Jornada 6:   Merzouga-Tinerhir           Martes, 5 de agosto de 1997 

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Está claro que en la vida hay cosas que hay que ganarse con un poco de sufrimiento; y este es el caso del espectacular amanecer en la Gran Duna de Marruecos. Uno de esos momentos que se recuerdan para siempre y por los que se dan por bien empleados todos los esfuerzos.

 Tras el espectáculo, intentamos dormir otro poco, pero una hora después el sol empezó a pegar fuerte y a eso de las siete de la mañana tuvimos que bajar a desayunar.
   

Arreglamos cuentas con Hassan y reemprendimos el viaje poniendo rumbo a Rissanni atravesando de nuevo el desierto negro (formado por arenas muy oscuras que se calientan aún más). El día anterior habíamos tenido suerte, pero esta vez apretaba de verdad el calor, con lo que vimos subir el termómetro hasta los 50ºC.

Esta vez atravesar la parte de desierto que nos separaba de la civilización fue bastante más duro. La pista estaba ondulada y muy compactada, con muchas zonas rocosas e irregulares y además hacía calor de verdad.
 

A pesar de todo, por el camino nos paramos a hacernos una foto y a recoger algunas piedras de forma curiosa talladas por la erosión.

 

La carretera que une Erfoud con Tinejdad discurre por una zona extremadamente seca que bordea el desierto. En el primer tramo hay unos curiosos "cráteres". La arena invade frecuentemente el asfalto y el termómetro llega a los 48º.

 

Seguramente fue el día en que más calor pasamos. Menos mal que sólo hicimos 130 Kms.  Llegamos a Tinerhir hacia las 14 horas. Es bastante bonito el panorama desde el mirador del Todra. Aprovechamos para hacer fotos y amigos.

Nos acercamos hasta el Camping "El Atlas", ya metido en los primeros kilómetros del desfiladero que luego forma las gargantas del Todhga, y nos regalamos con una buena comida a la sombra: ensalada, brochetas y mono (melón amarillo).

 

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