de Pentecostés
  52. Ven, Espíritu Santo,

    y envía desde el cielo un rayo de tu luz.

    Ven, Padre de los pobres,

    ven a darnos tus dones,

    ven a darnos tu luz.

    Consolador lleno de bondad,

    dulce huesped del alma,

    suave alivio de los hombres.

    Tú eres descanso en el trabajo,

    templanza en las pasiones,

    alegría en nuestro llanto.

    Penetra con tu santa luz

    en lo más íntimo

    del corazón de tus fieles.

    Sin tu ayuda divina

    no hay nada en el hombre,

    nada que sea inocente.

    Lava nuestras manchas,

    riega nuestra aridez,

    cura nuestras heridas.

    Suaviza nuestra dureza,

    elimina con tu calor nuestra frialdad,

    corrige nuestros desvíos.

    Concede a tus fieles,

    que confían en ti,

    tus siete dones sagrados.

    Premia nuestra virtud,

    salva nuestras almas,

    danos la eterna alegría. Amén.

  53. Otra oración al Espíritu Santo
  54. Espíritu Santo, eres el alma de mi alma, te adoro humildemente.

    Ilumíname, fortifícame, guíame, consuélame.

    Y en cuanto corresponde al plan eterno Padre Dios revélame tus deseos.

    Dame a conocer lo que el Amor eterno desea en mí.

    Dame a conocer lo que debo realizar.

    Dame a conocer lo que debo sufrir.

    Dame a conocer lo que con silenciosa modestia y en oración, debo aceptar, cargar y soportar.

    Sí, Espíritu Santo, dame a conocer tu voluntad y la voluntad del Padre.

    Pues toda mi vida no quiero ser otra cosa que un continuado perpetuo Sí a los deseos y al querer del eterno Padre Dios. Amén.

    P. José Kentenich

  55. Jaculatorias

Es bueno utilzar Jaculatorias para alabar a Dios a lo largo del día, son como <> a Dios y a la Virgen...

  1. Vía Crucis

  1. Jesús es condenado a muerte
  2. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos porque por Tu santa Cruz redimiste al mundo. (Se repite en cada estación)

    Siendo Dios inmortal, Jesús quiso morir para librarme del pecado.

  3. Jesús carga con la Cruz:
  4. El Señor lleva sobre sus hombros la Cruz, para enseñarme a llevar yo las mías.

  5. Jesús cae bajo el peso de la Cruz:
  6. Son mis pecados los que hacen que el Señor caiga en tierra.

  7. Jesús se encuentra con su Santísima Madre:
  8. Madre mía: no me dejes munca, ni de noche ni de día.

  9. Simón Cireneo ayuda a Jesús a llevar la Cruz:
  10. Llevando con ánimo mis penas y dolores ayudo a Jesús a llevar el peso de la Cruz.

  11. Verónica limpia el rostro de Jesús:
  12. Tengo que consolar a los demás cuando sufren, viendo en ellos al Señor.

  13. Jesús cae por segunda vez:
  14. Señor dame fuerza para levantarme cada vez que caiga.

  15. Jesús consuela a las hijas de Jerusalén:
  16. El Señor vuelca sobre nosotros su misericordia, aunque esté sufriendo por nuestra culpa.

  17. Jesús cae por tercera vez:
  18. Aunque yo caiga muchas veces, el Señor me perdonará siempre por medio de la Confesión.

  19. Jesús es despojado de sus vestiduras:
  20. La vergüenza que pasó el Señor al quedar desnudo, debe hacerme estimar la virtud de la modestia y el pudor.

  21. Jesús es clavado en la Cruz:
  22. Los tremendos dolores del Señor me recuerdan que he de ser mortificado.

  23. Jesús muere en la Cruz:
  24. "Nadie ama más a un amigo, que el que da su vida por ese amigo".

  25. Jesús es bajado de la Cruz y entregado a su Madre:
  26. Madre mía, quiero acompañarte en tu dolor con el dolor de mis pecados.

