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de Octubre

!No se Olvida!

 

Nota aclaratoria...

Este documento no pretende llegar a un estudio histórico pues la tarea es enorme. Jamás se planteó el obtener la verdad absoluta pues aunque el trabajo de la investigación requirió de mucho tiempo y de las consultas a varias fuentes, interminables en las listas e incluso, en ocasiones con información sin seriedad alguna, la mayoría de esa información se encuentra oculta en los Archivos de la Nación por encomienda presidencial de Gustavo Díaz Ordaz y por la práctica constante del gobierno de no permitir el derecho a la información de los mexicanos, aún cuando se encuentre estipulado así en la Constitución de nuestro país.

Sin embargo y consciente de esto, tampoco se busca dejar que el mito de la amnesia histórica mexicana siga subsistiendo. Son ya 30 años desde la matanza de Tlatelolco; 30 años de mentiras y verdades a medias y 30 años en los que la memoria lleva la verdad en la consigna: "2 de Octubre, no se olvida", que ha sido un canto de libertad en la voz de generaciones estudiantiles año con año en la manifestación que nos lleva a recordar la sangre que se vertió, por la sordera y el autoritarismo del Estado en 1968.

A esta fecha se unen otras matanzas a lo largo de la historia, otras en las que fueron aplastados los movimientos de ferrocarrileros, médicos, profesores, obreros, campesinos, indígenas insurrectos, guerrillas que luchaban en los setenta y hoy en los noventa, por la justicia y la inclusión social y económica. En la memoria quedan, y jamás serán olvidadas, en tanto persista la impunidad de tales actos de barbarie.

Aguas Blancas, Coyuca de Benitez, Acteal, El Bosque, El Charco, Agua Tinta, Taniperlas, y muchos otros han sido los lugares en los que impera la "Fuerza del Estado", en contra de los más desprotegidos, de aquellos que se atrevieron a levantar la voz en contra de la injusticia de terratenientes y privilegiados, políticos que no obedecen sino que se sirven, en contra de lo que hasta hoy ha sido el pan de todos los días en este país...

Mónica Gameros

 

1

mujer_con_bandera.jpg (3905 bytes)

Los días del 68

 

Entre julio y octubre se produjeron

en la Ciudad de México manifestaciones multitudinarias

de estudiantes y de personal académico,

originadas en violentos incidentes estudiantiles

en las aulas de enseñanza media, agravadas

por la escalada de represión policial.

 

Con ellas se puso en duda la legitimidad del

proyecto político del régimen que no había ocurrido

desde 1957-1958, cuando se desarrollaron

los movimientos de huelga magisterial

y ferrocarrileros.

 

El movimiento de 1968 demandaba el respeto

al espíritu democrático de la Constitución de 1917;

lo cual, sin ser abiertamente revolucionario,

equivalía a denunciar y rechazar la tendencia

autoritaria y corporativa del régimen...

 

La protesta ponía en entredicho el modelo

de crecimiento económico que, adoptado

a partir de la segunda guerra mundial

había acentuado la distribución desigual.

 

Lorenzo Meyer,

historiador del Colegio de México

Por falta de información, para la reconstrucción ordenada de los hechos, todo parece indicar que el Movimiento estudiantil de 1968 surge de la nada y que de igual forma ha desparecido de la memoria pública. Sin embargo, antes del 2 de octubre pasaron 8 años de luchas estudiantiles en todo el país. La derrota del movimiento estudiantil en la capital del país redujo el activismo sólo en ese lugar mientras que se acrecentaba en diversas entidades federativas de México como es el caso del movimiento en la Universidad en los estados de Nuevo León, Sinaloa, Puebla, Oaxaca y Guadalajara.

Estas Universidades y varias más, observaron la represión del 68 como el cúmulo de causas para la lucha por la democracia y la organización de grupos al exterior de las universidades que tiempo después se enfrentarían al control estatal.

Las movilizaciones posteriores aludían al respeto a la autonomía de los centros de nivel medio superior y superior y la no intervención de los planteles por elementos de seguridad pública. Se pedía incluso indemnización para los familiares de estudiantes agredidos y ya se iniciaba la discusión sobre la necesidad de una reforma estructural del tipo de gobierno mexicano y de sus políticas.

En algunas de las escuelas de enseñanza superior se logró, mediante la organización y la acción colectiva, la transformación de las estructuras autoritarias que las regían, pero en otras la reacción fue la mano dura y se convirtió en el punto de partida para el radicalismo estudiantil que llevó a los jóvenes a pensar en la vía armada y la guerra de guerrillas como único canal de transformación del orden existente político, económico y social.

El periodo de crecimiento económico de los sesenta se detuvo en la siguiente década y las manifestaciones campesinas y obreras se multiplicaron por todo el país. A ello se sumó la simpatía intelectual, universitaria y de la clase media por la Revolución cubana de 1959, las figuras de Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, asesinado en 1967 mientras dirigía la guerra de guerrillas en Bolivia y la influencia del sistema socialista en el mundo como proyecto viable para América Latina.

Las manifestaciones públicas y sindicalistas se enfrentaron a dos problemas: la ineficacia del Estado, su proyecto económico y político, y el uso de la represión ante la incapacidad de conciliación social y política con los grupos disidentes.

Lo que se vería afectado en primer orden fue el modelo económico seguido por la descalificación a la continuidad de la forma de Estado vigente desde 1929, con la fundación del Partido Nacional Revolucionario, el cual se transformaría décadas después en el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Paralelamente, y tal como hoy se desarrolla, la democracia era un tema a debate en las universidades del país, convirtiéndose además en una de las principales demandas para la conformación de consejos y directorios universitarios e incluso como demanda en la elección de rectores por voto universal, directo y secreto, lo cual es causa vigente sin resultado positivo.

