Fundamentación
La formación ciudadana fue un elemento central de la educación
argentina. Se expresó a lo largo de su historia en la transmisión
de imágenes, valores, modelos de conducta y, de modo más manifiesto,
en asignaturas específicas que dieron a conocer normas constitucionales
e instituciones políticas. Hoy estas formas de inculcar civismo son consideradas
insuficientes, cuando no cuestionables.
Las interrupciones de la democracia representativa en nuestro país, seguidas
de la desarticulación de las funciones sociales del estado y las políticas
económicas que profundizaron de forma inédita la desigualdad y
la pobreza, desembocaron en las últimas décadas en una crisis
profunda en la relación entre la sociedad y el Estado.
Al tiempo que los fundamentos tradicionales de la idea de ciudadanía
(libertad, igualdad, justicia, solidaridad, legalidad, identidad nacional) seguían
siendo proclamados en las escuelas y los libros de texto, otros agentes sociales,
tales como operadores políticos o medios de comunicación, ponían
en circulación nuevos términos (consumidor, gerenciamiento, gestión,
competencia) que resignificaban las viejas aspiraciones democráticas
en términos de mercado o las confinaban a un espacio discursivo alejado
de la realidad.
La realidad puso frente a los ojos de los jóvenes, escenarios (local,
nacional o mundial) en los que se desarrolla un espectáculo de acciones
corruptas amparadas en la ley, pérdida de condiciones de vida en nombre
del mejoramiento de la eficiencia (productiva, de servicios, etc.), acciones
violentas en nombre de la democracia, competencia desigual en nombre de la igualdad
o la libertad.
Esta distancia entre valores proclamados y el efectivo significado que adquirieron
en la práctica, transformó las representaciones colectivas que
orientan la vida en sociedad, creando espacios para la emergencia del escepticismo,
individualismo o búsqueda de identidades alternativas fragmentadas, que
en nada colaboran a dar sentido a la cohesión social.
Esta situación alcanzó también a las instituciones educativas,
en tanto espacios cotidianos de encuentro entre la sociedad y el Estado, y muy
especialmente a las escuelas del nivel Polimodal, que tienen como protagonistas
a los jóvenes.
A la incertidumbre propia de la adolescencia -etapa de tránsito, de transformaciones
vertiginosas y expectativas cambiantes y contradictorias- se suma la incertidumbre
del contexto social y la fragilidad de los modelos de referencia. La conflictiva
relación entre pasado-presente-futuro, propia de esta etapa de la vida,
se agudiza frente a la dificultad de divisar un porvenir para el conjunto social,
favoreciendo la ubicación en el puro presente. La imagen de fracaso de
los adultos, socava su autoridad y refuerza la tendencia juvenil de identificación
entre pares. La falta de vigencia de la promesa esfuerzo-recompensa sostenida
por la cultura del trabajo, despoja de sentido al eje trabajo-estudio en el
que se sostuvo la escuela como articuladora social. Frente al desprestigio de
las instituciones públicas y la dificultad de insertarse en ellas, los
jóvenes comienzan a valorar otros circuitos -incluídos los marginales
o ilegales- en busca de una identidad, de construir una idea de si mismos y
autolegitimarse como parte de algo que les sirva de red protectora frente a
la hostilidad de un mundo que no les reserva lugar.
Frente a esta situación, es indispensable revalidar el conocimiento como
bien social y la educación como derecho. Y en consecuencia, recuperar
el lugar de la escuela como espacio público donde se construye consenso
sobre valores de convivencia social a través de una racionalidad explícita
y compartida, y donde los jóvenes encuentren instrumentos para cimentar
una identidad adulta, y otorgar sentido a su búsqueda de un lugar en
la sociedad contribuyendo a su transformación positiva. De esta manera,
Derechos Humanos y Ciudadanía atiende al fin principal de la educación
polimodal de desarrollar aptitudes para el ejercicio de una ciudadanía
consciente y responsable.
