LA REENCARNACIÓN
LA
VIDA ETERNA Y CONTINUADA
La idea de la Reencarnación
conlleva necesariamente a referirse al espíritu y por lo mismo a la acción de
los espíritus. La doctrina filosófica del Espiritismo
Luz y Verdad sustenta sus principios sobre la acción del espíritu;
entendiendo que lo hace como entidad primera, racional e inteligente del ser
humano; como ejecutor del progreso de los mundos, para lo que necesariamente
tiene que utilizar el cuerpo humano. Como el progreso es eterno y los cuerpos
no, el método de continuidad es la reencarnación. (Renacer continuamente). El
cuerpo humano es la herramienta con la que el espíritu demuestra la vida y sus
formas.
Esta doctrina también
sustenta, que el hombre está conformado por tres entidades así: cuerpo, alma y
espíritu (Lo que lo hace trino).
Haremos ahora referencia al
alma, ésta sirve de intermediario entre el cuerpo y el espíritu. El alma tiene
la función de guardar o archivar como recuerdo, todos los hechos realizados en
cada una de las existencias
ESPIRITU
– POLO POSITIVO:
Hijo consubstancial ab y
coeterno con el creador, su padre. Voluntad que ejecuta el pensamiento del
creador para el progreso continuado demostrando y sustentando la vida en formas
ALMA
– POLO NEUTRO:
Materia esencializada en la
que se impresionan todos los hechos ejecutados por el cuerpo en cada existencia,
archivados por el espíritu, como índice del progreso alcanzado.
CUERPO
– POLO NEGATIVO:
Representación genuina de
todos los instintos de los tres reinos de la naturaleza. Instrumento físico
(creado por el espíritu) para transformar embellecer y espiritualizar todo lo
que en la naturaleza de los mundo existe.
Cuando desencarna el espíritu,
repasa el haber y el debe grabado en su alma, y según el trabajo realizado hace
un plan para una nueva reencarnación o existencia, siempre como humano. El espíritu elige ser mujer u hombre, según
su plan a desarrollar.
El fruto de la experiencia o
conciencia se manifiesta en cada persona desde la infancia, según el progreso
alcanzado. Es así como vemos a niños que sin haber tenido tiempo ni estudio,
ni información previa (aparentemente), demuestran habilidad y destreza en
diferentes ramas del saber, como las artes, las ciencias y aún la avanzada
tecnología.
LA HISTORIA nos muestra
acontecimientos de personajes, que en sus hechos tienen estrecha relación con
hechos de otras personas en otras épocas, teniendo similitud por el estilo y
características. La doctrina del Espiritismo Luz y Verdad nos enseña que es la continuación de
la obra de un mismo espíritu en diferentes existencias.
Dirección
del Grupo en Formación
Apartes
Del Libro El Espiritismo Estudiado
LA PARTICIPACIÓN DE LOS ESPÍRITUS EN LOS HECHOS DE LOS HOMBRES
La participación de los espíritus
en los hechos de los hombres, se justifica por tres causas esenciales, entre
muchas otras.
Primera por el amor; segunda
por el odio; y tercera por el
deber.
Las dos primeras no necesitan
explicación aquí, ya que en todo el libro está tratado y en nuestros libros
todos, se trata unas veces de intención para fundamentarlo y siempre por su
fuerza propia, porque aparece en todo el amor y el odio de unos y de otros,
hombres y espíritus. Pero la tercera parte, que es el más grande de los fenómenos
quien la origina, ésta necesita en este libro este capítulo, aunque está bien
atomizada y comprobada filosóficamente en todos nuestros libros impresos y en
todos los que, ya escritos, esperan en nuestro archivo. Esa causa que origina el
deber es la reencarnación,
y la reencarnación misma, es el primer
deber.
Por todo lo argumentado en el
capítulo “Paternidad de los Espíritus”, se ve claro que la reencarnación
es el primer deber y está mandado inexorablemente en las inflexibles sentencias
y mandatos que el espíritu recibe como destino eterno y constante: “Id, hijos
míos, a acrecentar la creación; cuando seáis maestros de la creación, venid
a mí: y siempre os espero”; que con “Si odias tendrás que mar”, “Si
matas con tus besos resucitarás al muerto”, y como sólo siendo hombre y
mujer se puede aprender a ser maestro de la creación: como el odio y el amor ha
de ser practicado y borrado siendo hombre y mujer, se explica claro que el primer deber es la reencarnación.
