III CONGRESO NACIONAL DE FILOSOFÍA - PERÚ
**********************************************************
28 de Noviembre - 03 de Diciembre 1988
"EL PROBLEMA DE LA LIBERTAD Y LA RESPONSABILIDAD MORAL EN LA MAQUINA"
Ponente :

LADISLAO CUÉLLAR REYES, Profesor de Filosofía de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas y ex-Jefe de la Oficina de Tecnología Educativa de la Facultad de Ciencias Físicas - U.N.M.S.M.

TRUJILLO - PERÚ
 

INTRODUCCIÓN

No es posible comprender adecuadamente el surgimiento de la categoría de LIBERTAD como una posibilidad histórica y a la vez fundamento de la RESPONSABILIDAD MORAL, sin tener en cuenta un enfoque concatenado dialécticamente sobre la aparición de la conciencia cognoscente de la necesidad, y sin hacer previamente un estudio del reflejo como propiedad general de la materia en sus tres grandes niveles de desarrollo.

EL REFLEJO COMO PROPIEDAD GENERAL DE LA MATERIA

El mundo es un sistema de sistemas en interacción. Entre los sistemas hay interacciones tanto internas -en los subsistemas- como interacciones externas -con otros sistemas- de modo que el movimiento es la forma de existencia de la materia y el reflejo su propiedad general.

El reflejo es la respuesta (reacción) de una cosa a la acción de otra. La acción y la respuesta a ella, constituyen la interacción. Se puede definir el reflejo como reacción de uno de los componentes del sistema que interacciona a la acción del otro. Y "la interacción del cuerpo y razón es un problema cibernético, en principio" .
 

FORMAS O CLASES PRINCIPALES DEL REFLEJO POR SU NIVEL DE DESARROLLO

      Como propiedad de los objetos en general (forma inferior del reflejo)

 a) El reflejo en la   - Género particular constituido
    naturaleza inorgánica  por el reflejo utilizado en las
       técnicas de comunicación y control o
       dirección de procesos (realimentación)
 Vgr. en computadoras, ordenadores y
       sistemas autogobernados.

N       Metabolismo
A       Irritación
T b) El reflejo en la   Sensibilidad
U    naturaleza (orgánica)  Reflejo no condicionado
R       Reflejo condicionado
A       (1er sistema de señalización
L       de la realidad).
E
Z       Zona de transición evolutiva
A
       Reflejo condicionado
       Reflejo incondicionado
 c) El reflejo en la natu-  (2do sistema de señalización
    raleza social (o materia  de la realidad. lenguaje)
    socialmente organizada)  Forma superior del reflejo de la
       realidad o conciencia humana.

       El ser social condiciona la conciencia
       social.
 El materialismo dialéctico considera la psique como reflejo de la materia, como imagen ideal subjetiva del mundo objetivo. La psique del hombre es una función del cerebro, su base material altamente desarrollada. El enfoque idealista de la psique la presenta como una sustancia espiritual independiente, que se enfrenta o subordina a la materia (Vgr. las teorías sostenidas por la teología, etc.) .

 Pero lo psíquico y lo físico sólo son contrapuestos dentro del marco del problema fundamental de la filosofía, el de la relación entre el ser y la conciencia .

 Las formas del reflejo pueden ser consideradas en dos planos: En el científico concreto donde el reflejo se manifiesta como fenómeno material  y en el gnoseológico se muestra como fenómeno ideal. Lo ideal es siempre secundario, derivado con relación a lo material.

ACERCA DE LA SEPARACIÓN DEL SUJETO RESPECTO AL OBJETO DE CONOCIMIENTO Y LA APARICIÓN DE LA FORMA SUBJETIVA IDEAL DEL REFLEJO