La formación ciudadana es transversal e involucra a la totalidad de ámbitos,
sujetos y practicas educativas pero obtiene sustento en un conjunto de conceptos
proporcionados por las disciplinas sociales y humanísticas. Los conceptos
referidos a los derechos humanos adquieren especial centralidad, por estar intrínsecamente
vinculados al concepto de ciudadanía, entendido como el goce efectivo
de todos los derechos para todos.
La educación ciudadana debe partir del reconocimiento, defensa, respeto
y promoción de los derechos humanos y tener como aspiración el
desarrollo de las máximas capacidades de los individuos y pueblos, en
tanto sujetos de derechos. Debe brindar herramientas y elementos para hacerlos
efectivos, es decir, para disminuir las situaciones de vulnerabilidad y alcanzar
condiciones de vida dignas, en un marco de consolidación de la cultura
democrática y del Estado de derecho.
Este espacio curricular parte de interrogar la realidad desde los conceptos
que ofrecen los Derechos Humanos, y contribuye a la formación de un pensamiento
crítico y transformador, capaz de concebir formas de intervenir sobre
el mundo social, recuperando el valor de la acción con otros.
Al colocar los conceptos de igualdad y justicia como ejes de la ciudadanía,
se asume el mandato de la ciudadanía incluyente que reclama el actual
contexto histórico del país y la Provincia de Buenos Aires.
El abordaje de este espacio curricular requiere de ciertas consideraciones.
Las nociones "derechos humanos" y "ciudadanía" son
construcciones históricas que adquieren sentido en cada contexto social
y están en permanente redefinición. Por un lado, tienen significaciones
en el pensamiento espontáneo, es decir, incumben al ámbito de
las representaciones sociales, configuradas en el cruce de valores, creencias,
imágenes y experiencias transmitidas por el espacio privado de las relaciones
familiares e interpersonales y en el de los medios masivos de comunicación,
altamente condicionados por intereses particulares. Pero también, son
conceptos que pertenecen a un ámbito de conocimiento teórico (ciencias
sociales, jurídicas, políticas) donde confluyen un conjunto de
conceptos poli-disciplinarios, polisémicos y contestables, sujetos a
una pluralidad de perspectivas. Para no quedar confinados al vaciamiento formal,
deben ser revisadas en cada caso y contexto, con el apoyo del conocimiento teórico
y la convicción de una toma de posiciones responsable frente la realidad
social.
Desvelar los supuestos que subyacen al pensamiento espontáneo y promover
la crítica fundamentada como sostén de las conductas sociales,
es indispensable para operar sobre la dispersión, estimular el corrimiento
de la mirada autocentrada y redirigirla sobre el mundo social a la búsqueda
de un lugar desde el cual aportar a su transformación. Significa -ni
más, ni menos- tender un puente que facilite el paso de lo privado a
lo público, del individuo al ciudadano.
El aporte que Derechos Humanos y Ciudadanía puede realizar al fin principal
de la Educación Polimodal se sustenta en:
- la transmisión de principios y normas que no son discutibles en tanto
tales, dado que otorgan sentido y marco a la experiencia social colectiva, pero
requieren de
- la interpretación de esos principios y normas a la luz de las situaciones
reales por un lado, y de los conocimientos teóricos, por el otro. Esto
implica
- el desarrollo de aptitudes intelectuales necesarias para el ejercicio de la
libertad crítica, y estimula
- el posicionamiento y la acción consciente y responsable dentro de la
sociedad.
Estas formas de abordaje incluyen información, conceptos y procedimientos
que contribuyen a la formación cultural general de carácter polivalente
del nivel Polimodal y están en la base, no solo de la formación
de ciudadanos conscientes y responsables, sino también de sus otros dos
propósitos: el propedéutico y el desarrollo de capacidades para
el trabajo.
Los criterios que guiaron la selección y organización de los contenidos
de este espacio curricular son los siguientes:
Organización alrededor de conceptos estructurantes: libertad, igualdad
y justicia. Estos conceptos adquieren diferentes sentidos según la teoría
o la corriente de pensamiento en las que nos posicionemos. Están imbricados
en todos los conceptos específicos, les otorgan la significación
y permite ponerlos en juego en variedad de contextos proveyendo experiencias
recurrentes a los alumnos. Por ejemplo, son diferentes -y a veces excluyentes-
las concepciones teóricas de igualdad, libertad y justicia en las que
se sustentan derechos de distinto tipos (civiles, políticos, sociales,
de los pueblos), o en las cuales arraiga las opiniones o actitudes discriminatorias.
