El mago es aquel ser que reconoce que es la vida misma y trata de ser uno
mismo con todas las cosas,
aprendiendo a amar y a ser real en todo momento, va transformándose como lo
hace la naturaleza, porque se reconoce como naturaleza, es un universo en
expansión. Aprendiendo a fluir entramos en los secretos de la Conciencia Cósmica.
Hacer magia no se trata de
producir fenómenos, porque para el mago no existen los fenómenos, tan solo el
movimiento de la vida. Hacer magia es ser la libertad, ni siquiera liberarse,
sino ser libertad.
La vida es el gran acto mágico y D’s es su hacedor, nosotros podemos
participar de la intención mágica de D’s cuando vivimos desde lo sagrado.
Cuando somos lo sagrado, lo sagrado deja de existir porque cuando somos
dejamos de existir para ser.
Desde lo sagrado todo es sagrado, aún lo que en general se considera
profano, para D’s toda la creación es divina.
El
camino de la magia no se trata de saber o tener almacenado un conocimiento, sino
de ser capaz de vivir el momento intensamente, con pasión y con amor.
La
clave en el camino del mago, que es el del chamán, es empezar a reconocer que
tenemos los poderes del Universo, somos ese universo que vive el éxtasis
permanentemente. El Universo es el que está meditando, el que está en Total
Serenidad, nosotros accedemos a esa experiencia, no la fabricamos.
Un
"cachorro", o sea un aprendiz de chamán, debe encontrar su
"propia magia", cuál es su cualidad particular, porque de allí saca
la fuerza para hacer un camino con corazón, con pasión, con entrega, sin
lamentaciones, sin auto-reproches, sin mirar para atrás, sino viviendo
ardientemente el momento, el instante, como algo definitivo.
Para
eso se necesita aprender a fluir desde ese "lugar" interior donde el
movimiento se expresa libre, perfecto, se trata de "vivir la
excelencia" en nosotros.
Aprender
a vivir desde el impulso primitivo, las ganas de SER, que no se procesan a través
del intelecto sino que vienen de lo profundo, de un estado germinal que
necesitamos reencontrar.
Por lo tanto el Camino del Mago consiste en
actuar desde lo perfecto siempre, reconociendo que en la imperfección también
está la perfección, porque está en un camino de aprendizaje.