Situación de l@s compañer@s
anarquistas encarcelad@s
Coordinadora Libertad Anarquistas Presxs
coordinadora@riseup.net
 
Seguramente nos dejaremos cosas en el tintero, no siendo nuestra intención, pero tampoco lo explicaremos todo al detalle, ya que ni el espacio lo permite ni el momento lo pide. Así pues, intentaremos explicar a grandes rasgos lo ocurrido desde su arresto hasta llegar al día de hoy.

Como ya sabréis, la Guardia Civil, tras una orden firmada por el juez Ruiz Polanco, de la Audiencia Nacional, consumaba ese día la detención de 6 anarquistas en Barcelona, y ponía en busca y captura a un séptimo. De los 6 compañer@s detenidos, 5 entraban en prisión, Teo quedaba libre después de 5 días de incomunicación, y Roger, tras sobrepasar un año de detención, salía en libertad bajo una fianza de 30.000 euros. Por lo que respecta a Iñigo, deciros que es quien está con orden de busca y captura internacional.
La represión policial empezaba de madrugada, poco después de las 4 h, con el asalto a dos domicilios, uno en el barrio de Horta y otro en el de Camp de l’Arpa. En ellos se obligaba a Rafa, Carol, Joaquín e Igor a salir de sus camas. Eran horas de sueño, si bien sus pesadillas, reales, acababan de comenzar. Durante su detención se llegó a ocupar policialmente la calle en uno de los casos, llegando a derribar sus puertas utilizando cargas explosivas para después entrar violentamente y equipados con chalecos-antibala, cascos con focos luminosos incorporados y perros especializados en la localización de explosivos. Acto seguido llegaron los golpes, insultos y amenazas hasta que, horas más tarde, se les vendaba los ojos e introducía en varios vehículos que les condujeron hasta Comandancia General de la Guardia Civil, en Madrid.

Unas horas más tarde se llevaba a cabo la detención de Teo en su domicilio del barrio del Raval, procediéndose a ello con similar brutalidad, aunque en esta ocasión se derribase su puerta a mazazos. Al mismo tiempo y muy cerca de allí se producía la detención de Roger. Su detención podemos decir que fue la más «tranquila» represivamente hablando. Sabedores de que sus padres estaban con él, optaron por picar a la puerta y no esgrimir arma ninguna, sólo la orden de detención y registro. Posteriormente el procedimiento y el destino para ambos sería el mismo, su traslado a Madrid.

Tod@s en mayor o menor medida, durante las primeras horas, sufrieron amenazas, golpes, humillaciones e insultos sin haber llegado siquiera a los calabozos de interrogatorios, auténticas mazmorras de la democracia. Podemos hablar del caso de Rafa, en el que en un momento del traslado, es bajado del coche, arrodillado en el arcén y amenazado con pegarle un tiro mientras le colocaban una pistola en la cabeza. A día de hoy, él es el único que ha denunciado torturas.

Aplicándoles la Ley Antiterrorista, permanecen incomunicad@s durante 5 días –parece ser que con tres nunca tienen suficiente para saciarse, por lo que los jueces complacen las peticiones policiales de incrementar con otras 48 horas las 72 ya transcurridas–. En total son 120 horas de incomunicación, durante las que se les engaña continuamente; se les obliga a permanecer de pie y con los brazos en alto mirando hacia la pared; a aguantar las luces encendidas y sin dejarles dormir; a realizar flexiones interminables; a estar agachados con las piernas flexionadas durante horas mientras eran empujadas hacia el suelo con la amenaza de caer y recibir golpes; a soportar interrogatorios hechos con gritos en sus tímpanos; a responder continuamente las mismas preguntas; a escuchar amenazas de padecer otros métodos de tortura, como colocarles una bolsa en la cabeza, aplicarles electrodos o sumergirles la cabeza en la bañera, detenciones de personas cercanas según su declaración, golpes y guantazos con la mano abierta; e incluso con administrarles drogas para tomarles declaraciones. El desgaste físico y la presión psicológica eran constantes, alterándoles el sistema nervioso y emocional hasta conseguir que finalmente firmaran.