  27. Jesús es puesto en el sepulcro:

Me dice San Pablo que he sido sepultado con Cristo para no cometer más pecados.

  1. Santa Misa
  2. Preparación para la Santa Misa

    Omnipotente y eterno Dios, aquí vengo al sacramento de tu Hijo único, nuestro Señor Jesucristo; vengo como enfermo al médico de la vida, como impuro a la fuente de la misericordia, como ciego a la luz de la claridad eterna, como pobre e indigente al Señor del Cielo y de la Tierra.

    Imploro, pues, la abundancia de tu inmensa generosidad, para que te dignes curar mi enfermedad, lavar mi suciedad, iluminar mi ceguera, enriquecer mi pobreza, vestir mi desnudez; y así pueda recibir el pan de loa Angeles, al Rey de los reyes y Señor de señores, con tanta reverencia y humildad, con tanta contricción y devoción, con tanta pureza y fe, con tal propósito e intención, como conviene para la salud de mi alma.

    Dame, te ruego, que no solo reciba el sacramento del cuerpo y de la Sangre del Señor, sino también la gracia y la virtud del sacramento.

    Dios de mansedumbre, concédeme, así recibir el cuerpo de tu Hijo único, nuestro Señor Jescristo, que él tomó de la Virgen María, para que merezca ser incorporado a su Cuerpo místico y contado entre sus miembros.

    Padre, lleno de amor, concédeme contemplar por toda la eternidad el rostro revelado de tu amado Hijo que, ahora oculto, me propongo a recibir en el camino de esta vida. Que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo Dios, por los siglos de los siglos. Amén

  3. Preparación para la Comunión
  4. Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por la voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo, por medio de tu muerte diste la Vida al mundo; concédeme que la recepción de tu Santísimo Cuerpo y Sangre me purifique de mis pecados y me proteja de todos los peligros.

    Dame la gracia de vivir cumpliendo tus mandamientos

    y que nunca me separe de ti.

  5. Oración para después de la Santa Misa
  6. Creo Señor, fortalece mi fe; espero, Señor, asegura mi esperanza; amo, Señor, inflama mi amor, me pesa; Señor, aumenta mi arrepentimiento.

    Te adoro como a primer principio, te deseo como a último fin, te alabo como a bienhechor perpetuo, te invoco como a defensor propicio.

    Dirígeme con tu sabiduría, contenme con tu justicia, consuélame con tu clemencia, protégeme con tu poder.

    Te ofrezco, Señor mis pensamientos para pensar en ti, mis palabras para hablar de ti, mis obras para obrar conforme a ti, mis sufrimientos para padecerlos por ti.

    Quiero lo que Tú quieres, lo quiero porque lo quieres, lo quiero como lo quieres, lo quiero en cuanto lo quieres.

    Te ruego, Señor, que alumbres mi entendimiento, abrases mi voluntad, purifiques mi corazón, santifiques mi alma.

    No me inficione la soberbia, no me altere la adulación, no me engañe el mundo, no me prenda en sus redes el demonio.

    Concédeme, Dios bueno, amor a ti, olvido de mí, celo del prójimo, desprecio del mundo.

    Procure obedecer a los superiores, atender a los inferiores, favorecer a los amigos, perdonar a los enemigos.

    Venza el deleite con la mortificación, la aviricia con la largueza, la ira con la mansedumbre, la tibieza con el fervor.

    Hazme prudente en los consejos, constante en los peligros, paciente en las adversidades, humilde en las prosperidades.

    Que procure tener inociencia interior, modestia exterior, conversación edificante, vida recta.

    Que me aplique con diligencia a domar la naturaleza, a corresponder a la gracia, a guardar tu ley, merecer la salvación.

    Que consiga la santidad con la confesión sincera de mis pecados, con la participación devota del cuerpo de Cristo, con el continuo recogimiento del espíritu, con la pura intención del corazón.

