Podéis darles vuestro amor pero no vuestros pensamientos,
puesto que tienen sus propios pensamientos.
Podéis alojar sus cuerpos mas no sus almas,
puesto que sus almas moran en la casa del mañana, que vosotros no podéis visitar, ni en vuestros sueños.
Podéis esforzaros en ser como ellos, pero no intentéis hacerlos como vosotros,
puesto que la vida no mira ni espera al ayer.
Sois los arcos de los que vuestros niños parten como flechas vivientes.
Abandonaos en manos del arquero: será para bien."
Esto me hace pensar en los padres que por flojera le dicen a su hijo "traeme un vaso de agua" e interrumpen al niño en la actividad más importante del día (que es jugar con un cochecito) porque sus dueños le ordenaron que él hiciera lo que a ellos les da flojera. Además pienso no sólo en los padres, sino en todos aquellos que en algún momento son ejemplo para los más pequeños. Es educación nuevamente. Me parece que lo que un niño hace es tan importante para él, como lo que nosotros hacemos es para nosotros. Así cuando se regaña al niño por no hacer la tarea, es por el desinterés por cumplir los caprichos de alguien más. Tal vez de ahí salgan los niños berrinchudos, acostumbrados a ser ordenados, quieren a su vez ordenar a los demás para que los demás cumplan sus caprichos. En fin. Debemos cuestionar nuestra educación y ponerla por debajo de nuestros valores, no al revés.
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