Tras arrancarles su autoinculpación, el 20 de septiembre pasan a declarar ante la Audiencia Nacional. Declaran ante el juez de guardia Baltazar Garzón bajo la acusación de banda armada-organización terrorista, rotura de lunas bancarias y otras entidades, colocación de artefactos explosivos, tenencia de armas y de sustancias explosivas e inflamables, planificación de asesinato del periodista Luis del Olmo, de un directivo de la entidad bancaria La Caixa, y de un mando de los Mossos d’Esquadra (policía autonómica catalana), planificación de varios atracos, así como del envío de un paquete bomba a la Embajada de Grecia de Madrid.
Por nuestra parte, la situación también era difícil. Muchas horas de incertidumbre ante la posibilidad de nuevas detenciones y registros domiciliarios, así como con la seguridad de seguimientos e intervención de teléfonos a quienes en esta ocasión hemos quedado afuera. Pero no sólo la incógnita de que podía haber nuevas detenciones nos trajo de cabeza, sino que la certeza de que en su detención estaban sufriendo malos tratos era lo que nos hacía sufrir más. Además, como suele ocurrir cuando se aplica la Ley Antiterrorista, la información es escasa y lo que es casi peor: confusa. La única «fuente» eran los «mass media», y su redactor jefe el gabinete de prensa de la Guardia Civil, que emitió un comunicado en su página web que fue copiado textualmente por los medios de desinformación. Ante una escena tan cruda decidimos coordinar nuestro apoyo socializando la información. Esa misma semana se convocaba una reunión entre quienes estábamos cerca de este panorama represivo. En ella que se ponía toda la información en común y se marcaban unas pautas de actuación para los días sucesivos.

Llegó el día de la declaración en Madrid, y allí se encontraron cerca de cuarenta personas ante lo que antes se llamó Tribunal de Excepción, presidido en su turno de guardia por súper-Garzón. Tras varias horas, y después de ser identificad@s y fotografiadas l@s presentes, se nos obligaba a dispersarnos, optando por refugiarnos en una cafetería. Entretanto, las noticias van saliendo a cuentagotas a través de los abogados. Dentro de los juzgados van subiendo de los calabozos a declarar, unos aún con el régimen de incomunicación de la Ley Antiterrorista y otros con la incomunicación levantada, pudiendo declarar tres de ellos con los abogados y los otros en solitario. Eran momentos de nervios, angustia, rumores, especulaciones, llamadas a familiares para poder reunir dinero en metálico, o poner en común el que se tenía disponible entonces para posibles fianzas que permitieran no dejarles allí ni un minuto más. Eso es lo que vivimos en aquellas largas horas. Finalmente, hacia media tarde, Teo salía sin fianza pero con cargos por daños, y pasado un rato pueden bajar a los calabozos los familiares y el abogado.

Sin embargo, ese día nadie más es puesto en libertad, iniciándose los traslados a la cárcel de Soto del Real (Madrid). Allí estarían de dos en dos en diferentes celdas, y Carol permanecería en el módulo de ingresos para mujeres. Se comunicaban en lo posible a través de los barrotes de las ventanas y cuando coincidían en la revisión médica u otros tramites penitenciarios, hasta que días después se les dispersaba. El destino para ellos serían las cárceles que os especificamos al final del artículo.

