Conocimiento histórico o ¿memoria personal del autoritarismo en México?

 

BulletRedBall58.gif (916 bytes) El colmo del cinismo es el descaro con que el expresidente Luis Echeverría  declara ante los medios  que este movimiento estudiantil tiene  coincidencias con el de 1968
BulletRedBall58.gif (916 bytes) Una de dos:  con esta declaración,  Echeverría y otros más se acuerdan de  su participación en la masacre de Tlatelolco y aceptan entre líneas su  actuación autoritaria y represiva, o la "libre prensa",  está conduciendo la  tensión de este conflicto de modo que  las tentaciones de represión se vean  justificadas.

Mónica Gameros

Como siempre,  cada vez que los ciudadanos  de este país levantan la voz  para exigir sus derechos, esos miembros de la clase política en el poder se  saca de la manga tres  cartas: a) no es posible que el pueblo se defienda,  por lo tanto, si son "indios" los rebeldes es que están influenciados por   extranjeros;  si son trabajadores, los líderes son acusados de secuestro y  actos delictivos que les cuestan hasta 50 años de prisión, y si son   estudiantes, como son tan  "ingenuos e inmaduros" seguro es que les ayudan  los profesionales de la oposición.

La impresión de la  especie de los políticus dinosaúricus es que sus   mascotitas, es decir, los "ciudadanos" son tan atrasados (pues no han  estudiado ni en Harvard ni en Yale y menos  han obtenido un puesto político)  que es imposible que piensen y mucho menos que levanten la voz para exigir  lo que ellos mismo han vendido como parte de la "democracia".

Una vez reventada la bomba, sea cual sea, los rebeldes deben  aceptar que  están mal y que han osado en contra de los designios de quienes "sí saben  como hacerle" para matarlos de hambre, de pobres y de ignorantes.  Acepto que hoy estoy un tanto irónica pero no tengo de otra. No acepto que  menosprecien mi intelecto ni el de mis compañeros y menos el de las miles de  familias de México.  Una lista de frases para demostrar la coquetería con la  política a lo Pinochet de los políticos  sigue así:
Primero, Luis Echeverría se deleitó frente a las cámaras y micrófonos  declarando que éste movimiento se parecía en mucho al de 1968, olvidando que  él era el secretario de Gobernación y uno de los principales  sospechoso de  la masacre del 2 de octubre en Taltelolco.

Segundo,  Francisco Labastida Ochoa, actual secretario de Gobernación, no  sólo ha declarado que se usaría a las "fuerzas del orden" para contener  cualquier acción de desorden, dígase más claro el cierre de  carreteras y   vías  de acceso a la Ciudad de México, anunciado así por activistas de otras  escuelas en apoyo a la UNAM, sino que declaró  franca y sinceramente que  el  movimiento estaba siendo vigilado por "inteligencia"... ¿?

Tercero, el ex secretario de Educación Pública Fausto Alzati, ha declarado a  La Jornada, que el movimiento está siendo manipulado (no dice quien es el  manipulador claro), ``para obtener ganancias políticas coyunturales'', y  remata,``si supiéramos quiénes son, los debiéramos fusilar en el Zócalo,  porque son traidores a la patria''.
El caso, es que  no sólo están apoyando a la Rectoría en su plan por la  privatización de la UNAM, sino que con ello están violando lo que tanto  exigen, el respeto a la autonomía  de la máxima casa de estudios.

Acertijo preguntaría: ¿porqué si los funcionarios de la UNAM, casi todos   son  o muy cercanos o militantes del PRI y salen de ahí a ocupar puestos  políticos, se mantiene la falacia de que  la institución sí es autónoma?...   ¡Santo acertijo Batman!
Estos intentos por tratar de justificar ante la sociedad que el movimeinto  por la educación de México no es  justo ni legal  van tentando una y otra  vez la posibilidad de una salida rápida, una cirugía (o método represivo) es  la forma más fácil de volver a poner las cosas en "su sitio".

Sin embargo  tanto los políticos como el  presidente de este  país saben que una salida  así no es conveniente  pues se atentaría  contra la paz social nacional.  Y  bueno, los organismos internacionales y nacionales de vigilancia de los  derechos humanos  tienen  los ojos puestos  en este y otros problemas  sociales del país. No sólo es la UNAM, es Chiapas,  la Energía Eléctrica y  su privatización, los sueldos de  miseria, los impuestos  por partida doble, la  urgencia de vender al país entero... Los  empresarios, los bussinesman y  los  dividendos de la Inversión Extranjera Directa nos vigilan tal y como lo  hicieran en otros países de  América Latina.

Mientras tanto los  estudiantes tienen que acostumbrarse a los rumores de  represión,  calmar a las familias angustiadas  porque los medios de  comunicación afirman que todo se parece a 1968, hacerse amigos de los  "angelitos de la guarda" que les cuidan de noche y de día ya sea en la escuela o en la calle y sobre todo a las llamadas amenazantes y aberrantes  que lo único que demuestran es que en este país todos estamos listos para el cambio menos los politicus dinosáuricus y su  manada.
   

El agravio fue la forma ilegal y semiclandestina en que se celebró el Consejo  Universitario que aprobó el Reglamento General de Pagos.

Los agravios, no la pobreza, las privaciones o la  miseria por sí solas -dicen E.P., Thompson, James C. Scott   y varios  otros- son los que encienden las rebeliones:

      Adolfo Gilly, UNAM: el motivo y el agravio.
      La Jornada, 10 de mayo de 1999