    Aprenda de ti que frágil es lo terreno, que agradable lo divino, qué breve lo temporal, que duradero lo eterno.

    Concédeme que me prepare a la muerte, que tema el juicio, que evite el infierno, que obtenga el paraíso.

    Por Cristo Nuestro Señor. Amén

  7. Oración a Jesús Sacramentado
  8. Señor Jesús,

    Dios verdadero aquí oculto, escúchame, te lo suplico.

    Concédeme que tu Voluntad Divina sea la aspiración suprema de mi vida; que con prudencia la busque, con claridad la conozca y con perfección la cumpla.

    Muéstrame tus caminos, indícame tus senderos.

    Descúbreme tus designios sobre mí, y haz que me conforme plenamente con ellos para la salvación eterna de mi alma.

    Hazme, oh Señor, firme y constante en todas las circunstancias de la vida; que ni la prosperidad me enorgullesca vanamente, ni me abata en la adversidad; que nunca me complazca en algo, si no me une a ti; que a nadie busque complacer, fuera de ti; que solo tema ofenderte a ti, Señor.

    Vuélveme innecesario todo lo transitorio, a fin de que sólo ame lo que es tuyo, y a tí sobretodo, Dios mío.

    Haz que no busque ningún goce que no venga de ti, ni que pueda desear otra cosa fuera de ti.

    Que todo trabajo realizado por ti me sea dichoso, pesado todo descanso que no se motive en ti.

    Concédeme, Señor Jesús, que a cada instante pueda con fervor elevar a ti mi alma; que mi vida entera no sea sino un acto de amor; que mire como muerta cualquier obra no encaminada a honrarte; que mis acciones no sean fruto de la rutina, sino que todas las refiera a ti mi fe.

    Hazme humilde sin afectación; alegre sin disipación; magnánimo en las tristezas; apacible en la austeridad.

    Haz que sincero y sin doblez; que a ti tema sin desesperar y en ti espere sin presunción; que sea puro y sin mancha; que corrija sin indignación, ame sin falsas apariencias, edifique de palabra y con el ejemplo sin ostentación, obedezca sin réplica y sufra sin queja.

    Concédeme también, Jesús, un corazón vigilante, que ningún pensamiento vano aleje de ti; un corazón noble, que ningún afecto indigno rebaje; un corazón recto, que ninguna maldad desvíe; un corazón fuerte que ninguna pasión esclavice; un corazón generoso para servir.

    Haz que mi espíritu te conozca; que con ardor te busque y con seguridad te encuentre; que mis conversaciones sean conformes a tu Divina Voluntad; que con tranquilidad y dulzura persevere en tu esperanza y finalmente, dichoso y confiado, logre poseerte para siempre.

    Haz que la penitencia me una a ti en la participación de tus dolores y de tu Cruz; que la Gracia me asegure la posesión de tus dones en los caminos del destierro; que las delicias de tu gloria colmen mis anhelos en la paz inalterable de la patria celestial. Amén.

  9. Sacramento de la reconciliación

"Siempre, pero especialmente en los momentos de desaliento y de angustia, cuando la vida y el mundo mismo parece desplomarse, no olvidéis las palabras de Jesús: "Venid a Mí todos los que estáis fatigados y oprimidos, que Yo os aliviaré. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, pues mi yugo es suave y mi carga ligera."

¿Por qué al examinar tu conciencia no te preguntas si agrada a Dios, y no, si puede ser pecado?

El sentir no es consentir

El pensar mal no es querer

Consetimiento a de haber

Junto con el advertir.

Mal puedo yo consentir

La tentación que no advierto

Y aunque soñando o despierto

Esté, si no quiero el mal,

Que no hay pecado mortal

Puedo estar seguro y cierto.

