TODO SOBRE EL DESCUBRIMIENTO DE UNA NUEVA CÁMARA EN LA GRAN PIRÁMIDE.


La noticia saltaba a la luz el día 17 de abril de 1993. La práctica totalidad de los periódicos del mundo se hacían eco de las informaciones, provenientes de El Cairo y de Londres, que afirmaban o negaban el hallazgo por científicos alemanes de una nueva puerta. Tras ella surgía todo tipo de especulaciones acerca de su posible acceso a los tesoros de Keops. El aura de misterio que rodea el mayor monumento sobre la Tierra, la única maravilla del planeta que se conserva, parecía tornarse más tenue y la Gran Pìrámide volvía a ser depositaria de millones de ojos que esperaban, por fin, ver desvelados sus secretos.


La Gran Pirámide de Keops

Se cifran en cientos de miles los libros, reportajes y citas que tratan el tema de las pirámides. Después de la Biblia ha sido el tema más difundido y polémico de la literatura universal. Sin embargo, los arquitectos de la Gran Pirámide de Giza supieron siempre ocultar el motivo, la técnica empleada y la finalidad de tan ciclópea construcción. Un rayo de esperanza surgía ante las expectativas que ofrecía el nuevo descubrimiento, posibilidades que se fueron desvaneciendo hasta desaparecer de la prensa, imposibilitada para valorar las múltiples contradicciones. Por un lado, las fuentes "oficiales" aparcaban el tema por considerar que todo lo referente a la tumba de Keops ya estaba dicho y estudiado. Por otro lado, fuentes "oficialistas" manipulaban las informaciones para que se amoldasen también a sus teorías y cálculos. Y por ultimo, la prensa sensacionalista tan sólo tocaba el tema de los incalculables tesoros de Keops, como si lo único que preocupase fuera la adquisición de riquezas materiales, ajenas a todo valor que pudiera tener el conocimiento sobre los albores de la Humanidad. La verdad de lo acontecido y las fuentes primigenias de las últimas investigaciones debían de buscarse en el propio Egipto.

 

WELCOME TO EGYPT.


El autor ante la verja que impide el acceso del público a la Cámara de la reina.

La atmósfera que rodea a El Cairo es peculiar. El ligero olor a especias en sus calles, las bocinas de sus coches, el monótono recitar de los salmos del Corán amplificado es de sus mil minaretes. Todo le confiere, a esta urbe de más de quince millones de almas, un carácter único, presidido por la eterna sonrisa y amabilidad de sus gentes. El Cairo es una ciudad para pasear, para detenerse en los múltiples zocos, para admirar sus incontables monumentos. Cierta envidia me invadía cuando veía a los turistas deambular, cámara al hombro, por las calles y avenidas o sentarse a descansar en los pintorescos cafetines. Mi estancia en Egipto fue otra muy distinta.

Mis primeros pasos se encaminaron a la zona de las pirámides. Allí fui recibido en la oficina de inspectores por el Sr. Ahmed Moses, el nuevo Director General de Giza y Saquara. Si su antecesor, el Sr. Zahi Hawass, con el que ya había conversado en otras ocasiones, hubiera seguido en el cargo, el resultado de la entrevista tal vez hubiese sido otro. El Sr. Ahmed se mostró cordial hasta que le pregunté acerca de la Gran Pirámide; a partir de ahí el clima del despacho se enfrió considerablemente. Ninguna respuesta, ninguna aclaración, ¡nada! La más férrea coraza se cernía sobre todo lo relacionado con el trabajo de los alemanes, quienes ya habían abandonado el país a finales de marzo. Este hermetismo, unido al hecho de que en el interior del monumento se hallaba cerrados algunos corredores, hacía que los equipos de varias televisiones europeas y reporteros gráficos que por allí deambulábamos, naufragásemos en el terreno de las conjeturas.

 

LOS ALEMANES.


Extractor de aire instalado en el Canal de Ventilación sur de la Cámara del Rey

Hace un año el Instituto Arqueológico Alemán y la Organización de Antigüedades de Egipto iniciaron un proyecto conjunto para limpiar los llamados canales de ventilación de la Gran Pirámide. Tal exploración se denominó UPUAUT, siglas cuya traducción podría ser "Apertura de Trayectorias" (Opener of Paths). La finalidad de la operación era la de salvaguardar el monumento de la agresión ambiental producida por los turistas: El vaho exhalado en la respiración, así como la transpiración corporal de los miles de visitantes, produce en el ambiente un exceso de humedad que daña la masa pétrea de la construcción.

