El Puente Viejo
Es un puente de
mampostería con estructura de arco de medio punto y bóveda
de cañón, con un solo tajamar, construido entre 1718 y 1758.
Está formado por dos arcos que han permanecido impasibles
durante tres siglos ante las avenidas del río. Tras la riada de
1701 que destruyó el antiguo Puente del Alcázar, en 1718 se
encargó la construcción de un puente de piedra al maestro
Toribio Martínez de La Vega, con un presupuesto total cercano al
medio millón de reales. La obra se inicia el 15 de septiembre de
1718. El 4 de octubre quedó cimentado y colocado los estribos y
se paraliza la obra por falta de recursos.
El 8 de marzo de 1739 se reinician las obras, bajo la dirección
de Jaime Bort Miliá que colocó las claves siete años después.
El primer arco se cerró el 8 de marzo de 1740 y el segundo, en
agosto del mismo año. El 12 de Septiembre se puso la imagen de
la Virgen de los Peligros en el estribo derecho del puente. La
construcción termina en 1758, dirigida por Marcos Evangelio.
Actualmente se encuentra a la derecha del puente
la capilla de la Virgen de los Peligros, con un retablo y
hornacina construidos en 1742. Según la tradición, cuando se
producían las riadas se arrojaba al río, debidamente sujeta, la
corona de la Virgen, para que detuviera el ímpetu de la
corriente. Un eco de esta asociación popular con la Virgen y el
puente aparece en la zarzuela La alegría de la
huerta: La Virgen de los Peligros que está en lo
alto del puente
A principios de siglo se amplia la anchura del tablero del Puente
Viejo, al que se añaden aceras, mediante la construcción de
unos voladizos de hormigón sostenidos por una estructura
metálica. El 21 de abril de 1998 apareció en la prensa local
una noticia sobre la inspección de la estructura metálica de
los voladizos con un medidor de ultrasonidos, como paso previo a
la redacción de un proyecto de rehabilitación y restauración
del Puente Viejo.