 En un artículo, N.P. Antónov, miembro de la Academia de Ciencias de la URSS, dice: "El problema relativo a cuándo y cómo surgió la división de la naturaleza única en sujeto y objeto de conocimiento, en mundo natural objetivo y su reflejo subjetivo ideal, se halla estrechamente vinculado al que trata de por que la actividad fisiológica refleja del cerebro humano posee la propiedad de percibir subjetivamente y de manera consciente el mundo exterior, y el hombre comprende aquello que actúa sobre sus órganos de los sentidos, adquiere conciencia del mundo circundante y de su propia relación con dicho mundo. Sólo podemos hablar que se da una separación entre el sujeto y el objeto del reflejo, cuando el objeto reflectante adquiere conciencia, por una parte, de la acción del objeto reflejado, y por otra de su relación con este último. De ahí que el objeto reflectante no aparezca como sujeto del reflejo en la naturaleza inorgánica, e incluso en la naturaleza viva el objeto reflectante -el animal- respecto a la acción externa, se va transformando en sujeto del reflejo sólo gradualmente en el transcurso de una larga evolución biológica y de la evolución por la que pasan las formas del reflejo psíquico. El animal no tiene conciencia de sí mismo en cuanto sujeto del conocimiento y de la actividad, carece de autoconciencia en cuanto conciencia de sí mismo y de su relación con el medio ambiente, por este motivo no aparece como sujeto del reflejo, contrapuesto al objeto del reflejo. La transformación del objeto reflectante en sujeto del reflejo, es decir, la separación del sujeto del conocimiento respecto a su objeto y el nacimiento de la forma ideal del reflejo se hacen posibles únicamente en el hombre gracias a su trabajo de carácter social. (Se debe a ello que el objeto reflectante adquiere conciencia de sí mismo como "Yo", y a que surge el lenguaje y el pensamiento por medio de conceptos) . En este proceso, el salto decisivo acontece al pasar de la forma biológica a la forma social del movimiento de la materia, cuando en el estadio del pitecántropo y del sinántropo, se realiza el tránsito del uso instintivo del palo y la piedra tal como se encuentran en la naturaleza, a la confección intencionada de los instrumentos de trabajo más simples y aparece la forma primitiva del trabajo social".

 El primer acto histórico de la humanidad ha sido, pues, un acto de producción material, que determinó la división de la naturaleza única en sujeto y objeto de conocimiento y la aparición de la forma superior de  reflejo de la realidad -es decir- la conciencia humana. Con lo cual, en un mundo regido por la pura necesidad y causalidad donde todo ocurría ceñido a las ciegas fuerzas espontáneas de la naturaleza, va a surgir la posibilidad de la libertad real, como un producto de la evolución histórica y que permitirá al hombre utilizar las alternativas que le concede la necesidad -entendida posteriormente como ley científica- a medida que acrecienta su conocimiento del mundo mediante la práctica de su actividad productiva, a la vez que el ser social condiciona la conciencia social.

LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD MORAL

 F. Engels en su libro ANTI-DÜCHRING, Ed. Grijalbo 1968, pags. 103-105, refiriéndose al tema "Moral y derecho - Libertad y necesidad", dice lo siguiente: "NO ES POSIBLE TRATAR ADECUADAMENTE DE MORAL Y DERECHO SIN TOCAR LA CUESTIÓN DE LA LLAMADA VOLUNTAD LIBRE, DE LA RESPONSABILIDAD DEL HOMBRE, DE LA RELACIÓN ENTRE NECESIDAD Y LIBERTAD".

 La filosofía de la realidad tiene para este problema no ya una solución sino dos soluciones.
 En el lugar de todas las falsas teorías de la libertad hay que poner la estructura empírica de la situación en la cual la comprensión racional por un lado y las determinaciones instintivas por otros se unifican, por así decirlo, en una fuerza intermedia. Los hechos básicos de este tipo de dinámica deben tomarse de la observación, y deben también estimarse en cuanto a predicción cuantitativa de los acontecimientos aún no ocurridos. Con ésto no sólo se eliminan radicalmente las necias ilusiones acerca de la libertad interior que han sido roídas como alimento por milenios de la humanidad, sino que además se las sustituye por algo positivo, utilizable para la organización práctica de la vida.

1) Según esto, la libertad consiste en que la comprensión racional tira del hombre hacia la derecha, los instintos irracionales de él tiran hacia la izquierda, y en este paralelogramo de fuerzas el movimiento real tiene lugar según la diagonal. La libertad sería, pues, la media de comprensión e instinto, entendimiento y ceguera, y su grado en cada individuo podría establecerse empíricamente mediante una "ecuación personal".

2) Basamos la responsabilidad moral en la libertad, la cual, empero, no significa para nosotros más que la receptividad respecto de motivos conscientes según el criterio de entendimiento natural y adquirido. Todos esos motivos obran con inevitable legalidad natural a pesar de percibirse la posible contraposición en las acciones, pero precisamente con esa necesidad inexcusable estamos calculando cuando aplicamos la palanca moral.