La historicidad de todos los conceptos involucrados. Sin renunciar a la universalidad
de los principios que se enuncian ni al postulado actual de los derechos humanos
como un todo indivisible, los conceptos son concebidos como construcciones sociales
que sólo pueden ser interpretadas en contexto. Para facilitar esta comprensión
se prefirió utilizar -entre otras posibles- una tipología que
respeta la secuencia histórica y temporal de reconocimiento de los derechos.
El carácter inclusivo de los contenidos respecto de las diferentes problemáticas
sociales. El desarrollo del pensamiento abstracto (conceptos y sus mutuas relaciones)
adquiere sentido en tanto instrumento que ilumine la realidad. Los conceptos
seleccionados permiten el análisis de una gran cantidad de problemas
que afectan a los jóvenes y la sociedad en que viven, estimulando el
ejercicio del pensamiento crítico y autónomo y el posicionamiento
consciente y responsable. Este carácter abarcativo facilita a los docentes
orientarse en dos sentidos: centrarse en los temas más acuciantes para
su contexto inmediato, o bien, incorporar problemáticas más distantes
que permitan mostrar la existencia de otras realidades.
Objetivos
- Comprender los derechos humanos y la ciudadanía como construcciones
sociales producto de luchas históricas.
- Conocer los principios, conceptos y marcos normativos que confluyen en el
ejercicio pleno de la ciudadanía y en la vigencia de los derechos humanos.
- Reconocerse y reconocer a los demás como titulares de derechos.
- Reflexionar sobre los problemas actuales utilizando recursos válidos
(herramientas conceptuales y marcos normativos del sistema de protección
de los derechos humanos).
- Desarrollar una conducta activa en defensa de los derechos humanos y el ejercicio
pleno de la ciudadanía
Contenidos de aprendizaje
Bloque 1
Proporcionar al alumno el marco socio-histórico y los conceptos centrales
para abordar los temas ciudadanía, Estado de derecho y democracia, es
indispensable para comprender el significado de los Derechos Humanos.
¿Qué es la ciudadanía?. ¿Cuándo la sociedad está compuesta por ciudadanos y cuándo no? Configuración histórica del ciudadano. Definición de Estado de derecho. Rol de las constituciones. Libertad, igualdad y justicia como principios fundantes de la ciudadanía y la democracia. Referencia documental: Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Revolución Francesa.
Bloque 2
Introducir el concepto de Derechos Humanos en tanto aspiración y conquista
producto de las luchas de grupos y personas a lo largo de la historia. Permite
a los alumnos identificar el campo de lo público e identificar el papel
del Estado como garante de los derechos.
¿Qué son los derechos humanos? La lucha por su reconocimiento histórico. Concepto de derechos civiles, derechos políticos, derechos económicos y sociales, derechos colectivos o de los pueblos. Exigibilidad. El papel del Estado. Garantías jurídicas nacionales e internacionales. Otros mecanismos de defensa de los derechos humanos: participación y organización de la ciudadanía. Referencia documental: Declaración Universal de Derechos Humanos, artículos de las constituciones nacional y provincial.
Bloque 3
El tratamiento de los derechos civiles tiene especial importancia para la interpretación
de las situaciones vividas en el siglo XX en la Argentina y para el abordaje
de problemas que, en la actualidad, afectan especialmente a los jóvenes
y comprometen el principio de la libertad individual.
Derechos civiles y libertad individual. Papel del Estado. Concepciones de igualdad
y justicia en los derechos civiles. La lucha por la vigencia de los derechos
civiles en el pasado y en la actualidad: organizaciones y movimientos. Análisis
de casos de violación de los derechos civiles y mecanismos de acción
para la defensa. Referencias documentales: artículos de derechos civiles
y garantías de la Constitución Nacional y Provincial .