No obstante y revisando la historia, la primer batalla universitaria se da en 1944, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), esta se consolidaría en la lucha democrática al obtener su autonomía frente a la regencia directa del Estado, gracias a una larga lucha estudiantil.

Cuatro años después, otra lucha se desarrollaría contra el rector de la misma universidad debido al alza de las cuotas (problemática constante y vigente). De esta lucha, los estudiantes impulsan a la rectoría al Maestro Antonio Díaz Soto y Gama (ex miembro de las fuerzas rebeldes de Emiliano Zapata), sin lograr que ocupara el lugar pretendido.

Para 1958, algunas organizaciones estudiantiles apoyaron la huelga de los ferrocarrileros, reprimida y masacrada por el Estado.

También el Instituto Politécnico Nacional (IPN) se ve envuelto en los disturbios por la democracia. En 1956 se inicia la huelga con demandas como: cambio del director del Instituto así como más instalaciones y becas para los alumnos. A su vez, la Escuela Nacional de Maestros y la Escuela Normal Superior se inician en la lucha con demandas similares.

Todos estos movimientos tuvieron al interior la participación de grupos organizados como el Partido Comunista, la Confederación de Jóvenes Mexicanos (CJM), la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET), Jóvenes del PRI y varios líderes pertenecientes al Partido Popular Socialista (PPS).

El desarrollo de tales movimientos, la organización de estudiantes filtrada por el Gobierno Federal y la incapacidad de atención al sector, dio como resultado la única respuesta que el Estado mexicano como institución ha sabido presentar: la represión y la persecución.

De esta forma el 23 de septiembre de 1956, la primera de las acciones de represión estudiantil en el país se apoderó de los internados del IPN gracias a la intervención del ejército. Las luchas universitarias de esos años giraron en torno a la obtención de becas, la autonomía institucional, la apertura democrática en la elección de rector y poco a poco fueron contemplando demandas sociales como creación de empleos, inversión al campo, apoyo a luchas sindicales por alza de salarios y mayores prestaciones, hasta llegar a la demanda de la apertura democrática en el sistema de gobierno mexicano.

En 1966, las manifestaciones estudiantiles eran en favor de los vietnamitas. Tampico, Cd. Victoria y Cd. Madero se unieron en contra del secuestro de un académico por un grupo ultraderechista denominado Movimiento Unido de Renovadora Orientación. Mientras en la UNAM se discutía sobre demandas democráticas al interior de la estructura universitaria para la elección de consejeros técnicos y universitarios.

En Durango, los estudiantes apedrean al gobernador, y en Sinaloa exigen la renuncia del rector Julio Ibarra, reelecto en 1965. Se inicia la lucha por las reformas universitarias entre junio y octubre de 1966, los enfrentamientos son en extremo violentos.

Se desata una campaña propagandística anticomunista en contra de miembros del Partido Comunista Mexicano para desestabilizar la lucha por la participación de los estudiantes en la toma de decisiones importantes en la Universidad Autónoma de Sinaloa. En 1967 la represión vuelve a ser el método de respuesta.

Morelia sería reprimida el 2 de octubre de 1966 en la manifestación estudiantil, apoyada por la población, en contra del alza a las tarifas del transporte. Un estudiante muere asesinado, su nombre Everardo Rodríguez Orbe.

1968.jpg (17386 bytes)El 4 de octubre la huelga inicia con demandas como: castigo en contra de los autores materiales del asesinato de Everardo Rodríguez; liquidación de latifundios, cese a la represión a campesinos, obreros y estudiantes; exigen además junto con el Consejo Universitario, la desaparición de poderes en el estado. Todas estas demandas son señaladas por la prensa como "conjura comunista" dirigida por extranjeros que buscan derrocar al Presidente Gustavo Díaz Ordaz.

Los profesores, nacionales y extranjeros, son secuestrados y encarcelados. A los extranjeros los deportan y el 8 de octubre de 1966, el ejército toma la Universidad de Morelia obedeciendo la orden del Congreso local mientras que los cateos, secuestros y desaparición de estudiantes continúan.

Otra represión a una manifestación del pueblo consigue el encarcelamiento de 600 personas. Una nueva ley orgánica consigue la desaparición de la Casa de estudiantes, la supresión de la paridad en el Consejo Universitario y el cierre de secundarias pertenecientes a la Universidad, al igual que con el Centro de Altos Estudios.

En el mismo año, la UNAM tiene protestas al interior en la voz de grupos estudiantiles y el Movimiento de Liberación Nacional con una declaración se manifiesta que las causas de las represiones y manifestaciones en Morelia son producto de la explotación y el autoritarismo.

En esta Universidad, la influencia del Partido Comunista Mexicano y la Liga Leninista Espartaco, creció y en esa medida fue que se dio la represión gubernamental. El informe dio la represión gubernamental. El informe presidencial de Díaz Ordaz, el 1º de septiembre de 1966, era la señal más obvia de la represión cuando el presidente dijo:

"La ley se aplicará con todo vigor, no se permitirán actos antisociales, nadie tienen fueros contra México."

manos-c.jpg (6888 bytes)En la Ciudad de México, la lucha democratizada de los órganos de gobierno en la UNAM logran eco en las Facultades de Economía, Ciencias Políticas y Filosofía desde 1964. El movimiento del 14 de marzo de 1966, logra la renuncia del Rector Chavez el 28 de abril siguiente debido a la respuesta represiva sobre los estudiantes, dos años antes.

