EFICIENCIA ENERGETICA Y TRANSPORTE URBANO

El transporte conlleva el uso de energía térmica, mecánica, eléctrica, etc. En cada uno de estos usos además, se consigue un distinto rendimiento. Pero también el uso de la energía influye sobre el medio ambiente y produce modificaciones sobre éste. Ya es incuestionable que se está produciendo el agotamiento de los recursos naturales de combustibles fósiles en todo el mundo, en primer lugar del petróleo. Al mismo tiempo es evidente que existe un incremento constante en la demanda de energía. En nuestro país el 81% del consumo total de energía proviene de los hidrocarburos. De estos el 37,6% se emplea en el transporte, incrementándose en 3.6% al año. En el Perú, casi el 80% de la producción nacional de electricidad proviene de la transformación de energía hidráulica en energía eléctrica. Es decir, un recurso renovable.

La incidencia del transporte en el consumo de energía y la contaminación atmosférica es enorme. Todos los días percibimos la contaminación de la ciudad en el aire que respiramos, en la acumulación del polvillo en las fachadas de las edificaciones, en las enfermedades alérgicas que se incrementan. Sin embargo, esta incidencia podría reducirse en gran medida, si nos transportásemos de una manera más ecológica.

En el transporte urbano, en el Perú, la energía utilizada es de carácter no renovable, principalmente diesel y gasolina. Esto podría reducirse en gran medida, con consecuencias altamente beneficiosas, no sólo para el medio ambiente, sino también para nuestra salud, así como para la economía del país si desarrollásemos modernos sistemas de transporte urbano que utilicen la tracción eléctrica, como el Metro (tren eléctrico) tranvías y trolebuses.

El motor eléctrico tiene enormes ventajas para su utilización en el transporte, en trenes, tranvías ó trolebuses. Por una parte, mecánicamente es más simple y eficiente que los motores de combustión interna ya que tiene mucho menos piezas y solamente en movimiento rotativo, en lugar de los mecanismos mucho más complicados y con movimientos no sólo rotatorios sino también alternativos y deslizantes que producen mucha pérdida de energía y desgaste en éstos últimos. Por otra parte, el rendimiento de la energía eléctrica en el transporte es más eficiente que el de los combustibles fósiles (petróleo, gasolina o gas).

Hay que considerar los siguientes factores en el rendimiento energético al utilizar la tracción eléctrica:

  • El rendimiento de las centrales hidroeléctricas es de 80%
  • Entre centrales y entrada a las subestaciones: 94%
  • Subestaciones de corriente continua 94%.
  • Catenaria y circuito de retorno corriente continua 94%.
  • El Material rodante tiene un coeficiente de eficiencia energética de 80 a 85 %.

Además existe la posibilidad de utilizar el frenado de recuperación, dando una ventaja exclusiva a la tracción eléctrica, con economía de energía del orden de hasta del 20%. Desde la energía eléctrica entregada por la central a la línea hasta la tracción efectiva desarrollada en las ruedas se tiene un rendimiento de 70%. En cambio, desde el combustible que recibe el vehículo con motor diesel hasta la tracción efectiva desarrollada en la ruedas el rendimiento es de 30% Otra ventaja adicional de la tracción eléctrica es que sólo consume energía cuando se pone en marcha, mientras que el motor diesel, de gasolina o de gas, están en funcionamiento aún en los momentos en que se encuentran detenidos momentáneamente en su recorrido, consumiendo combustible (energía) inútilmente. Además, la tracción eléctrica permite utilizar el motor para frenar, convirtiéndolo en generador y devolviendo energía a la línea.

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