 Esta segunda determinación de la libertad, que tan desaforadamente se desatiende de la primera, no es más que una trivialización extrema de la concepción hegeliana. Hegel ha sido el primero en exponer rectamente la relación entre libertad y necesidad. Para él, la libertad es la comprensión de la necesidad. "La necesidad es ciega sólo en la medida en que no está sometida al concepto" . La libertad no consiste en una soñada independencia respecto de las leyes naturales, sino en el reconocimiento de esas leyes y en la posibilidad, así dada, de hacer las obras según un plan para determinados fines. Esto vale tanto respecto de las leyes de la naturaleza externa cuanto respecto de aquellas que regulan el ser somático espiritual (psico-somático)  del hombre mismo: dos clases de leyes que podemos separar a lo sumo en la representación no en la realidad. La libertad de la voluntad no significa, pues, más que la capacidad de poder decidir con conocimiento de causa. Cuanto más libre es el juicio de un ser humano respecto de un determinado punto problemático con tanta mayor necesidad estará determinado el contenido de ese juicio; mientras que la inseguridad debida a la ignorancia y que elige con aparente arbitrio entre posibilidades de decisión diversas y contradictorias prueba con ello su propia ilibertad. Su situación de dominada por el objeto al que precisamente tendría que dominar. LA LIBERTAD CONSISTE, PUES, EN EL DOMINIO SOBRE NOSOTROS MISMOS Y SOBRE LA NATURALEZA EXTERIOR, BASADO EN EL CONOCIMIENTO DE LAS NECESIDADES NATURALES; POR ESO ES NECESARIAMENTE UN PRODUCTO DE LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA. Los primeros hombres que destacaron de la animalidad eran en todo lo esencial tan poco libres como los animales mismos. Pues el fuego producido por frotamiento dio por primera vez al hombre  el dominio sobre una fuerza natural y le separó así definitivamente del reyno animal..."

 Al respecto dice Lenin:

 "Engels toma el conocimiento y la voluntad del hombre, por un lado, y la necesidad de la naturaleza, por otro, y en lugar de cualquier definición, dice sencillamente que la necesidad de la naturaleza es lo primario, y la voluntad y la conciencia del hombre lo secundario. No pone en duda la existencia de la "ciega necesidad". Reconoce la existencia de la necesidad no conocida por el hombre, pero no la "incognoscible cosa en sí" de Kant. Son los razonamientos de Engels sobre la cognoscibilidad de la naturaleza objetiva de las cosas y sobre la transformación de la "Cosa en sí" en "cosa para nosotros" por un lado, y de sus razonamientos sobre la necesidad ciega, no conocida por otro...". "En Engels, toda la práctica humana viva hace irrupción en la teoría misma del conocimiento, proporcionando un criterio objetivo de la verdad; en tanto que ignoramos una ley natural, esa ley, existiendo y obrando al margen y fuera de nuestro conocimiento, nos hace esclavos de la "ciega necesidad". Tan pronto como conocemos esa ley, que acciona (como repitió Marx millares de veces) independientemente de nuestra voluntad y de nuestra conciencia, nos hacemos dueños de la naturaleza. El dominio de la naturaleza, que se manifiesta en la práctica de la humanidad, es el resultado del reflejo objetivo y veraz, en la cabeza del hombre, de los fenómenos y de los procesos de la naturaleza y constituye la prueba de que dicho reflejo (dentro de los límites de lo que nos muestra la práctica) es una verdad objetiva, absoluta y eterna".

Condensado de V.I. Lenin, Materialismo y empiriocriticismo. Buenos Aires, Ediciones Estudio, 5a. ed. pag. 200-201.