La lucha estudiantil exigía la derogación del estatuto académico que constituía la base legal del gobierno de la UNAM. Este movimiento se encontraba lidereado por grupos priístas apoderados del Consejo Estudiantil Universitario y algunos con tendencia izquierdista (este nexo con los grupos del PRI hace pensar que la represión no llegó precisamente por esa característica), Sin embargo el constante uso d ela fuerza del Estado para tratar de controlar los mivimientos hizo que los estudiantes del país se congregaran en la Organización de la Central Nacional de Estudiantes Democráticos (CNED), el 29 de abril de 1966. El primer consejo se logra en 1967 en Culiacán, patrocinada por la Federación de Estudiantes Universitarios de Sinaloa (FEUS), y deciden una marcha popular de Dolores Hidalgo a Morelia, a realizarse del 3 al 10 de febrero de 1968, con demandas como: libertad a presos políticos estudiantiles.

La marcha de la libertad es frenada brutalmente por el ejército y se convierte en el primer movimiento estudiantil no controlado por el Estado con objetivos democráticos al interior y exterior de la Universidad.

Para 1967, el ejército cercó las Universidades en Puebla, Tabasco, Veracruz, San Luis Potosí, Yucatán, Michoacán y Durango, así como las escuelas de Agronomía del país apoyadas por la Escuela Nacional de Maestros y el IPN.

Antes del 2 de octubre 1968, los movimientos estudiantiles se inician en Morelia, Sonora y Tabasco. En Sonora responde a la elección de gobernador, considerada imposición del gobierno federal, pero la violencia fue la constante; 139 escuelas de la entidad secundan el movimiento y la acción militar ejerce su fuerza. No obstante, la respuesta nacional como en la Ciudad de México en 1968 no apareció.

En marzo de 1968, en la Universidad Autónoma de Nuevo León, se inicia el movimiento en contra del alza a las cuotas del plan Elizondo, que busca recompensar el déficit de 4 millones de pesos y eliminar el subsidio estatal. En este movimiento participan fuerzas políticas como el Partido Comunista, la Liga Leninista Espartaco, Obra Cultural Universitaria -de tendencia social cristiana- y restos de la derecha tradicional. El plan Elizondo fue abandonado y el movimiento de izquierda se consolida en Nuevo León.

Tabasco vería igual un movimiento al mismo tiempo que Sonora. El 29 de julio de 1968, dos días después de la represión a la manifestación en apoyo a la Revolución Cubana en la Ciudad de México, en las orillas del Río Grijalba, fueron asesinados dos docenas de estudiantes por el ejército. Al día siguiente serian asesinadas las estudiantes de la Normal de Maestros.

Para julio de 1968, el Movimiento estudiantil en la Ciudad de México, se consolida después de varios años y bajo la coordinación de varias facultades representadas por estudiantes de diversas disciplinas. Las demandas principales surgen de la oposición total a la represión que el Estado ejerció el 26 de julio de 1968.

 

2

El Movimiento estudiantil y su contexto

ponen fin a la versión oficial de que se

trataba de un complot internacional

de desestabilización para México....

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1968 Año clave en el que un sector importante de la sociedad civil levantó la voz en protesta contra el sistema político, hasta entonces dirigido de modo autoritario, intolerante y excluyente, los estudiantes cuestionaron la política en México y la construcción del Estado que se habían llevado a cabo en una sola línea, la de la centralización y el monopolio del poder en unas cuantas manos (pertenecientes a la élite mexicana mejor conocida como la "familia revolucionaria", integrada por los generales de la revolución de 1910 y su descendencia y amistades), clase que hoy se encuentra en pugna, dividida en dos bandos: la tecnocracia Vs la línea dura y conservadora del Partido Revolucionario Institucional.

Hoy, algunos de los representantes de los mexicanos, instalados en las Cámaras de Diputados y Senadores del Congreso, y miembros de la generación del 68, insertos en la clase intelectual mexicana, afirman que 1968 es el parteaguas histórico político del país. Frente a tal afirmación, la Masacre aparece como la respuesta a las manifestaciones del sector estudiantil en repudio a la política estatal y el modelo del Partido Oficial de Estado (PRI), sostenido en la silla presidencial.

Después de treinta años después, los archivos serán reabiertos por decreto presidencial de Gustavo Díaz Ordaz presidente en el año de la masacre, no sin la fuerte resistencia del Partido Oficial de Estado (PRI) y de intereses personales.

La Comisión de la Cámara de Diputados, creada para la investigación de este caso, se ha enfrentado a una inmensa cantidad de documentos archivados en 79 cajas, aparentemente de forma indiscriminada, otros tantos ocultos aún y muchos más esperando ser encontrados, en los archivos de algunos ciudadanos "comunes". la información recibida de los Archivos de la Nación destacan tres líneas de investigación.

3

madrehijo.jpg (31392 bytes)¿Porqué sucedió?

Después de la noche del 2 de octubre, circularon diferentes versiones sobre el por qué de la acción del Estado. Esto dio lugar a tres líneas de investigación:

 

Entre los documentos entregados a la Comisión de la Verdad del 68, se encuentran actas de la Procuraduría General de la República en las que se asienta que desde las primeras detenciones de estudiantes del 30 de julio de 1968, hasta las últimas en septiembre de ese año, los nombres de políticos como Carlos Madrazo, Emilio Martínez Manatou y Juan Gil Preciado aparecen como los responsables de financiar e instigar a los "subversivos".

Carlos Madrazo había renunciado, después de una excelente carrera política en el PRI, a la dirigencia de ese partido político y se había convertido en disidente. Martínez Manatou fungía como Secretario de la Presidencia de la República y Juan Gil Preciado era secretario de Agricultura. Estos tres personajes disputaban junto a Luis Echeverría Alvarez, la candidatura a la presidencia.