En marzo del año pasado se procedió a la limpieza de los canales de ventilación de la llamada "Cámara del Rey". Estos dos canales estaban ya abiertos con salidas a la cara sur y a la cara norte, respectivamente. Posteriormente fue colocado un sistema de aire acondicionado mediante la inclusión de dos extractores que renuevan actualmente el aire del interior de la pirámide.

El robot UPUAUT, el cual fue introducido por el canal de ventilación sur de la Cámara de la Reina.

En el presente año, del 9 al 27 de marzo, se reanudó el proyecto, esta vez en los canales de ventilación de la "Cámara de la Reina". La tecnología espacial se puso al lado de la arqueología por medio del ingeniero alemán Rudolf Gantenbrink, especialista en robótica y en análisis por computadora. El Sr. Gantenbrink construyó un robot controlado a distancia, equipado con una cámara de video en miniatura y un sistema de guía láser que le permitía, por sí solo, pararse y dirigir la cámara hacia todo aquello que considerase importante en su camino. Hasta entonces se pensaba que dichos canales medían escasamente 8 metros de longitud, con una sección cuadrada de 22 centímetros de lado. Pero el autómata, venciendo todos los obstáculos que conlleva una inclinación en subida de 45 grados, se internó por las íntimas entrañas de la pirámide hasta una distancia de 60 metros, siendo su progreso detenido por una piedra. Tras recuperar el sofisticado aparato, el ingeniero y su equipo procedieron a visionar la cinta de video grabada. Fue entonces cuando se llevaron la enorme sorpresa: ¡la pequeña cámara de T.V. había obtenido la imagen de lo que parecía ser una puerta!

Rudolf Gantenbrinck y su equipo.

En un principio se creyó que el obstáculo encontrado por el robot era de origen natural. La constante depredación que ha sufrido la Gran Pirámide para recuperar los bloques de revestimiento bien pudo hacer que cayeran cascotes por los conductos, taponando las aberturas: en el caso de los canales de ventilación de la "Cámara de la Reina", jamás se encontraron sus salidas en las caras Norte y Sur. Pero lo descubierto por Rudolf Gantenbrink no obedecía nada más que a la concepción arquitectónica de los constructores. La roca, de caliza proveniente de Tura, como los bloques de la parte alta de la pirámide, estaba finamente pulida y angulada para su perfecto acople a las paredes del canal. Otro dato curioso es que las imágenes revelan la existencia de un fino polvo que recubre la losa y parece dispersarse desde una ranura de 2 milímetros entre la piedra y la pared. Este polvo no pertenece al trabajo de la piedra, sino, aparentemente, a la descomposición de materiales textiles o madera. y, además, eran visibles dos pomos de cobre bastante corroídos. La apariencia, efectivamente, era la de una puerta, pero de una puerta de tan sólo 22 centimetros. ¿Para qué servia? ¿Qué es lo que hay detrás de ella? La polémica estaba servida.

 

DE LAS VISICITUDES DEL SR. GANTENBRINK Y DE CÓMO LA BUROCRACIA ES CIEGA SORDA Y ESTÚPIDA.


Tuve la suerte de encontrarme con "una persona que sabía de otra persona que conocía" el inspector de arqueología que acompañaba al equipo alemán en sus trabajos: alguien que había visto el video y compartido con los ingenieros los momentos siguientes al descubrimiento. Al fin pude llegar hasta él y obtener información de primera mano. El inspector, convertido ahora en guía de turismo, me relató cómo el Sr. Gantenbrink, con las manos temblorosas y el ánimo excitado, empezó a recorrer, con la cinta de vídeo, todos los estamentos oficiales de El Cairo, convencido de que su entusiasmo iba a ser compartido por arqueólogos y conservadores; no en vano se trataba del hallazgo más sensacional de las últimas décadas en la Gran Pirámide.

