Absueltos dos marroquíes que han pasado cinco años en la cárcel acusados de violación.


SERVIMEDIA / EL PAÍS , Madrid.
El Tribunal Supremo absolvió ayer a Abderrazak Mounib y Ahmed Tommouch, dos ciudadanos marroquíes que han permanecido en prisión desde 1991 tras ser condenados por tres delitos de violación que nunca cometieron. En la sentencia se señalan como exculpatorias las pruebas de ADN, que confirman que los restos de semen hallados en las víctimas no se corresponden con el de los dos condenados. La Sala de lo Penal anula así una sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona que condenó en 1994 a más de 50 años de prisión a Mounib y Tommouch.

Las víctimas afirmaron reconocer en Abderrazak Mounib y Ahmed Tommouch al menos a un presunto agresor, por lo que ambos fueron identificados como autores de una oleada de violaciones que se sucedieron en distintas localidades de Barcelona y Tarragona, aunque sólo fueron acusados de tres delitos.

Los condenados siempre negaron la autoría y cualquier relación con los sucesos. Sin embargo, la Audiencia Provincial de Barcelona les condenó fundamentando su resolución en la firmeza del testimonio de las víctimas sobre la identificación de sus agresores.

El ponente de la resolución del Supremo, el magistrado José Luis Manzanares, subraya que los avances científicos en relación con el ADN han permitido probar la no implicación de los dos condenados en el delito. Al respecto, señala que «los adelantos científicos han permitido alcanzar finalmente unos resultados claros y decisivos allí donde los conocimientos de 1992 fueron insuficientes».

El caso de Mounib y Tommouch creó una enorme expectación en 1991, por cuanto se les atribuyó la autoría de una cadena de violaciones ocurridas en distintas localidades de Barcelona y Tarragona. El convencimiento de las mujeres víctimas de las violaciones denunciadas, manifestado en las diversas ruedas de identificación a que se sometieron los condenados, se alzó como prueba irrefutable.

El recurso de apelación al Tribunal Supremo fue rechazado en su día, por lo que la revisión de la sentencia ha sido posible gracias a la presión desarrollada durante seis años por los abogados defensores y a las labores de investigación policial, que continuaron tras la detención posterior del ciudadano español Antonio García Carbonell, de sorprendente parecido físico con uno de los marroquíes condenados.

El Tribunal Supremo considera concluyente el resultado de las pruebas de ADN realizadas a partir de los restos de semen hallados en la víctima porque demuestran que era de Antonio García Carbonell, que fue detenido posteriormente por la Guardia Civil por un delito similar. La policía, así como los abogados de los súbditos marroquíes, sostienen que García Carbonell podría ser el autor material, junto con otro individuo no identificado, no sólo de esta violación, sino del resto de las agresiones que ocurrieron antes de 1991 y durante ese año en Cataluña, ya que las víctimas coincidieron respecto a los rasgos físicos de sus atacantes.

Uno de los tres letrados defensores de Ahmed Tommouch, Manuel Ollé, declaró: «(Con el fallo del Supremo) ha triunfado la auténtica verdad y la justicia material sobre la formal, demostrando la notoria inocencia de nuestros clientes». Con Ollé han formado parte del equipo jurídico de la defensa los letrados Mónica Lumbreras y Jorge Claret.


Cuando pagan inocentes

SM / EL PAÍS , Madrid
Durante cinco años, Abderrazak Mounib y Ahmed Tommouch insistieron en su inocencia. El primero, que es diabético, incluso realizó dos huelgas de hambre en la cárcel. Desde el primer momento había muchos datos contradictorios. Según la condena, planearon y ejecutaron conjuntamente todas las agresiones, pero parecía muy difícil que se conocieran. Mounib vivía en Barcelona con su mujer y sus cuatro hijos. Tommouch -un temporero- fue detenido en Terrassa.