Las memorias técnicas que existen de los interrogatorios a los estudiantes detenidos, revelan como los cuestionamientos pronunciaban una y otra vez los nombres de los tres políticos citados. El responsable de los interrogatorios, realizados mediante la tortura física y psicológica, fue Fernando Gutiérrez Barrios señalado como principal operador del espionaje en contra de los universitarios y de los líderes como el desaparecido Heberto Castillo, quien representaba a los profesores ante el CNH.

Otros de los detenidos son Ayax Gutiérrez y Socrátes Lemus Campos, a quien los estudiantes identificaron como agente de la Dirección Federal de Seguridad. Ambos declararon haber visto brigadas armadas de estudiantes disparando en la explanada de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, y sin embargo los informes del forense señalan heridas de bala en las víctimas, con trayectoria de arriba a abajo. Las declaraciones de Ayax y Socrátes sirvieron como detonadores para que el aparato judicial empezará a emitir cientos de ordenes de aprehensión contra estudiantes, activistas sociales, profesores e intelectuales.

pzojos.gif (28067 bytes)Las contradicciones

 

Casí de forma genérica, nuestros políticos sufren y han sufrido de amnesia y amor a la demagogia y al protagonismo constante. En el caso del 68 no es la excepción. Desde la cima de la estructura vertical política de México, Gustavo Díaz Ordaz se enfrentó a los interrogatorios de los medios de comunicación meses antes de su salida del poder ejecutivo.

Con "la frente en alto", declaró que sus acciones y decisiones en 1968 fueron las que ayudaron a mantener la fuerza del Estado Mexicano y que la muerte sólo había alcanzado a los "subversivos" manipulados por fuerzas ajenas al país. Incluso, y lleno de evidente molestia, dejó de responder a las preguntas de reporteros sobre la responsabilidad en un "acto de terrorismo de Estado".

Por su parte, el General retirado Alfonso Corona del Rosal, ex regente de la Ciudad de México en 1968, publicó su libro Mis memorias políticas, en 1995 y lo presentó ante los medios de comunicación quienes le interrogaron sobre su actuación en los hechos sin obtener respuesta satisfactoria, solo el silencio y una retirada repentina.

Corona del Rosal declaró que él también era un posible candidato a la presidencia y que Luis Echeverría Alvarez y Emilio Martínez Manatou veían en él a un contrincante. Para el General el conflicto estudiantil del 68 fue reprimido pues "para Echeverría la solución era ¡palo, palo, palo!, lo que "le permitió conquistar el apoyo de Díaz Ordaz para ganara la candidatura a la presidencia".

 

"Nuestro país vivía tranquilamente en el año del 68.

La población tenía salarios justos pero de pronto nos brotó

un movimiento de jóvenes y se hizo el problema del 68.

De ese problema se han escrito muchas falsedades...

nuestro ejército nunca cometió un acto indebido fuera

de la ley en ese problema".

 

General Alfonso Corona del Rosal

 

Pero la memoria colectiva se evidenció en las preguntas de los reporteros:

 

Reportero- ¿Cuándo será prudente que el pueblo conozca la verdad del 68?

Corona del Rosal- Nada, nada, no se puede hablar de eso en unas cuantas palabras...

Reportero- Don Alfonso, ¿cuál es su verdad sobre el 68?

Corona del Rosal- Mi verdad es que los jóvenes fueron engañados por comunistas...

El pueblo no ganó nada con eso. Todos los que organizaron esemovimiento llevaron a los jóvenes al fracaso y a la frustración.

Reportero- ¿Se siente orgulloso de su papel en...?

Corona del Rosal- Yo hice mi labor cumpliendo con mis deberes como jefe del Departamento (D.F.), cuidando la tranquilidad de sus habitantes...

 

El mismo Luis Echeverría, aún cuando era señalado como autor intelectual de la masacre, y como siempre, tuvo tiempo para la polémica. Así lo dejó ver en su actuación en noviembre de 1969, cuando durante su campaña presidencial guardó silencio un minuto en homenaje a los estudiantes en Tlatelolco. Después se enfrentaría a las acciones de la guerrilla en Guadalajara, donde el padre de su esposa fuera secuestrado, en Guerrero, en Monterrey y el norte del país, y en Oaxaca al sureste de México.

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Luis Echeverría solicitó la intervención

del ejército federal, para contener la

manifestación movilización de los

estudiantes...

Los nuevos datos

streetkid.gif (3729 bytes)Información más, información menos, esta ha sido publicada en diversos medios de comunicación impresos en México, pero recientemente se ha permitido la investigación directa de documentos y material elaborado el mismo día de la masacre en la Plaza de las tres culturas. De este material se ha concluido que la intervención del ejército en la matanza de Tlatelolco, fue solicitada directamente por el entonces secretario de Gobernación, Luis Echeverría Alvarez, quien en el sexenio siguiente (1970-1976) fuera presidente de México. Dicha solicitud está asentada en un memorándum con la firma de Echeverría y la del Gral. Corona del Rosal, entonces Regente de la Ciudad de México.

Los argumentos para dicha solicitud versan en la necesidad de contención sobre lo que denominaron "un complot estudiantil para desestabilizar al país". Fechada el 28 de julio de 1968, la carta solicita al Gral. Marcelino García Barragán, titular de la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA), "enviar un respaldo del Estado Mayor para garantizar la seguridad de la ciudad".

Bajo esta premisa, se integraron 7 cuerpos militares, encargados de "contener la movilización estudiantil". Y actuaron siempre para "aplacar" a los "jóvenes dirigidos y manipulados por fuerzas externas al país", según la versión oficial del gobierno federal.

