De la Filosofía Austera Racional...
EL AMOR
No necesitamos más que copiar un párrafo de
nuestro “Código de Amor Universal”. Os lo adelantamos en estas alturas de
la filosofía.
“Artículo 14.- Por el amor existen los mundos y el fin de éstos es
el hombre: es el efecto del amor
del Creador. Así, pues la ley eterna es amor y es única como su causa; por
lo que, el hombre tiene que vivir del amor como hombre y como espíritu: y en
estos dos nombres, están representadas las dos potencias, que son una sola y
misma cosa, en grado diferente, por que una
sola substancia existe.
El grado diferente es que, uno tiene la dirección de los actos y el
otro la ejecución de los actos. Más claro; el uno es la fuerza impulsiva que
mueve la máquina y el otro es la máquina que anda si la fuerza le manda; y ésta
se queda si la fuerza le falta.
Materia es la Máquina; materia es la fuerza; la fuerza sin la máquina,
nada obra; la máquina sin la fuerza sin la fuerza, nada obra tampoco. Pero
dadle fuerza y la veréis hacer maravillas. Es, pues, la fuerza el espíritu;
es, pues, el cuerpo la máquina. Mas
si la máquina no tuviera un alma que
es la ciencia que la precisó en sus
movimientos con los que se hace sensible a la fuerza motora, no marcharía. Así
tampoco un cuerpo de hombre, si no tuviera el alma que es la esencia sensible de
la naturaleza en le estado de materia, no obraría tampoco obra inteligente, si
el espíritu no entrara en esa alma componiendo la trinidad, cuya unión es el
amor con el que entonces le da al hombre el verdadero nombre de hombre. pero hay
máquinas que labran tierra y máquinas de alta perfección. Igual hay hombres
que sólo son porque en ellos está la trinidad, pero que aún no la han
descubierto y así no han podido ni sabido Amar.
No han podido, por eso, unir las dos potencias.
A estas máquinas no las puede mover la electricidad ni el gas ni aún
el vapor; la sangre animal solo puede moverlas. Y, sin embargo, todas son máquinas,
las rige la misma ley, tienen la misma lama: La Ciencia, en la máquina; el amor, en el hombre pero será del
grado alcanzado.
La máquina que labra la tierra cumple su fin, lo mismo que la
inteligente rotativa o la máquina fotográfica; pero no podréis con éstas
labrar la tierra y con aquélla imprimir o retratar. Máquinas son, sin embargo,
y las rige la misma ley, pero cada una en su grado y artículo correspondiente a
su diferencia. Una vive y se alimenta de lo rústico, de lo animal; las otras de
la materia también, pero elevada a la matemática de fuerzas depuradas; pero
todas se basan en un mismo principio y van al mismo fin, al progreso. Y van por
la ación, por el esfuerzo, por el trabajo, por la unión, por el amor, que es
sacrificio que nadie lo haría si no existiera la necesidad; y la necesidad no
existiría si no hubiera hombres; y los hombres solos no pueden existir si no
existe el amor, en uno u otro grado. Si el amor es imperfecto, será material;
si perfecto, en relación, será espiritual; pero no son dos amores, es un solo
amor; sino que el ignorante lo materializa y lo enloda, y el sabio lo
espiritualiza, lo abrillanta y lo santifica hasta en la carne.
El amor de la carne es ineludible ley y de él
depende la vida de los seres, después de la primera aparición que ya conocéis
en su forma natural, como hemos explicado en la Creación del alma humana.
El amor de la carne es el primer incentivo de la unión de los seres y
esa unión hace le amor y es la base de la sociedad armónica y el galardón al
trabajo de la materia, cuyo goce lo recibe por el alma.
Así, el amor de la carne es la base del amor espiritual, y es el mismo
y único amor y, por esa escala ascendente, el
amor es santo, porque procede del único santo; el Padre Creador. Por lo que
se ha de tomar en justa medida. Para deciros todo sobre el amor, os voy a
regalar un trozo de un diálogo sostenido por uno que buscaba el amor y su
autor, y llamó y fue contestado:
Pregunta
Mundos el infinito
Liras del firmamento
Que vibráis en el concierto
De esa tan gran Armonía
que rige la ley de Amor...
¿Donde se encuentra el Autor