Cuando hemos estudiado la
reencarnación en todos los libros anteriores y hemos explicado la
afinidad, lo hemos dejado bien comprensible esto, tan discutido, dudado y negado
por los que precisamente beben la vida a grandes tragos y luego quieren morir por miedo de vivir, para pagar sus vidrios rotos. Son
malversadores.
Cuando hemos hecho juicio y
demostrado que, ni la gracia ni el perdón ni el premio, ni el castigo son del
Creador ni de su ley, hemos querido demostrar que, las vidas son para los
valientes y el progreso para los que constantemente viven para cumplir las leyes
de la creación y reencarnan siempre,
sin que los obligue la ley de justicia del gobierno del espiritismo; porque
conocen su deber de acrecentar la
creación, de ser maestros de la creación para poder volver a su Padre: de
apagar los odios, rencores o simples rencillas, y de amar y ser amado de todos
los habitantes del mundo, encarnados y desencarnados. Esto, ya confirma que la
reencarnación es el primer deber; y por buena voluntad, o por la imposición de
la justicia, los espíritus reencarnan.
Entendiendo, pues, que la
reencarnación es necesaria para el progreso universal y del espíritu y que es
únicamente como hombres que nos ofendemos y nos pagamos las deudas, es
necesidad también entender, que tenemos derecho cuando estamos en estado de espíritu,
a intervenir, por nuestro propio bien, en hechos de los hombres, puesto que es
prepararnos una mejor vida cuando reencarnaremos.
El fenómeno de la reencarnación
está muy divulgado; pero aun no lo han comprendido los hombres en toda su
grandeza y esperamos que ahora lo comprenderán, por el juicio destino que hemos
expuesto tantas veces: y se estudiará de un solo modo y entenderá de una
misma y única manera y forma, lo que será la base de un estudio único en los
métodos y la forma del espiritismo, a lo que aspiramos con este trabajo.
Comprendiendo, pues, el primer
deber del espíritu su propia reencarnación se explica lógicamente el
deber de participar como espíritu en los hechos de los hombres que nos preparan
con su trabajo, luchas, estudios, leyes y progresos, la vida social y civil que
tendremos que vivir cuando reencarnemos.
El castigo de Prometeo de
comerse sus propios hijos, o la horrible pena de Tántalo, serían dulces
pasatiempos comparados con lo horroroso de vivir una sola vez, sin poder tener
compensación. ¿Qué entendería yo de la belleza, si no disfruté de
ella? ¿Dónde podía nacer mi ternura, si esa sola vez viviera y fui hombre y
la ternura, sólo puede enseñarla la maternidad? ¿Cómo apreciaría el derecho
de igualdad y libertad, si una sola vez viviera y en ella fui tirano o esclavo?
¿Cómo serían posible las ideas, si de antes no tuviera remanentes en mi
sentimiento? ¿Cómo podría nacer en mí el sentimiento, si viví una sola vez
y fuí el déspota avasallador? ¿Acaso la civilización, la cultura, ni
siquiera la urbanidad, podrían entrar en mi ser, con una sola existencia? ¿Cómo
podría ni siquiera imaginar un régimen común, si no hubiera vivido bajo todos
los regímenes de tiranía, de plutocracia y diferencia? ¿Acaso por la historia
podría sentirlo, aunque leyera todo lo hecho por los hombres? Y si no leí una
sola historia biográfica de un solo hombre, ¿cómo puedo sentir la virtud, ni
el vicio, la ignorancia y la sabiduría, el dolor y la alegría, la opulencia y
la miseria, etc., etc., de todos los hombres y mujeres y de todos los países?
Porque con todos viví; porque de todo toqué; porque tantas veces existí,
cuantos conocimientos tengo. Esta es la razón y la verdad.
Entonces, ¿no es ese un
fundamento eficiente para comprender que, como espíritus, tenemos el deber de
inmiscuirnos y participar en todos los hechos de los hombres, puesto que el ser
hombre es circunstancial, si comparamos lo corto de la vida de un cuerpo
con la eternidad de la vida del espíritu, pero que tiene que vivir como hombre
y mujer para cada cosa y puntos del sentimiento, progreso y civilización, hasta
la vida y régimen común como hermanos?
No quiero restar valor a la
grandeza de ese interrogante que los hombres han de meditar y corto el capítulo
con esta afirmación: Por deber, los espíritus
toman parte activa en los hechos de los hombres.