De esta forma la intervención del ejército en la tarea de mantener el orden público se inicia desde el 30 de julio, después que una manifestación de estudiantes en apoyo a al noveno aniversario de la Revolución Cubana (26 de julio de 1968), registrara un enfrentamiento entre los estudiantes y los elementos de seguridad en el zócalo capitalino. Los suscesos se continuaron sistemáticamente. A esta represión siguió el Basukazo a la puerta de la Escuela Preparatoria Num. 1, San Idelfonso, primer sede de la máxima casa de estudios superiores (UNAM); la toma del campus de la misma universidad al sur de la ciudad conocida como Ciudad Universitaria; la ocupación del Casco de Santo Tomás, sede del Instituto Politécnico Nacional (creado por el General Lázaro Cárdenas cuando era presidente del país); la masacre de Tlatelolco y la subsecuente cacería de brujas instrumentada a partir del 2 de octubre para detener a los principales líderes del movimiento estudiantil.

En los archivos mencionados, junto a la carta se encontró un croquis de la Operación Galeana (Contención del movimiento del 2 de octubre), el cual marca los lugares de cada francotirador postrados en las azoteas de los edificios del conjunto habitacional Tlatelolco, que rodean la Plaza de las Tres Culturas.

Sobre esto, en una entrevista publicada en el semanario Proceso, existe el testimonio del camarografo Cuauhtémoc García Pineda, quien ha declarado haber filmado, junto con el cineasta Servando González, todos los hechos de ese día. Su posición sería el piso 19 de la Torre de la Secretaría de Relaciones Exteriores. García Pineda declaró que se les había prohibido fumar pues la brasa del cigarrillo podría ponerles en la mira de los francotiradores.

El grupo de ataque, constituido por varios francotiradores, espero en sus posiciones más de 12 horas hasta que el mitin se consolidó con una gran conglomeración de estudiantes, trabajadores, sindicalistas, mujeres y niños.

EL BATALLON OLIMPIA

Creado para satisfacer la solicitud del Secretario de Gobernación, Luis Echeverría, para que el ejército actuara en labores de seguridad pública, el Batallón Olimpia, según la versión oficial, sería el encargado de mantener el orden durante los juegos olímpicos de 1968. Sin embargo, este grupo tomó acción en distintos ataques a estudiantes y en la masacre de Tlatelolco como ya han declarado varios sobrevivientes de tales acontecimientos.

Integrado por militares de diversas agrupaciones castrenses del país, el Batallón Olimpia se formó con elementos entrenados especialmente para la represión varios meses antes del 2 de octubre. Sus miembros se identificaban por usar un guante blanco en la mano izquierda, y al final de los operativos de búsqueda y aprehensión de líderes estudiantiles, fueron reincorporados a sus agrupamientos una vez concluidas las Olimpiadas.

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La Masacre en la Voz de los sobrevivientes...

 

 

El periodista Francisco Ortiz Pinchetti, fue uno de los testigos presenciales de la matanza del 2 de octubre. Se encontraba junto a los oradores del mitin en la terraza del tercer piso del edificio Chihuahua. Había sido invitado para cubrir el evento pero sus testimonio jamás encontró lugar para ser impreso.

Ortiz Pinchetti había respondido a la convocatoria del Consejo Nacional de Huelga (CNH) y esto le daría oportunidad de observar la llegada de los primeros manifestantes y de las primeras balas.

Alrededor de las 6:10 de la tarde, Ortiz Pinchetti observó el descenso de 2 cohetones que al estallar en el cielo, justo por encima del edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), se convirtieron en luces de bengala con un intenso color verde y rojo en secuencia. Después de esto la gente en la plaza comenzó a inquietarse, pero es el sonido de un estruendo "como una explosión" y la voz de ahí vienen, lo que provoca la psicosis en la multitud.

Mientras tanto uno de los oradores exhorta a no caer en provocaciones y al mismo tiempo periodistas y estudiantes del CNH son detenidos por un grupo armado que les ordena acostarse en el piso y no voltear hacia ellos.

"Todo ha transcurrido en segundos. Desde que aparecieron las bengalas hasta que somos obligados a tendernos, no ha pasado más de un minuto...y después de que veo a un hombre disparar se desata una balacera colosal".

"Nuestros captores no cesan de ordenar: ¡Nadie se mueva!, gritan. ¡Traidores!, ¡Comunistas!, ¡Cabrones!, ¡No levante la cabeza!, ¡El que se mueva se lo lleva la chingada!".

 

Los balazos dirigidos desde la terraza del tercer piso en el que se encuentran, provocan los disparos de los militares en la plaza. Los miembros del grupo armado comienzan a gritar: "¡Blanco!", "¡Somos el Batallón Olimpia!"...

Después de varios gritos y del pánico entre los hombres armados alguien ordena:

-Que digan que somos el batallón Olimpia, que tenemos como a cincuenta detenidos... que suban una camilla...

Dirigido al baño de uno de los departamentos del Chihuahua, después de haberse identificado como periodista y sin ser maltratado más, Ortiz Pinchetti observa la "estancia atestada de jóvenes, hombres y mujeres", mientras que en una de las habitaciones un hombre joven es torturado y sobre la cama escucha más quejidos.

Ante sus preguntas, uno de los hombres le dice que no son de ningún agrupamiento, que son del Batallón Olimpia y que tenga paciencia.

Cuando lo sacan del departamento: "el mayor me saca y juntos bajamos por la escalera. A lo largo de toda ella hay una valla de agentes que golpean despiadadamente a los detenidos...".