Bloque 4
El reconocimiento de las diferentes formas de participación política
en distintos contextos socio-históricos, permite la reflexión
sobre las formas de participación y su lugar en la actual democracia.
Los Derechos políticos entre la libertad individual y la participación colectiva. Su vinculación con diferentes concepciones de ciudadanía y democracia (representativa y participativa). La lucha por el sufragio universal masculino y femenino. El papel de los partidos políticos en la democracia. Referencia documental: artículos de la Constitución referidos a partidos y sufragio, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Bloque 5
El tratamiento en bloque de los derechos económicos, sociales y culturales
permite advertir sobre su diferente status jurídico, entender las situaciones
sociales, no como inmutables, sino como producto de una historia de conquistas
y retrocesos de la lucha colectiva, y apropiarse de herramientas valiosas para
analizar y actuar sobre temas acuciantes en nuestra sociedad.
Derechos económicos, sociales y culturales. Condiciones dignas de vida: educación, salud, trabajo, vivienda. Ciudadanía y democracia social y su vinculación con los conceptos de igualdad y justicia. El papel del Estado. Las luchas pasadas y presentes por la conquista de estos derechos. El rol de las organizaciones de trabajadores y otros sectores de la sociedad . Referencia documental: artículos de las constituciones nacional y bonaerense, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Bloque 6
Abrir la mirada hacia un mundo más amplio, y hacia otros mundos, al incluir
algunas problemáticas (de grupos, nacionales, comunidades) como parte
del ordenamiento de poder (nacional, internacional ) habilita diversas perspectivas
de análisis de los derechos colectivos.
Los pueblos como titulares de Derechos. Paz, desarrollo sostenible y medio ambiente. El papel de los estados y la solidaridad internacional. Naciones, poblaciones autóctonas y minorías (étnicas, lingüísticas, religiosas y nacionales) y su derecho a la existencia, a la soberanía política y al desarrollo económico, social y cultural, a disponer de sus recursos naturales y preservar su patrimonio cultural, a gozar de un medio ambiente sano. Análisis de problemas vinculados a los derechos de los pueblos en la actualidad. Referencia documental: artículos de las constituciones nacional y bonaerense, Declaración de Río sobre Medio Ambiente.
Bloque 7
El tratamiento de la discriminación permite integrar al conjunto de los
Derechos Humanos en un problema central y poner en juego las categorías
centrales: igualdad-diversidad, libertad y justicia, y analizar, reflexionar,
confrontar a partir de situaciones conflictivas cercanas a los alumnos.
El problema de la discriminación. ¿qué es discriminar? El problema de la igualdad y la justicia: diferenciaciones legítimas e ilegítimas. Tipos de discriminación: étnica, de género, de edad, cultural, por la orientación sexual, otras. Derechos involucrados.. Análisis de casos actuales sobre discriminación explícita o encubierta de: inmigrantes, pobres, jóvenes y niños, ancianos, mujeres, enfermos de Sida. Referencia documental: Leyes nacionales y provinciales contra la discriminación y el maltrato, Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, Convención sobre Derechos del Niño, Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial.
Consideraciones didácticas
Este espacio curricular se enfrenta a problemas ya enunciados en la fundamentación:
contribuir a la construcción de un espacio público, que los jóvenes
encuentren un lugar en él y que adquieran instrumentos válidos
para el análisis y la acción. Este enfoque didáctico se
traduce en la necesidad de encontrar los modos de transmitir, a la vez, conceptos,
normas y procedimientos aplicables a situaciones vividas.
Desde esta perspectiva, construir conocimientos sobre los derechos humanos y
la ciudadanía es construir herramientas intelectuales (conceptos, modelos
de análisis, métodos) para estudiar situaciones sociales desde
el punto de vista de los Derechos Humanos con el fin de actuar sobre ellas.
Estas herramientas deben ser ofrecidas a los alumnos como respuesta a las preguntas
y problemas que ellos viven hoy respecto del espacio público, poniendo
en juego sus actitudes y representaciones acerca de la política y de
las posibilidades de transformación de la realidad.