Examen de Conciencia

  1. "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón"

  1. "Amaos los unos a los otros como yo los he amado"

  1. "Sed perfectos como el Padre celestial"

  1. Otras Oraciones
  2. Instrumento de Tu Paz

    Haz de mí, Señor un instrumento de tu paz

    Que donde hay odio ponga yo amor

    Donde hay ofensa ponga yo perdón

    Donde hay discordia ponga yo armonía

    Donde hay error ponga yo verdad

    Donde hay duda ponga yo Fé

    Donde hay desesperación ponga yo esperanza

    Donde hay oscuridad ponga yo luz

    Donde hay tristeza ponga yo alegría

    Haz, Señor,

    que antes busque yo dar que recibir consuelo

    ofrecer que recibir comprensión

    amar que ser amado

    porque solo olvidándose de sí se encuentra uno a sí mismo

    Solo en la muerte nos despertamos a la vida. Amén

    San Francisco de Asís

     

  3. Oración del Apóstol (S XVI)
  4. Cristo, no tiene manos

    tiene solamente nuestras manos

    para hacer el trabajo de hoy.

    Cristo no tiene pies,

    tiene solamente nuestros pies

    para guiar a los hombres en sus sendas.

    Cristo, no tiene labios,

    tiene solamente nuestros labios

    para hablar a los hombres de sí.

    Cristo no tiene medios,

    tiene solamente nuestra ayuda

    para llevar a los hombres a sí.

    Nosotros somos la única Biblia,

    que los pueblos leen aún;

    somos el último mensaje de Dios

    escrito en obras y palabras.

  5. Oración del misionero
  6. Señor, cuando nos mandas a sembrar,

    rebosan nuestras manos de riquezas;

    tu palabra nos llena de alegría

    cuando la echamos a tierra abierta.

    Señor, cuando nos mandas a sembrar,

    sentimos en el alma la pobreza:

    lanzamos la semilla que nos diste

    y esperamos inciertos la cosecha.

    Y nos parece que es perder el tiempo,

    este sembrar en insegura espera.

    Y nos parece que es muy poco el grano

    para la inmensidad de nuestras tierras.

    Y nos aplasta la desproporción

    de tu mandato frente a nuestras fuerzas,

    pero la fe, nos hace comprender,

    que estas a nuestro lado en la tarea.

    Y avanzamos sembrando por la noche

    y por la niebla matinal. Profetas

    pobres, pero confiados en que Tú

    nos usas como humildes herramientas.

    Gloria a ti, Padre Bueno, que nos diste

    a tu Verbo, semilla verdadera,

    y por la gracia de tu Santo Espíritu

    la siembras con nosotros en la Iglesia.

    Hno. Fermín Gainza

  7. Acto de amor perfecto
  8. No me mueve Señor, para quererte

    El cielo que me tienes prometido,

    Ni me mueve el infierno merecido,

    Para dejar de ofenderte.

    Mueveme tus afrentas y tu muerte

    Clavado en esa Cruz y escarnecido,

    Muéveme el ver tu pecho tan herido,

    Muéveme tus afrentas y tu muerte.

    Muéveme, Oh, Sumo Bien, de tal manera,

    Que aunque no hubiera cielo yo te amara

    Y aunque no hubiera infierno te temiera.

    No tienes que darme porque te quiera,

    Porque si lo que quiero no esperara,

    Lo mismo que te quiero, te quisiera.

  9. Oración por la Familia
  10. Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el Cielo y en la Tierra, Padre, que eres amor y vida, haz que cada familia humana sobre la Tierra se convierta por medio de Tu Hijo Jesucristo, nacido de mujer y del Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero santuario de la vida y del amor para las generaciones que siempre se renuevan.

    Haz que tu gracia guíe los pensamientos y las obras de los esposos hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo.

    Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte apoyo para el desarrollo de su personalidad en la verdad y en el amor.

    Haz que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis, por las que a veces pasan nuestras familias.

    Haz finalmente, te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de Nazareth, que la Iglesia en todas las naciones de la Tierra pueda cumplir fructíferamente su misión en familia y por medio de la familia.