Aquí dejo estudio
perpetuo.
Apartes
del libro “Buscando a Dios” Joaquín Trincado
Desde luego, está sentado y
admitido por todas las ciencias y religiones la supervivencia del alma, de lo
que resulta una afirmación: “Que la muerte no existe y sólo es una ficción”,
pero también, todas las escuelas discrepan en lo que se refiere al destino
ulterior del espíritu. El espiritismo, en frente de todas las escuelas,
sostiene y confirma: “que las existencias que llaman de ultratumba, son una
continuación de la presente; fases nuevas, que con la actual se enlazan en lo
infinito, sin transiciones bruscas y sin absurdos rompimientos”.
El prejuicio, la gravitación
de lo físico, tiene tanto imperio sobre los hombres, que aun muchos de los que
se llaman espiritistas, creen distanciados los dos mundos, el espiritual y el
material; es decir, el de los espíritus y el que habitamos; conciben una
distancia incalculable y nada más erróneo.
El cuerpo, es una forma de
manifestación; un traje, de los tantos que se amasa el espíritu para cada
prueba.
De estos hechos verdad, nacen
dos axiomas: la pluralidad de mundos habitados y la pluralidad de existencias
que se suman en un solo hecho; la reencarnación, necesaria a la ley de igualdad
y compensación de la justicia del creador, sin la cual, su amor, no sería la
ley suprema.
No ignoro, que la ciencia es
recelosa con tan necesario principio como el de la reencarnación, aun habiéndolo
predicado abiertamente Jesús. Yo se que es por el prejuicio en muchos y en los
demás, porque las doctrinas de Jesús fueron adulteradas por los sacerdotes y
la humanidad ha caído en un escepticismo lamentable. Pero ha llegado el momento
de renovar la faz de la tierra, y como a los otros mundos superiores se les dió
el contrato de Dios y los hombres, en su hora, a
la tierra se le manifiesta en el momento histórico de pasar a la luz en el
testamento de Abraham que se nos ha entregado, el que desde hoy es el
principio de la verdad suprema y el credo del espiritismo, porque es el de la comunión universal que es la comunión de los espíritus
de luz de todos los mundos de la cosmogonía. Ahí es donde va el pequeñito
hombre de la tierra.
Del libro Filosofía Austera Racional
– Capitulo II, Párrafo 5º
Autor: Joaquín Trincado
Mateo.
SOCRATES Y LOS SEMISOCRATICOS
"Solo
sé que nada sé", "Conócete a ti mismo", Sócrates. Aforismo el
primero, que denuncia al hombre trino y demuestra que, las cosas nunca se saben
a la perfección por el hombre y es a causa del eterno perfeccionamiento de las
cosas. Por lo que "Solo sé, que nada sé", hoy se convierte en esta
sentencia: El sabio nunca sabe pero sabe
estudiar y sabe.
Sentencia
y mandato absoluto el segundo, ineludible al filósofo, porque sin conocerse uno
a sí mismo, ¿Cómo puede conocer a los demás?
El
secreto de Sócrates, está demostrado en su diálogo con Alcibiades, al que le
dice: "Yo tengo una ventaja sobre ti. ¿Cuál?- le pregunta Alcibiades- la
de que tengo mejor y más poderoso guardián que tu: que siempre que no debo
hacer una cosa, oigo su voz y me retira".
Sócrates
admitía para sí mismo, la realidad de los conceptos de estudio: es decir, que
los practicaba; por cuyo caso no común, era austero y siempre obró por
convicción.
En
ese diálogo con Alcibiádes deja claramente expuesto el secreto de sus
convicciones, que no era otro sino que era hombre
trino, por cuanto, en su estudio y hechos, oía la voz de su primero: El Espíritu.
En
el mandato , "Conócete a ti mismo" que se impuso, radicaba la fuerza
de sus argumentos, para convertir una
teoría idealista en un valor absoluto de las leyes universales.
Bajo
estas realidades, (que nadie osó disputar y aún menos anular) Sócrates
concibió y expuso a la comprensión hasta de los más sencillos hijos del
pueblo:
1- El creador único y universal, es el todo de la suma inteligencia y autor del todo.
2- El espíritu, es su acción dirigente de las
cosas de la creación y de la vida individual del hombre.
3- La comunicación del espíritu es necesaria para
la dirección del hombre en todas sus acciones y de consiguiente.