ALGUNAS DIFERENCIAS CUALITATIVAS Y CUANTITATIVAS ENTRE LA LIBERTAD Y LA RESPONSABILIDAD MORAL EN EL HOMBRE Y LA MAQUINA

 El error de la mayor parte de los cibernéticos norteamericanos radica en incurrir en un reduccionismo -al estilo del fisicalismo- cuando comparan las máquinas Vgr. computadoras, ordenadores y sistemas autogobernados, con el hombre. Como resultado de entremezclar las formas superiores del reflejo en la materia socialmente organizada -es decir- la conciencia humana y comparar con las máquinas que sólo representan el uso de una forma particular del reflejo en la naturaleza inorgánica, se crea un confusionismo ante la carencia de métodos de análisis y por sus concepciones voluntaristas y/o fatalistas acerca de la libertad. Así Harold Hatt en su libro "Cibernética e imagen del hombre", Pags. 157-59, dice: ..."La libertad y la responsabilidad moral aumentan a medida que el determinismo aumenta"... "En tanto que las computadoras hagan únicamente lo que le dicte su programación, no podemos considerar que tienen libre arbitrio"... Pero ya debemos considerar seriamente la posibilidad de la existencia del libre arbitrio en las computadoras en el momento en que pongan de manifiesto una capacidad para rechazar o modificar las sugerencias del programador". "Walter B. Studiford, cree que existe una clara posibilidad de que el hombre llegue a diseñar y construir un verdadero androide, es decir, un computador semejante al hombre, en posesión de libre arbitrio e incluso, tal vez, de conciencia. A un tal androide, con libre arbitrio y conocimiento, se le pueden proponer valores y metas. Además, se le puede considerar responsable, tanto en el sentido de poder "pedirle cuentas" como en el de que es capaz de "dar cuenta" de sus decisiones. Y sugiere cinco elementos básicos para convertir en responsable a un computador: capacidad de dar cuentas de sus decisiones; libertad para tomar decisiones dentro de una estructura jerárquica que comprenda a humanos y máquinas; capacidad de distinguir entre el bien y el mal, y conciencia para buscar el bien; capacidad para cambiar su medio ambiente, y capacidad para sentirse culpable cuando obre mal" .

Harold Hatt, en la pág. 176 de su libro refiere que "H. Putnam, en un artículo expone la posibilidad de los robots de crear otros robots y que el fracaso en demostrar si los robots son o no conscientes, el hecho que no podamos saberlo uno ni lo otro, nos lleva a la conclusión de que el problema de si los robots son máquinas o vida creada artificialmente requiere una decisión y no un descubrimiento". Con esta conclusión este autor desciende a un convencionalismo al estilo de Protágoras: "El hombre es la medida de todas las cosas".

En la conocida definición de F. Engels: "La vida es la forma de existencia en los cuerpos albuminoides" . Y como forma de movimiento de la materia, es superior a la forma física y química de la naturaleza inorgánica. Como modalidad de existencia consiste, sustancialmente, en el intercambio constante de sustancias con la naturaleza externa que los rodea (metabolismo). Los organismos vivos poseen una interioridad de procesos electrobioquímicos, que determinan estados internos sensibles con manifestaciones externas o respuestas en su interacción refleja con el medio circundante, que los modifican y diferencian de las interacciones del reflejo a nivel de la naturaleza inorgánica, caracterizada por su causalidad mecánica.

 No obstante las analogías funcionales que se puedan hacer entre el reflejo en la naturaleza inorgánica, la naturaleza viva y la naturaleza social -que incluye la forma superior del reflejo de la realidad o conciencia humana- las leyes que rigen estos tres grandes niveles del reflejo, conllevan una diferencia, no de esencia, sino de grado de desarrollo que las hace cualitativamente diferentes. En cuanto a las diferencias cuantitativas; las computadoras, ordenadores y aún los sistemas autogobernados de conductas formadas por interacción con un medio ambiente y con el uso del sistema de "células" del tipo Perceptron, etc., se hallan muy por debajo de la capacidad del cerebro humano. Según O. W. Haseloff  "Los depósitos de información (memorias) más grandes con que contamos actualmente (1970) tienen una capacidad de recepción de cien a mil millones de bits (a nivel de cintas magnéticas) . Esas memorias tan grandes tienen un tiempo de acceso muy prolongado (por ejemplo, de 10 a 100 segundos). En cambio el cerebro humano tiene una capacidad de recepción que es quizás mil veces mayor que la de la memoria artificial más grande existente. Y además el tiempo de acceso en el cerebro humano es relativamente breve: dura una fracción de segundo". En una comparación reciente (1980) sobre las posibilidades del hombre y la máquina, se puede apreciar que en lo que se refiere a rapidez , la calculadora supera al cerebro humano. Al hombre no le es posible absorber conscientemente más de 30 bits de información por segundo. Una calculadora, por el contrario puede absorber un millón de bits en un solo segundo y con un nivel de certidumbre asombroso.
 Sin embargo, no debemos olvidar que tales comparaciones resultan un tanto reduccionistas, pues entrañan una diferencia, tanto por la forma o clase de reflejo como por el principio de funcionamiento: La memoria electrónica almacena información de acuerdo a "direcciones" y a nivel de sustratos magnéticos Vgr. cintas magnéticas, discos, anillos de ferrita, etc., mientas que la memoria humana lo hace -en lo esencial- de acuerdo con el principio de asociación.
 En el análisis de la función refleja del cerebro visto como fenómeno material, se puede considerar que este realiza conexiones intelectuales de asociación, disociación, síntesis, etc., pero sobre todo de aprehensión de la realidad a través de trasducciones de isomorfismo a nivel de las estructuras moleculares de la electrobioquímica del sustrato cerebral, las cuales resultan por ahora ser muy superiores a los de una computadora -puesto que- el cerebro está formado por miles de millones de neuronas y mantiene activa -en movimiento- la información a trasducción isomorfa en el nivel molecular. Acumulación cuantitativa que deviene también en una nueva cualidad.