    Tú, que eres la vida, la verdad y el amor, en la unidad del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Juan Pablo II

  11. Oración por las vocaciones
  12. Jesús que sientes compasión al ver la multitud que está como ovejas sin pastor, suscita, en nuestra Iglesia, una nueva primavera de vocaciones.

    Te pedimos que envíes: Sacerdotes según tu corazón que nos alimenten con el Pan de Tu Palabra y en la mesa de Tu Cuerpo y de Tu Sangre; Consagrados que, por su santidad, sean testigos de Tu Reino; Laicos que, en medio del mundo, den testimonio de ti con su vida y su palabra.

    Buen Pastor, fortalece a los que elegiste; y ayúdalos a crecer en el amor y santidad para que respondan plenamente a tu llamado.

    María, Madre de las vocaciones, ruega por nosotros. Amén.

  13. Oración por los Sacerdotes
  14. María Madre de Jesús y de cuantos participan de su misterio sacerdotal, acudimos a ti como hijos que acuden a su Madre.

    Ya no somos niños, sino adultos que de todo corazón desean ser hijos de Dios.

    Nuestra condición humana es débil; por eso venimos a suplicar tu ayuda maternal para conseguir sobreponernos a nuestras debilidades.

    Ruega por nosotros, para que, a nuestra vez, podamos ser personas de oración.

    Invocamos tu protección para poder permanecer libres de todo pecado.

    Invocamos Tu amor para que el amor pueda reinar, y nosotros podamos ser compasivos y capaces de perdonar.

    Invocamos tu bendición para que nuestros sacerdotes puedan ser como la imagen de tu Hijo, Señor y Salvador nuestro Jesucristo. Amén.

    Madre Teresa de Calcuta

  15. Para Crecer en el Amor
  16. Señor, cuando tenga hambre, dame alquien que tenga necesidad de alimento.

    Cuando tenga sed, mándame alguien que tenga necesidad de bebida.

    Cuando tenga frío, mándame alguien para que lo caliente.

    Cuando tenga un disgusto, ofréceme alguien para que lo consuele.

    Cuando mi cruz se vuelva pesada, hazme compartir la cruz del otro.

    Cuando me sienta pobre, condúceme hasta alguien que esté necesitado.

    Cuando tenga tiempo, dame alguien a quien pueda ayudar unos momentos.

    Cuando me sienta humillado, haz que tenga alguien a quien alabar.

    Cuando esté desanimado, mándame alguien a quien dar ánimos.

    Cuando sienta necesidad de la comprensión de otros, mándame alguien que necesite de la mía.

    Cuando necesite que se ocupen de mí, mándame alguien de quien tenga que ocuparme.

    Cuando piense sólo en mi mismo, atrae mi atención sobre otra persona.

    Señor hazme digno de servir a nuestros hermanos que viven y mueren en hambre y miseria. Dádles hoy, por nuestras manos el pan de cada día; y por nuestra caridad la paz y alegría

    Madre Teresa de Calcuta

  17. Consolación en la angustia
  18. Señor, Señor. No puedo más.

    Vengo de una larga noche;

    estoy saliendo de aguas saladas. Ten piedad.

    La soledad es una alta muralla

    que me cierra todos los horizantes.

    Levanto los ojos y no veo nada.

    Mis hermanos me dieron la espalda y se fueron.

    Todos se fueron.

    Mi compañía es la soledad;

    mi alimento la angustia.

    No quedan rosas. Todo es luto.

    ¿Dónde estás Padre mío?

    Una cruel agonía se me ha detenido, congelada,

    en lo hondo de las entrañas.

    Dame la mano, Padre; apriétamela;

    Sácame de este negro calabozo

    No me cierres la puerta, por favor, que estoy solo.

    ¿Por qué callas? Mis gritos llenaron la noche,

    pero Tú permaneces sordo y mudo.

    Despierta, Padre mío.

    Dame señal, siquiera una, de que vives,

    de que amas, de que estás aquí, ahora, conmigo.