Su caso no es único. El mes pasado, en Madrid, un hombre fue absuelto sin cargos, tras haber permanecido encarcelado durante más de un año acusado por su hija de haberla violado en reiteradas ocasiones. La hija confesó al tribunal que había inventado la denuncia para alejar a su padre de casa y acabar así con las discusiones de sus progenitores y «como venganza» porque la «obligaba a hacer los deberes». A principios de año, un labrador coruñés de 54 años pasó casi cinco meses en prisión -pese a que la prueba del ADN garantizó su inocencia- acusado de violar a una disminuida psíquica de 14 años.


Los marroquíes absueltos de una violación piden la revisión de las otras condenas

BLANCA CIA , Barcelona
Los abogados defensores de los dos ciudadanos marroquíes Abderrazak Mounib y Ahmed Tommouch coincidieron ayer en señalar que pedirán la revisión de las otras condenas por violación que pesan sobre sus clientes después de que el Tribunal Supremo anulara una dictada por la Audiencia de Barcelona -concretamente por la sección quinta- al comprobar mediante la prueba del ADN que el autor era otro.

El cotejo se pudo realizar porque el agresor utilizó un trapo para limpiarse el semen después de cometer una violación en 1991. Ese trapo, que se conservó como prueba, fue el que desveló que el ADN coincidía con el del ciudadano español Antonio García Carbonell, detenido en 1995 y que, además, se parece extraordinariamente a uno de los marroquíes, Ahmed Tommouch.

García Carbonell, de raza gitana, fue juzgado y condenado en enero pasado por la Audiencia de Barcelona a cuatro penas de 24 años de prisión por 10 violaciones cometidas entre marzo y junio de 1995. La prueba fundamental fue el cotejo del ADN, que dio al traste con la argumentación del acusado, padre de 10 hijos, de que él no podía ser el autor porque se lo impedía el código ético de los gitanos.

Los dos defensores, Jordi Claret -que representa a Ahmed - y Francesc Xavier Castellvell -encargado de la defensa de Abderrazak -, coincidieron ayer en señalar que la revisión de las otras violaciones que pesan sobre sus clientes será más dificultosa. En concreto, los dos fueron condenados por la Audiencia de Tarragona por un delito de violación. Mounib tiene, además, otra condena por la misma acusación de la sección quinta de lo penal de la Audiencia de Barcelona. Sobre Tommouch pesan otras dos condenas por violación dictadas por las secciones sexta y novena de la Audiencia de Barcelona, según precisó su abogado.

Los dos letrados subrayaron que en esos casos la revisión es más compleja puesto que no hay una prueba nueva que pueda aportar más información. «Pero la Ley de Enjuiciamiento Criminal prevé que el condenado pueda plantear el recurso extraordinario de revisión y lo haremos», comentó el letrado Castelvell, que ayer habló con su cliente.

Acusado por error

«Lo que quiere es llegar hasta el final y demostrar que no es el autor de ninguna de las violaciones», añadió. Y es que al marroquí Mounib también le imputaron, inicialmente, otra violación que no cometió. Ocurrió cuando llevaba 15 días detenido, en 1991, acusado de una de las agresiones. Fue conducido a una rueda de reconocimiento en un juzgado de Blanes porque la víctima le había identificado, con un 80% de seguridad, en las fotografías de la policía. «Pero al comprobar los datos se dieron cuenta de que Mounib no podía ser el autor sencillamente porque ya estaba preso cuando se produjo la agresión que se investigaba», puntualizó Castellvell. El abogado no descarta que para conseguir la revisión planteen la necesidad de repetir las ruedas de reconocimiento de las víctimas.

La revisión extraordinaria de las otras condenas que pesan sobre los marroquíes no pueden ser impulsadas por el fiscal. «La fiscalía sólo puede plantear ese tipo de recurso extraordinario cuando se tiene una prueba objetiva, como lo fue la prueba del ADN con el trapo que todavía se conservaba. Pero en las otras causas no quedaron restos genéticos. Ello no quiere decir que los propios afectados puedan impulsar la revisión extraordinaria», precisó ayer el fiscal jefe del Tribunal Superior, José María Mena.

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