LIMITACIONES Y PERSPECTIVAS FUTURAS

 E. Nagel y J. Newman, en su libro "El Teorema de Gödel", sostiene: hay numerosos problemas en la teoría elemental de los números que caen fuera del método axiomático fijo y  a los que tales máquinas son incapaces de responder, por ingeniosos y complicados que sean sus mecanismos y rápidas sus operaciones". Sin embargo es consenso que el teorema de Gödel no sólo es el obstáculo mayor para un computador, sino que también lo es para el cerebro humano.

 Las matemáticas hubieran sido más fáciles si los formalistas hilbertianos hubieran estado en lo cierto -y en ese caso- sería más fácil construir "un matemático mecánico". Tampoco debe tomarse el teorema de Gödel como una demostración de que no se pueda construir una máquina inteligente y "creadora" y con cierto grado de libertad en su interacción refleja con el medio circundante.

 Es dentro del campo de la Biocibernética, en el que, sí vislumbro una mayor posibilidad de libertad real -es decir- operando en el mismo nivel del movimiento de la naturaleza viva y de su correspondiente reflejo, basado en las posibilidades de la Ingeniería Genética y su incursión actual en la reproducción de células clones, que posibilitaría en el futuro la fabricación de clones humanos, verdaderos androides a los cuales se les podría "trasvasar" la información de la consciencia cerebral humana, como una perspectiva de solución al problema del incremento de entropía vigente en todo sistema natural o artificial semi o "cuasicerrado", lo cual nos posibilitaría la existencia de futuros "matusalenes" milenarios. Pues a costa de la energía de otro sistema superior rico en energía o abierto; sí se puede controlar el flujo de entropía -mediante el cambio de sustrato material y duplicación de la información- en sistemas menores y limitados como son los biológicos. Es una perspectiva futura al estilo de la máquina de Turing, que hace sus propios repuestos.

 Y no nos sorprendamos, pues, estamos recién en la tecnología de las Ciencias Físicas -que signa nuestro Siglo XX- y que como repito sólo comprende en su mayor parte, las formas del movimiento y del reflejo en la naturaleza inorgánica, no es posible imaginarnos con exactitud las maravillas que vendrán cuando el hombre utilice a plenitud la tecnología derivada de las Ciencias Biológicas.

 En conclusión: en la ponencia hemos puesto especial interés en el enfoque dialéctico de las categorías correlacionadas con el conocimiento, como condición necesaria para alcanzar un adecuado nivel de nuestro género real de  libertad -que no es voluntarismo ni fatalismo- y sin la cual no es posible tratar adecuadamente el problema de la responsabilidad moral en el hombre ni en la máquina, dependiendo -en última instancia- en manos de que sistema social esté la ciencia y la técnica, para que estas puedan dar sus máximos beneficios a la Humanidad o acarrearle los peores daños; sin embargo, ésto no quiere decir que debamos defender la llamada neutralidad ética de la Ciencia.

Prof. Ladislao Cuéllar Reyes
Tfo. 5218230, Lima - Perú.

U.N.M.S.M., Nov. 1988.

Volver al principio