    Mira que el miedo y la noche

    me rondan como fieras,

    y solo me quedas Tú, como única defensa y baluarte.

    Pero yo sé que la aurora volverá,

    y me consolarás de nuevo,

    como a una madre consuela a un niño pequeño;

    y la armonía cubrirá los horizontes,

    y ríos de consolación correrán por mis venas.

    Regresarán mis hermanos a mi presencia.

    y habrá de nuevo espigas y estrellas;

    el aire se hinchará de alegría

    y la noche de canciones,

    y mi alma cantará eternamente tu misericordia,

    porque me has consolado.

    Gracias, Padre mío. Así sea.

  19. Decisión
  20. Oh Cristo.

    He entrado en el recinto de la oscuridad,

    y las tinieblas me duelen,

    me hieren,

    me lastiman.

    Siento falta de Ti.

    Se que Tú estás en mí.

    Pero estás callado,

    quieto,

    esperando mi decisión.

    Tú sabes . . .

    yo no puedo vivir sin Ti.

    La vida, sin Ti,

    es vacía,

    sin sentido,

    sin colores.

    Es angustia.

    Oh Cristo,

    no te quedes callado.

    ¡Sálvame!

  21. Conversión Total
  22. Sé que algo me estás pidiendo, Señor Jesús.

    Tantas puertas abiertas de un solo golpe.

    El panorama de mi vida ante mis ojos:

    No como en un sueño.

    Sé que algo esperas de mí. Señor,

    y aquí estoy,

    al pie de la muralla: todo está abierto,

    sólo hay un camino libre,

    abierto al infinito, el absoluto.

    Pero yo no he cambiado, a pesar de todo.

    Tendré que tomar contacto

    contigo, Señor; buscaré tu compañía,

    aún por largo tiempo.

    Para morir, pero entonces enteramente.

    Cómo esos heridos que sufren, Señor:

    te pido que acabes conmigo.

    Estoy cansado de no ser tuyo, de no ser Tú.

  23. Súplica en el temor
  24. Señor, hay nubes en el horizonte.

    El mar está agitado.

    Tengo miedo.

    El recelo me paraliza la sangre.

    Manos invisibles me tiran hacia atrás.

    No me atrevo.

    Una bandada de oscuras aves

    está cruzando el firmamento.

    ¿Qué será?

    Dios mío, di a mi alma:

    Yo soy tu Victoria.

    Repite a mis entrañas:

    no temas, yo estoy contigo.

  25. Oración al propio Santo
  26. Padre Bueno que concediste a mi patrono(a) san(ta) (nombrarlo) conocer y amar a Jesucristo Nuestro Señor y ser muy dócil al Espíritu Santo, te ruego por su intercesión me concedas la gracia (pedir la gracia) y de poder vivir con más fidelidad el Evangelio. Te lo imploro por Cristo nuestro Señor. Amén.

  27. Para el estudio
  28. Padre Providente, que eres llamado fuente de la luz y de la sabiduría: ilumina mi entendimiento y disipa las tinieblas en que he nacido, el pecado y la ignorancia.

    Concédeme la facultad de aprender, la facilidad para entender, la capacidad para retener, la sutileza para interpretar y el don de saber hablar

    Santo Tomás de Aquino

  29. Oración de abandono

Señor, esta noche quiero confesarte algo:

Con mis pocos años de experiencia,

Con tantas batallas perdidas y

Un puñado de desalientos en el alma;

He llegado a una conclusión:

Señor, ya no quiero amarte,

Quiero que vos me ames.

Ya no quiero encontrarte,

Sino que Vos me encuentres.

Ya no quiero hacerte mío,

Sino que Vos me hagas tuyo.

Pero por sobre todas las cosas,

Ya no quiero salvarme,

Sino que Vos,

Aunque yo sea un pecador,

O tal vez por eso,

No sé cómo ni cuando;

Me salves.