Imágen que tomo el robot al final del conducto. Pueden apreciarse los dos pomos de cobre y la mancha que éstos han ido produciendo en la puerta con la humedad y el paso de los siglos. Lo que hay detrás es un MISTERIO.

No fue recibido por nadie. Nadie quiso ver la cinta. Ni en la Organización de Antigüedades, ni en el Ministerio de Arqueología, ¡nadie! Para que el lector se haga una idea de la situación, referiré que la Organización de Antigüedades de Egipto ha interpuesto una demanda a los alemanes, pues el permiso que tenían era exclusivamente para un trabajo técnico en el interior de la Gran Pirámide, nunca para hacer "arqueología" : El Sr Gantenbrick no podía descubrir nada porque, sencillamente, no tenía permiso; consecuentemente nada había sido descubierto.

Lo que resulta realmente paradójico es que el hallazgo haya sido realizado por casualidad, por unos técnicos limpiadores que no tienen nada que ver con la egiptología. De todas formas nunca deberiamos olvidar que la totalidad de descubrimientos en el interior de la Gran Pirámide han sido realizados por personas ajenas a la arqueología oficial.

 

LO QUE OPINAN LOS ARQUEÓLOGOS.


A pesar de mis intentos, no pude entrevistarme con el Dr. Mohammed Ibrahim Bakr, director de la Organización de Antigüedades de Egipto, que en "The Egyptian Gazette" del pasado 22 de abril había hecho unas declaraciones difícilmente clasificables: "Es absolutamente falso que los alemanes pudieran descubrir algo, ya que el robot que fabricaron era más grande que el orificio del Canal de Ventilación- Es inconcebible que el faraón Keops pudiera esconder sus tesoros en una cámara por la que es imposible pasar. Estamos realmente hartos de que un cualquiera venga y diga descubrir cámaras inexistentes, por el lo se ha cerrado hace tiempo todo permiso para realizar estudios o investigaciones en el interior de la pirámide"Our historic properties should not be an experimental field for any Tom, Dick and Harry"- Los alemanes han cometido un lamentable error, que hará que la OAE examine todos los permisos de excavación concedidos a misiones extranjeras para controlar y delimitar sus actividades en nuestro país".

Alí Hassan, Director de monumentos egipcios.

Con quien si conseguí tener una amena y cordial conversación fue con el Dr. Ali Hassan, Director de Monumentos Egipcios. El Sr.Hassan, profesor de la Universidad de El Cairo y máxima autoridad en egiptologia, me expuso su opinión sobre los acontecimientos del mes pasado: "Es imposible que pueda hablarse de una nueva cámara ya que el pasillo que conduce a ella es tan sólo de 22 cm. Por allí no puede pasar nadie. Además, ya sabemos que esos corredores sólo servían para que ascendiera por ellos el ka o alma del faraón. Es el simbolismo de una cultura lo que ahora se pretende que sea pragmático. Ya se conoce la Cámara del Faraón donde se conserva su sarcófago. En la Gran Pirámide no hay ya más cámaras. Cualquier otra afirmación carece de sentido. Los alemanes contratados para un servicio técnico no son arqueólogos, no saben sobre la cultura del Antiguo Egipto. Todo en la pirámide cumple un propósito religioso y funerario que ya ha sido estudiado. Desde hace mucho tiempo no se conceden permisos de exploración en la Gran Pirámide pues ello sólo reporta un intento de autopublicidad por parte del investigador. Sabemos lo que representa este, monumento; cualquier información, veraz o no, implica una atracción a nivel mundial que hace manipular los hechos en provecho propio. No, no he visto la cinta filmada por los alemanes, pero tampoco importa, es tan sólo una piedra lo que se ha grabado, no contradice en nada a lo que ya sabíamos".

Canal de ventilación de la cámara de la reina.