4- La supervivencia del espíritu, con su alma, que
encierra la reencarnación por justicia de necesidad, para la compensación e
igualdad, todo lo cual es base de las doctrinas del espiritismo
que todo lo investiga, descubre y aclara.
Del libro Los Extremos se Tocan –
Capitulo Treinta y cuatro Párrafos 879 P.361
Autor: Joaquín Trincado
Mateo.
879-
He
de cantar otra verdad, como si ya supieran todos toda la filosofía y la
metamorfosis de la verdad divina de la reencarnación, por la que debemos saber Que
hemos trabajado continuamente como espíritus y como hombres, en todos los
pueblos y en todos los continentes, y hemos sido blancos, negros, cobrizos y de
todos los colores y en todos hemos dejado depósitos en el progreso; hemos sido
mandados y mandatarios, pobres y ricos y hecho méritos y delitos; por lo que
todos tenemos afinidades en todas partes y aún tenemos enemigos que no podemos
tener. Por lo tanto, el ansia, la incertidumbre y la agonía que sentimos,
es a causa de nuestros mismo yerros; que no teniendo para quitar las causas,
llega la ley que tiene nuestro haber y nuestro debe y a cada uno lo agobia, según
sus débitos, porque repercute en su conciencia, la voz de la justicia.
Del libro A través del Tiempo – Página
46
Autor: Brian L. Weiss -
Psiquiatra Norte Americano Autor de la Terapia de Regresión.
Cuando investigué la historia
del cristianismo, descubrí que el emperador Constantino había borrado del
Nuevo Testamento antiguas referencias a la reencarnación en el siglo IV, cuando
el cristianismo se convirtió en religión oficial del Imperio Romano. Al
parecer, el emperador consideró que el concepto de la reencarnación amenazaba
la estabilidad del imperio. Si los ciudadanos creían que tendrían otra
oportunidad de vivir, podían mostrarse menos obedientes y respetuosos de la ley
que quienes creían en un único Día del Juicio para todos.
En el siglo VI, el segundo concilio de Constantinopla respaldó el acto de Constantino declarando
oficialmente que la reencarnación era una herejía. Como Constantino, la
Iglesia temía que la idea de vidas anteriores debilitara y socavara su
creciente poder, brindando a los seguidores demasiado tiempo para buscar la
salvación. Estaban de acuerdo en que era necesario el látigo del Juicio Final
para asegurar las actitudes y la conducta "correctas".
Durante la misma Era Cristiana
Primitiva que llevó al Concilio de Constantinopla, otros padres de la Iglesia
como Orígenes, Clemente de Alejandría y San Jerónimo aceptaban la Reencarnación
y creían en ella, al igual que los gnósticos. Aun en el siglo XII, los cátaros
cristianos de Italia y el sur de Francia sufrieron grandes brutalidades por
su creencia en la reencarnación.
Mientras reflexionaba sobre la
nueva información recogida, comprendí que los cátaros, los gnosticos y los
cabalistas tenían, aparte de su creéncia en la reencarnación, otro valor en
común: que la experiencia personal directa, más allá de lo que vemos y
conocemos con nuestra mente racional o por lo que nos enseña una estructura
religiosa, es una gran fuente de sabiduría espiritual. Y esta experiencia
personal directa fomenta poderosamente el crecimiento personal y espiritual.
Lamentablemente, como podían ser seriamente castigados por las creencias no
ortodoxas, esos grupos aprendieron a mantenerlas en secreto.
La represión de las enseñanzas
sobre vidas anteriores no ha sido espiritual, sino política.
Del Diccionario Enciclopédico Salvat –Tomos 1 y 2.
Salvat Editores S.A. -
Barcelona, España 1985
Cátaros:
Miembros
de un Movimiento Religioso Cristiano Surgido a finales de siglo XI, también
llamados Albigenses, Publicanos, Patrinos, Ketzer. Acabaron con este movimiento:
La Cruzada Albigense, La Orden Franciscana y la Inquisición.
Albigense:
Nombre
dado a los Cátaros en el siglo XII, condenaban la jerarquía eclesiástica, los
sacramentos y la posesión de bienes por parte del clero. Inocencio III organizó
una cruzada contra ellos, dirigida por Símon de Morfort y la Nobleza del norte
de Francia, hasta desaparecerlos.
Para entender mejor la doctrina del Espiritismo Luz y Verdad, se parte de la verdad fundamental de la Reencarnación; por lo que invitamos al estudio de los libros que constituyen la Escuela.
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