"El mayor tiene que abrazarme y a la vez que lleva la mano enguantada al frente va gritando blanco para evitar que sea yo golpeado".

"Camino por el amplio vestíbulo de la parte posterior del Chihuahua...me alcanza un fotógrafo del Diario de la Tarde y juntos seguimos avanzando al grito de ¡blanco!... dos o tres veces somos detenidos por militares. Una de ellas por un teniente. Nos pide identificarnos y luego nos pregunta":

- ¿Estaban en el edificio?

-Si Señor

-¿Quienes estuvieron disparando desde ahí?

-Los del Batallón Olimpia

-¿Cómo?, inquiere notoriamente asombrado, ¿No eran los estudiantes?

 

La Masacre en la Voz de los sobrevivientes...

 

representante de Economía en el CNH.

Detenido en la terraza del tercer piso del Chihuahua, con una credencial de electricista se hace pasar como tal escapando a las torturas, pero es llevado a una prisión clandestina en el campo militar 1 durante varios días:

"Los agentes de la Dirección Federal de Seguridad que dirigían Fernando Gutiérrez Barrios y Miguel Nassar Haro junto con los integrantes del Batallón Olimpia fueron ocupando la tribuna del Consejo Nacional de Huelga".

Después del primer disparo, "hecho por un hombre con un sobretodo desde el balcón... una multitud indefensa y encerrada en una operación militar de pinzas, fue atacada con el poder de fuego, de un ejército profesional. La masacre duraría horas. Cientos morirían. El crimen del gobierno era incalificable".

Llevado a uno de los departamentos ocupados por los miembros de la Dirección Federal de Seguridad, y confundido con un electricista, se convirtió en observador:

"En un closet abierto estaba un hombre acuclillado. Tenía un guardia especial para él. Dos hombres entraron al cuarto y se dirigieron hacia el closet donde estaba aquella persona".

"Uno de los hombres llamó al detenido, con tono sarcástico, el comandante Socrátes"...

"Escuche la voz de Socrátes Amado Campus Lemus... era la voz de alguien profundamente aterrorizado...Socrátes y yo, nos encontraríamos para mi desgracia en el campo militar".

Horas después Eduardo valle fue trasladado en uno de los transportes militares:

"En unos cuantos minutos estabamos dentro de una instalación militar, ahí encontré varios amigos pero uno de ellos era Enrique Avila, el delegado al CNH de la Escuela Normal Superior".

También logró amistad con algunos militares, de quienes obtenía información, pero: "al décimo día mi teatro se cayó. Un grupo de hombres estaba en el pasillo y se inició la rigurosa serie de preguntas: nombre, oficio, en que escuela estudias"...

Valle continuó con lo antes pensado, era electricista y no estudiante, pero: "algo se dijo en el pasillo y 15 o 20 segundos después alcancé a escuchar -ese es Valle, CNH, Economía- cerraron la mirilla y al poco rato Avila me llamó, -Búho, Búho, fue el hijo de su pinche madre de Socrátes. También a mi me delató".

7

¿Represión policial o resguardo del orden?

Crónica de los acontecimientos de represión estudiantil

antes del 2 de octubre de 1968

 

26 de julio. Una manifestación, en apoyo al noveno aniversario de la Revolución Cubana, dirigida al centro de la ciudad de México es repelida violentamente
27 de julio Continúan los enfrentamientos entre granaderos y estudiantes en las escuelas de educación media superior del IPN
28 de julio Estudiantes del IPN y la UNAM ya incluían en sus demandas "la indemnización a los estudiantes heridos y a los familiares de los muertos".
30 de julio El ejército derriba, con una bazuca, una delas puertas de la preparatoria 1, San Idelfonso, y entra en las instalaciones a provocar pánico y lograr detenciones a varios líderes estudiantiles. Luis Echeverría, secretario de Gobernación, declaraba sobre esto: "las medidas extremas, adoptadas, se orientan a preservar la autonomía universitaria de los intereses mezquinos e ingenuos -muy ingenuos- que pretenden desviar el camino de la Revolución Mexicana".
13 de agosto Manifestación silenciosa en el zócalo capitalino.
22 de agosto Después de un enfrentamiento entre granaderos y estudiantes dentro de las instalaciones de la Vocacional 2 del IPN, la Vocacional 5 sufre, sin tener que haber en el enfrentamiento citado, es tomada por asalto por granaderos que hirieron tanto a los hombres como a las mujeres.
27 de agosto La Asamblea General decide, en un diálogo público en la Plaza de la Constitución, frente al palacio nacional, negociar con las autoridades federales sobre el pliego petitorio en el que se pide:
  • La renuncia del Jefe de la Policía y el Jefe de Granaderos
  • Indemnización a familiares de estudiantes heridos y asesinados por los elementos de seguridad pública y por militares.
  • No más intervenciones del ejército a las Universidades, Institutos y escuelas de enseñanza media superior.
  • Democratización de las estructuras dentro de las escuelas
  • Nuevo modelo económico
  • Reforma Política integral del Estado mexicano
23 de septiembre El Rector de la UNAM, Barros Sierra Javier, dimite a su cargo y se declara víctima de la incapacidad política para la solución al conflicto estudiantil.
24 de septiembre El ejército entra en la Escuela Superior de Medicina del IPN en el Casco de Santo Tomás, después de una larga y dura batalla campal entre estudiantes y policías con numerosos heridos, muertos y detenciones.
2 de octubre La manifestación cívica es reprimida y masacrada por el ejército y el Batallón Olimpia en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.

Información obtenida del Semanario Proceso 986/ 25 de septiembre de 1995.

 

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1968.jpg (17386 bytes)ESE DIA...