Con el paso de los días los familiares empezaban a tramitar las gestiones de visitas. Se iban «normalizando» las cartas y llamadas telefónicas hacia el exterior. En la actualidad, todos tienen comunicaciones por locutorio, vis-a-vis, carteo y llamadas telefónicas, pero limitadas (según la prisión) e intervenidas. En algunos casos se han dado problemas provocados por una institución que busca el aislamiento de las personas presas con el exterior, y a esto hay que sumarle el régimen FIES-3 que se les aplica por la acusación de «banda armada-organización terrorista», aunque en realidad se les condene por sus ideas políticas. Mientras esperan visitas y comunicaciones, su rutina penitenciaria la mitigan mediante gimnasia, lectura autodidacta, correspondencia y, en algún caso, estudios a distancia. Aún así su moral es fuerte y se encuentran con ánimos de seguir adelante, asumiendo la situación que les ha llevado a la lucha libertaria, sin renunciar a sus ideas, e incluso en muchos casos enviándonos ánimos a quienes nos encontramos fuera.

Por lo que respecta a Iñigo, actualmente en búsqueda y captura internacional por las mismas acusaciones, decir que su situación es también inquietante, puesto que cualquier momento podría llegar la mala noticia de su detención.

También debemos estar pendientes de Teo, actualmente en libertad, pero de quien se nos plantean dudas en cuanto a su situación. Máxime cuando nuevamente fue llamado a declarar a la Audiencia Nacional junto con el resto de detenidos. Esto ocurría el pasado 17 de septiembre de 2004, justo un año después de las detenciones, y desde ese día ha habido algunas novedades en el marco legal.

Durante sus comparecencias se les volvió a notificar el auto de procesamiento, repitiéndoles los actos de los que se les acusa, así como la organización o movimiento al que pertenecen y los rangos de implicación y de liderazgo.

La estrategia de defensa ha sido el no entrar a defenderse de cada acusación y, por lo contrario, matizar su participación, o no, en algún caso concreto. Asimismo, han recalcado que no son ninguna organización terrorista o banda armada llamada «movimiento anarquista libertario y de la extrema izquierda» como dice el sumario. También han denunciado las torturas físicas y psicológicas que sufrieron durante su detención, así como la imposibilidad de no tener abogados propios durante la misma, habiéndose desplazado un letrado de confianza hasta la Audiencia Nacional cuando declararon después de los interrogatorios en las dependencias de la Guardia Civil.

Actualmente, y tras pasar por manos de dos jueces, se ha hecho cargo del caso el juez Fernando Grande-Marlasca Gómez, del Juzgado Central de Instrucción N.º 1 de la Audiencia Nacional.

Los últimos pasos emprendidos en su defensa han sido la presentación de dos recursos. Uno donde se pide su libertad condicional en espera de juicio y otro donde se solicita que la Audiencia Nacional se inhiba de juzgar a Teo para que pase así a ser un procedimiento ordinario en Barcelona. Este último se sustenta en que las acusaciones presentadas no pueden ser juzgadas por delitos de terrorismo competentes a la Audiencia Nacional, sino más bien a un nivel judicial más bajo. Desafortunadamente, aunque iba a ser juzgado en la Audiencia Provincial pasará a serlo en la Nacional junto al resto de detenid@s. No obstante, hay que valorar positivamente el hecho de que al menos uno de ellos esté en libertad condicional, aunque haya sido pagando una elevada fianza. Así pues, de momento se está en espera de que el fiscal haga su acusación en unos meses, desconociéndose por ahora la fecha.

Como decíamos antes, seguro que nos dejamos muchas cosas en el tintero, seguro que en algunos aspectos no habremos encontrado los matices adecuados pero, por lo menos, nuestra intención ha sido no faltar a los hechos. Para más información u aclaraciones, podéis poneros en contacto con nosotr@s en el e-mail que aparece al principio.

Nuestro deseo es que nuestros compañer@s no queden en el olvido como tant@s otr@s por sus ideas, recordando que nosotr@s también estamos pres@s en este cuarto grado: la calle. Animaros y animarnos a seguir adelante a cada un@ como más le plazca, haciendo lo que deba y crea, teniendo presente de que esta democracia cada día construye más cárceles, y lógicamente alguien va a tener que llenar sus celdas.