Molti cantanti latinoamericani hanno musicato testi poetici in spagnolo, in partcolare poesie che trattano temi politici.

Víctor Jara, Pablo Milanés, Sergio Rodríguez hanno dato voce e musica ai versi di Nicolás Guillén, Mario Benedetti, Otto René Castillo, Pablo Neruda ed altri. Questo passaggio dalla parola scritta alla parola cantata è il segno della grande popolarità della poesia nel continente latinoamericano.Ma è soprattutto il segno della musicalità reale e potenziale che questi testi contengono.

Uno dei poeti più attento al ritmo e alla musica della poesia era Nicolás Guillén, grande interprete delle sue poesie. La sua poesia "Tengo" è stata interpretata da Pablo Milanés: è un testo pieno di gioia, perché canta la liberazione di Cuba dalla dittatura. Juan finalmente può camminare per le strade del suo paese senza sentirsi straniero sulla propria terra, può parlare nella sua lingua e dire "compañero", può vivere libero anche se è nero. Juan è pazzo di gioia, si sente riconcilato con tutto ciò che lo circonda, di cui il popolo cubano era stato espropriato dagli yankee. Adesso c'è da mangiare, si può imparare a leggere e scrivere e lavorare. Juan è stupito, ma alla fine non può che concludere che ha conquistato ciò che gli spettava di diritto.

"Tengo"

Cuando me veo y me toco,
yo, Juan sin Nada no más ayer,
y hoy Juan con Todo,
y hoy con todo.
Vuelvo los ojos, miro,
me veo y toco
y me pregunto cómo ha podido ser.

Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de andar por mi país,
dueno de cuanto hay en él,
mirando bien de cerca lo que antes
no tuve ni podía tener.
Zafra puedo decir,
monte puedo decir,
ciudad puedo decir,
ejército decir,
ya míos para siempre y tuyos, nuestros,
y un ancho resplandor
de rayo, estrella, flor.

Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de ir,
yo, campesino, obrero, gente simple,
tengo el gusto de ir
(es un ejemplo)
a un banco y hablar con el administrador,
no en inglés,
no en señor,
sino decirle compañero como se dice en español.

Tengo, vamos a ver,
que siendo un negro
nadie me puede detener
a la puerta de un dancing o de un bar.
O bien en la carpeta de un hotel
gritarme que no hay pieza,
una mínima pieza y no una pieza colosal,
una pequeña pieza donde yo pueda descansar.

Tengo, vamos a ver,
que no hay guardia rural
que me agarre y me encierre en un cuartel
ni me arranque y me arroje de mi tierra
al medio del camino real.
Tengo que como tengo la tierra tengo el mar,
no "country",
no "jailáif",
no "tenis" y no "yacht",
sino de playa en playa y ola en ola,
gigante, azul, abierto, democrático:
en fin, el mar.

Tengo, vamos a ver,
que ya aprendí a leer
y a contar.
Tengo que ya tengo
donde trabajar
y ganar
lo que tengo que comer.
Tengo, vamos a ver,
tengo, vamos a ver, tengo,
lo que tenía que tener.

L'incontro tra Nicolás Guillén e Pablo Milanés riguarda anche poesie di tematiche non politiche, come "Solo de flauta", un testo che contiene una meditazione sulla tristezza e la musicalità del canto:

"Solo de flauta"

La flauta tenía
su melancolía.
la flauta decía:
"no hay pena tan grande
cual la pena mía".

La flauta gemía
su melancolía.
La flauta decía:
"Si lloro, mi llanto
parece el estruendo de loca alegría".

La flauta gemía
su melancolía.
La flauta decía:
"Si canto, mi canto
parece suspiro de cruel agonía".

La flauta gemía
su melancolía.
La flauta decía:
"No hay pena tan grande
cual la pena mía".

Yo soy cual la flauta,
que ritma con ritmo sonoro
su fino y sonoro quebranto.
Si canto, parece que lloro.
Si lloro, parece que canto.



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