El proyecto UPUAUT bajo la dirección del profesor Rainer Stadelmann, director del Instituto Arqueológico Alemán, quien delegó la responsabilidad técnica en el ingeniero Rudolf Gantenbrink La aportación alemana a la egiptología a lo largo de la historia ha sido extensa y la práctica totalidad de yacimientos arqueológicos a lo largo del Nilo; prueba de ello eran los cientos de volúmenes firmados por arqueólogos alemanes que se alojaban en la acogedora biblioteca del Instituto, estancia que tantas veces habrá sido escenario de proyectos, polémicas, triunfos y contrariedades. Y era allí donde el Dr. Stadelmann me exponía lo que ya tantas veces había explicado en los últimos días a los diferentes medios de información:

"El descubrimiento es de enorme importancia, aunque ha sido mal llevado. Las únicas informaciones válidas son las que nazcan de los especialistas; las demás carecen de sentido, pues nadie que no sea egiptólogo puede valorar datos convenientemente. Es un gran hallazgo, pues justifica que los llamados Canales de Ventilación eran el paso del alma de Keops a los cielos. La prueba es que existen en la piedra dos representaciones simbólicas de ello (el profesor asemeja los pomos de cobre con un signo jeroglífico que tiene forma de paraguas con rayos de sol saliendo por encima). Además suponemos que dichos canales estuvieron alguna vez abiertos y después de las exequias del faraón fueron taponados con el bloque que se ha encontrado, sirviendo los pomos de cobre para poder tirar desde dentro con una cuerda y favorecer su desplazamiento por el conducto".

Conducto por el que fue introducido el robot. Aún eran isibles las huellas dejadas en la fina arena.

El asunto, por parte de los arqueólogos, había quedado cerrado; tenían todas las respuestas. Sin embargo, hubo un detalle que no se recogía en los comunicados de prensa: El Sr. Hassan mencionó en un momento de la conversación que detrás de la puerta no se había encontrado nada y que era un espacio muy pequeño. Y por su parte, el Sr. Stadelmann me había dicho que detrás del bloque existían otros diez bloques más, que estaban engarzados. A los dos les pregunté si se había hecho o se pensaba hacer una prospección con fibra óptica para ver lo que había detrás, y sus respuestas fueron que no se habían hecho ni se iban a hacer. Entonces, ¿cómo sabían lo que había detrás?, ¿habían realizado algún tipo de trabajo que no ha salido a la luz?

La discordia con el Sr Gantenbrink era manifiesta. Les molestaba que el descubrimiento hubiese visto la luz a través de los comunicados que éste había hecho a la prensa, seguramente harto de que no le hiciesen caso en otros sitios. Si en la actualidad existe un nuevo proyecto de investigación del pasadizo, es seguro que intentarán mantenerlo en secreto; algo perfectamente lógico para evitar injerencias profanas. El cierre en la actualidad de la Cámara de la Reina, desde el descubrimiento de los alemanes, aportaba también su grado de sospecha al asunto.

Fue el último día de mi estancia cuando por fin conseguí entrar en la Cámara de la Reina. Ningún turista ni ningún medio de información lo había logrado desde el hallazgo de la piedra. Los medios que utilicé para ello no fueron muy ortodoxos, pero el fin periodístico los justificaba, o, al menos, eso quiero creer.

Interior del tunel de Vyse, en la cámara de la reina.

La verja que otras veces había visto en el denominado nicho estaba abierta, dando paso al túnel que excavó el Coronel Vyse hace más de 150 años. Me interné por él unos 15 metros, hasta una especie de recinto despejado tras la extracción de los bloques pétreos. La ya vacilante llama del mechero y la impaciencia de mis compañeros egipcios me impidieron detenerme allí más tiempo. En la Cámara había palancas, palas, seros, escaleras y cajas cuyo contenido no pude ver. El Canal de Ventilación utilizado por el ingeniero Gantenbrink estaba allí desafiante. Una ligera capa de arena fina delataba el camino recorrido por el robot. Las marcas dejadas en su trayecto eran nítidas, como si acabase de salir en ese momento. El silencio era espeso, únicamente agredido por los disparos de la cámara y por la voz inquieta de mis cómplices que me pedían prisa. Me sentía abrumado. La Gran Pirámide siempre me ha producido la sensación de pequeñez, de limitación, supongo que como a todos los que se hacen los más mínimos interrogantes. Acabé con el carrete de fotos y me fui; no podía hacer más dadas las circunstancias; al menos había conseguido acceder a la cámara y al canal, algo que el resto de los informadores no lograron...

 

 

Corte de la Gran Pirámide

 


Articulo realizado por Manuel José Delgado y publicado en la revista "Espacio y Tiempo" en Junio de 1993.