Esto supone formar en un conjunto de conocimientos, valores y actitudes implicadas
directamente con las maneras en que cada uno piensa la sociedad y se piensa
en la sociedad. Por lo tanto, la metodología de trabajo no puede centrarse
en el planteo de formulaciones abstractas sino en la problematización,
concebida como interrogaciones sobre temas socialmente relevantes, que permitan
a los alumnos apropiarse del problema y a los docentes aportar una conceptualización
pertinente que los aliente al análisis y la elaboración de puntos
de vista más abarcativos y plurales para pensar la realidad social.
La orientación metodológica incluye en forma simultánea
y articulada los siguientes procesos :
1. la incorporación y el manejo de conceptos teóricos centrales
y de relativa complejidad.
La mayoría de los conceptos en los que se sustenta este espacio (vida,
libertad, verdad, paz, solidaridad, tolerancia, igualdad y justicia) son fundamentos
innegables de la convivencia democrática, pero también son conceptos
de ambigüedad semántica. Es crucial trabajar alrededor del sentido
de los conceptos tanto desde distintas perspectivas teóricas como en
su carácter de principios orientadores para la acción. Por tratarse
de cuestiones abiertas al debate, los docentes, desde sus formaciones diversas,
deberán tratar de presentar los diferentes discursos existentes elaborados
por las disciplinas y que sean de tratamiento público en la actualidad.
2. un trabajo intenso de comprensión e interpretación de textos
y discursos de distinta especificidad (textos jurídicos, periodísticos,
imágenes de índole artística, gráficos, estadísticas,
filmes de ficción y documentales).
Además de proveer a la adquisición de capacidades comunicacionales
alfabetizando en distintos formatos textuales en los que se presentan discursos
y pensamientos sobre la realidad, este aspecto de la metodología del
espacio se relaciona con la necesidad de contrastar maneras de definir e interpretar
hechos sociales y con la necesidad de aprender a reconocer las falacias y encubrimientos
que pueden ocultarse en algunas de esas formas.
En el caso de los marcos normativos y los textos correspondientes a instrumentos
de protección de los Derechos Humanos, su inclusión responde a
la necesidad de conocer no sólo su existencia sino también su
contenido. No se propone una lectura exhaustiva ni tampoco su estudio aislado.
Por el contrario, se procurará presentarlos acompañados, o en
relación con casos en los que se aplican, para poner en juego la interpretación,
la creatividad y la crítica. El trabajo con diferentes fuentes tiene,
también, la finalidad de enseñar a procesar la información.
Una comprensión más compleja de la realidad permite diseñar
acciones para transformarla.
3. el desarrollo de aptitudes para la vinculación de conceptos teóricos
con problemas y casos de actualidad, con preocupaciones relativas a la construcción
del proyecto de vida de los alumnos y con la toma de decisiones en su práctica
cotidiana.
El conocimiento que nutre este espacio es básicamente un conocimiento en tensión porque se construye en un campo de contradicciones, causadas ya sea por el conflicto que existe entre norma y realidad, sea por no cumplimiento de la norma, por la complejidad de la realidad que no es abarcada por la norma, o por las distintas interpretaciones de los conceptos implicados que, generalmente, ponen el juego los intereses de los actores involucrados en la realidad a la que se aplican estos principios. El abordaje propuesto a través de la problematización pretende reconocer el conflicto. Con la presentación de situaciones (aportadas por el docente o por los alumnos) se intenta provocar una reflexión activa de los alumnos desde sus propios marcos interpretativos a partir de ponerlos en diálogo con las conceptualizaciones teóricas propuestas. Se trata de que los alumnos puedan interrogarse sobre lo "obvio" y establecido (fundamentos de las costumbres, valores de circulación social, naturalización de tratos injustos, otros) utilizando instrumentos de análisis (información, conceptos, perspectivas teóricas) que permitan un posicionamiento responsable y consciente. Las situaciones a presentar pueden ser de índole variada: casos periodísticos, fallos judiciales, relatos, textos literarios.
A partir de este enfoque general, cada docente a cargo del espacio tendrá la posibilidad de interpretar y recrear el diseño en base a su propia trayectoria y formación teórica y del relevamiento que haga de su grupo de alumnos.