El Consejo Nacional de Huelga (CNH), constituido el 28 de julio de ese año, se reunía en la mañana del 2 de octubre para preparar la logística de la marcha estudiantil en repudio de la toma militar de las instalaciones del Casco de Santo Tomás en Zacatenco, perteneciente al Instituto Politécnico Nacional (IPN).

La última intervención en el mitin correspondería a Eduardo Valle, representante estudiantil de la Facultad de Economía, por su experiencia previa en el mitin del 13 de agosto en el zócalo capitalino en la manifestación silenciosa.

Se había pensado en la posible detención de los representantes del CNH y decidieron que sólo asistirían los oradores y unos cuantos dirigentes. Y sin embargo acudieron muchos de los que integraban el CNH, exponiéndose inútilmente.

A las 5 de la tarde tanto oradores como periodistas, en la terraza del tercer piso del Edificio Chihuahua, en la Unidad habitacional Tlatelolco, se preparaban para dar inicio a la ronda de oradores. Junto a los estudiantes se encontraban integrantes de los medios de comunicación nacionales y extranjeros como Francisco Ortiz Pinchetti y Oriana Fallaci quien resultó herida en la balacera.

Mientras uno de los oradores decía a la multitud que no atendieran a las provocaciones de los granaderos y militares, en la explanada las manos, cientos de ellas, se convertían en una cadena humana al mismo tiempo que las tanquetas y los fusiles llegaban y rodeaban el lugar.

La voz en el megáfono pedía que se retirará la manifestación para evitar incidentes mientras que en el cielo dos luces de bengala aparecían. Se oyeron algunos aplausos pero se detuvieron al instante en que una detonación irrumpió en el lugar provocando el pánico colectivo y el horror de los asistentes al verse frente a frente con los militares.

Un helicóptero daba vueltas alrededor del edificio Chihuahua y en unos segundos varios hombres rodearon a los miembros del CNH y a los periodistas en el tercer piso. Un hombre con sobretodo, según las versiones de Francisco Ortiz Pinchetti (periodista), Mercedes Paredes (periodista), Eduardo Valle (estudiante), lanza el primer disparo. Las balas se vuelven un cable de comunicación de arriba a abajo y de un lado a otro de la plaza. El fuego cruzado y la violencia encierra a niños, mujeres y hombres, jóvenes y adultos en la ansiedad por salvar la vida.

Mientras tanto en el tercer piso estudiantes y periodistas son obligados a tirarse al suelo y son amagados con violencia. Los hombres, agentes de la Dirección Federal de Seguridad, dirigidos por Fernando Gutiérrez Barrios y Miguel Nassar Haro junto al batallón Olimpia también se ven envueltos en la balacera. Desde la explanada los militares responden con fuego a discreción a los disparos desde la terraza del Chihuahua, dos edificios alrededor incluyendo la torre de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y desde la parte frontal de la explanada. Todas las balas pertenecen a militares y granaderos, el fuego cruzado los convierte en víctimas también a ellos.

Mercedes Paredes, periodista.

"Desde la Tribuna vimos como se hacía una especie de remolino en medio; luego la multitud iba hacia la derecha y retrocedía entre ayes y gritos hacia la izquierda; estaban disparando de todos lados, de todos, y el helicóptero desde lo alto también, y disparaban como si estuvieran en una guerra sin misericordia".

681.gif (12801 bytes)La balacera continuaría por horas, las tanquetas militares avanzaban firmemente sobre los cuerpos heridos.

Las detenciones se iniciaron en el acto. estudiantes y periodistas serían llevados por separado a diversos departamentos del edificio Chihuahua. A los primeros se les interrogó y a los segundos se les dejó libres una vez terminada la balacera. Muchos de ellos serían testigos de una Plaza ensangrentada, filas de jóvenes con el torso desnudo y las manos sobre la nuca, camiones militares llenos de hombres y mujeres, camillas con víctimas de las balas, entre quienes se encontraban también niños.

Durante los primeros interrogatorios, los agentes pronunciaban los nombres de Carlos Madrazo como posible responsable del financiamiento. Los estudiantes contestaban que no había jefes, que todos eran iguales.

Llegada la noche, los estudiantes fueron llevados a cárceles clandestinas donde pasarían varios días antes de ser enviados a la cárcel negra "Lecumberri" o a la prisión en Santa Martha al oriente de la Ciudad.

Entre los detenidos (más de 500), se encontraban Raúl Alvarez Garín, Fausto Trejo Fuentes, Eduardo Valle, Luis González de Alba, Gilberto Guevara Niebla., Felix Lucio Hernández, todos ellos autores del libro Los Procesos de México 68, con una historia de 600 paginas poco conocida en la que relatan sobre los procesos judiciales en su contra y la diversidad de anomalías empleadas en su contra en los juzgados.

Después de los interrogatorios, casi todos sin posibilidad de defensa alguna, los cargos llegaron para todos: labor subversiva, labor de agitación, incitación a la rebeldía, pretensión para establecer un gobierno en México de tipo comunista, crítico del gobierno, procubano, terrorista, acopio de armas, instalación de bombas, lesiones y homicidios.

En año y medio, no hubo más que silencio. Ni la prensa ni la sociedad hablaron más del tema. Las sentencias serían dictadas en 1971. Alvarez Garín declara para la Revista proceso: "eran ridículas las acusaciones... y para nuestra defensa, sin embargo, contamos con todas las trabas posibles. Por eso nos concentramos, desde la cárcel, en preparar un movimiento de desprestigio de los procesos con base en su exhibición".

Finalmente sería sentenciado el 12 de noviembre de 1970, pero no cumpliría más de 6 meses y obedece a "la única salida política". Junto a Pablo Gómez (hoy diputado federal por el PRD), Luis González de Alba (importante interlocutor y creador de opinión en los medios de información), y Gilberto Guevara Niebla, se marchan a Chile. Todos regresarían, dos meses después, a México y participarían en los acontecimientos del 10 de junio de 1971, también reprimidos por la violencia del Estado.

Fausto Trejo, uno de los últimos dirigentes apresados, fundó junto a Heberto Castillo (profesor del IPN), y Eli de Gortari, la coalición de profesores de enseñanza media superior Prolibertadores Democráticos. Trejo fue sentenciado a 16 años de prisión por los mismos cargos que fueron señalados para los estudiantes.

Fausto Trejo:

"Me pusieron en un avión hacia Montevideo. Cuando llegué me mandaron a un campo de concentración, donde estuve siete días antes de que me mandaran a Chile... y me hubieran matado si regreso para los acontecimientos del 10 de junio, ya lo tenían pensado".

 

Asi vieron el 68 sus actores

2 de Octubre en la memoria

 

Entre julio y octubre se produjeron

en la Ciudad de México manifestaciones multitudinarias de estudiantes y de personal académico, originadas en violentos incidentes estudiantiles en las aulas de enseñanza media, agravadas por la escalada de represión policial.

Con ellas se puso en duda la legitimidad del

proyecto político del régimen que no había ocurrido desde 1957-1958, cuando se desarrollaron los movimientos de huelga magisterial y ferrocarrileros.

El movimiento de 1968 demandaba el respeto al espíritu democrático de la Constitución de 1917; lo cual, sin ser abiertamente revolucionario, equivalía a denunciar y rechazar la tendencia autoritaria y corporativa del régimen...

La protesta ponía en entredicho el modelo de crecimiento económico que, adoptado a partir de la segunda guerra mundial había acentuado la distribución desigual.

Lorenzo Meyer,

historiador del Colegio de México

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IV Informe de Gobierno, 1968.

"Se ha llegado al libertinaje de todo uso de medios de comunicación, exagerado uso de la libertad de expresión, pero todo tiene un límite"... Gustavo Díaz Ordaz,

Presidente de México

Nos dedicamos a exigir mayores libertades para los detenidos... Enrique Díaz Michel, miembro del CNH

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Jamás me interesó la política y el día que tuve un libro en las manos no le entendí, pero si sabía que había que defendernos de cualquier forma, porque el 2 de octubre me llegó en la punta de la bota de un granadero, el 26 de julio de 1968, cuando la manifestación en la Alameda fue reprimida y nos vimos envueltos en ello aún cuando nosotros sólo pasábamos por ahí... Eduardo Phoo, estudiante del politécnico.

El Movimiento estudiantil del 68 si era revolucionario... Marcelino Perello, representante estudiantil del CNH

Quisiéramos ver que cualquier partido político tuviera el mismo poder de convocatoria que nosotros tuvimos... Luis Tomas Cervantes Cabeza de Vaca, representante

estudiantil en el CNH

No pedíamos más que el respeto a las garantías individuales... Raúl Alvarez Garín, líder del 68

El hecho real, lejos de toda versión oficial de que estabamos cerrados a cualquier negociación, es que si estabamos dispuestos a ello pero a cambio recibimos la represión... Eduardo Valle, representante ante el CNH por la Facultad de Economía de la UNAM.

El 68 si es un parteaguas histórico porque estabamos cuestionando al Estado, al sistema de partidos, lleno de títeres en un juego, al autoritarismo... exigíamos el cumplimiento de las garantías individuales hasta entonces negada... Gilberto Guevara Niebla, uno de los principales líderes del Movimiento Estudiantil.

 

Octavio Paz...

 

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Es preciso decir que no se trataba de una rebelión ni siquiera de una manifestación sino de un mitin pacífico.

Por otra parte, no había huelgas como fue el caso de Francia. Tampoco había un partido de oposición que amenazará el poder.

No se trataba en forma alguna de una situación revolucionaria susceptible de justificar un llamamiento al ejército. La intervención de éste fue pura y llanamente un acto de terrorismo de Estado.

El testimonio de la Masacre desde el exterior de nuestro país, se plasmó en las declaraciones y actos del Premio Nobel de Literatura en 1995, Octavio Paz, quien se encontraba en 1968 en la India como embajador de México. Varios días después de haber enviado una observación al gobierno mexicano para que la represión no fuera utilizada contra los estudiantes y de saber la noticia, no sin conocimiento del caso pues su hija le enviaba cartas donde le detallaba el quehacer político de ese año, Octavio Paz presentó su renuncia como embajador ante el Gobierno de México y en el Diario Le Monde, declaró:

pazconf.gif (15842 bytes)Cuando me enteré (en la mañana del 3 de octubre en Nueva Delhi), de la represión sangrienta del día anterior... decidí que no podía continuar representando a un gobierno que había obrado de manera tan abiertamente opuesta a mi manera de pensar... fue pura y llanamente un acto de terrorismo por parte del Estado.

Las grandes revueltas juveniles no eran un simple reflejo de los sucesos que habían sacudido a otros países. En las demandas de los muchachos mexicanos aparecían varios asuntos concretos, entre ellos, el corazón de las polémicas políticas en México, la democracia.

La demanda de una reforma democrática del régimen correspondía a un anhelo general de la población, especialmente de sectores cada vez más numerosos de la clase media. El país estaba cansado de medio siglo del partido oficial que había sobrevivido a las necesidades históricas y políticas de su nacimiento en 1929.

La conjunción de la revuelta estudiantil y la palabra democracia hicieron inmensamente populares, en la Ciudad de México, a los estudiantes.