PRESENTACIÓN DEL LIBRO

SIDA. Perspectivas psicológicas e inmunológicas. Prevención en la época de inmunodeficiencia

Lic. Laura E. Billiet. Psicóloga. Especialidad Psicosomática.

 

A partir de 1993 comencé a publicar sobre Inmunodeficiencia. Pues, desde la experiencia teórico-clínica de hace 25 años, todo trastorno orgánico simultáneamente representa un específico trastorno biográfico; y viceversa, determinadas crisis vitales, de no mediar mayor conciencia de los conflictos vigentes, tienden a expresarse en el órgano o sistema que mejor los representa.

 

En la década del 80, con otros colegas, habíamos comenzado a estudiar el funcionamiento del Sistema Inmunitario en función de comprender, desde nuestro ángulo, la dramática de pacientes con Lupus Eritematoso Sistémico. Posteriormente, a medida que se publicitaba la pandemia del "HIV" y el "SIDA" comenzaba a interesarme en el tema.

 

Siempre entendí que para poder hablar de cualquier tema, en términos que superen la opinión superficial, conviene no sólo preguntar a los que saben más, sino también estudiar por los propios medios.

 

De manera que, fui accediendo a información proveniente del exterior y de algunos Congresos en Buenos Aires, Argentina. Lo cual, obviamente, resultaba insuficiente. Así, accedí al Banco de Datos de la Biblioteca Central de Medicina de nuestro medio, guiándome para tal búsqueda por los iniciales trabajos, pero también por los cuestionamientos de investigadores del exterior.

 

Simultáneamente, recibía consultas de personas con menor o mayor inmunodeficiencia, o escuchaba comentarios de colegas sobre ello, y comenzaba a inquietarme. Porque había temáticas biográficas afines con otros pacientes que no sufrian de déficit inmunitario alguno, aún. Y como suele suceder, no podía tener la certeza de que en algún momento no lo padecieran. De tal modo, fui resignificando mi experiencia con adultos que estaban en crisis intentando protagonizar cambios generacionales importantes, con adolescentes que vivían desencontrados de sus padres, con pacientes heterosexuales que, más allá del número de relaciones, vivían uno o varios vínculos como indiscriminados o 'descartables', con pacientes homosexuales, drogadependientes o no.

 

En síntesis, percibiendo los importantes cambios sociales de las últimas décadas, y los individuales de las personas que accedían a la consulta, o de tanta gente con la que dialogaba, comencé a escribir sobre qué estaba sucediendo en la "época de inmunodeficiencia". Partía de la base de que el sistema inmunitario se arrogaba la representación de custodiar la identidad del organismo. De modo que, me aboqué a actualizarme y a buscar información acerca de qué sucedía "antes" de que una persona expresara la inmunodeficiencia adquirida, como también, qué rol se constataba por parte del HIV en tal inmunosupresión.

 

Hacía años que trabajaba con las personas en las vicisitudes referidas a su identidad, sus identificaciones con modelos parentales, las crisis de valores actuales, etc. Así, al mismo tiempo que refrescaba el normal funcionamiento del sistema inmunitario (que todos portamos), me interiorizaba sobre sus patológicos vaivenes, y comenzaba a clarificar cómo ello parecía estar representándose en tantas relaciones. Desde las habituales, a las familiares y de vínculo de personas inmunodeficientes. Luego de algunos congresos en los que fui presentando mis trabajos sobre el HIV y Sida, desde ambas perspectivas, inmunológica y psíquica, en 1993 finalmente edité por mis medios un fascículo, "HIV-Sida como manifestación de un trastorno actual de Identidad".

 

En 1995 la Editorial Nueva Visión me editó el libro "HIV-Sida. La época de inmunodeficiencia". En este, sinteticé el funcionamiento habitual del sistema inmunitario, lo cual permitía comprender las diferentes teorías vigentes, incluso las que esbozaban ya la importancia de la apoptosis o suicidio celular en personas inmunodeprimidas. Además, entre las consultas, para dicha publicación elegí resumir una historia. La de una persona que, pese a sufrir sintomatología asociada al Sida, no presentaba anticuerpos anti-HIV. Así, desde la interpretación psicoanalítica, perfilé lo común a pacientes "HIV+" y las características familiares y de vínculo predominantes. Y añadí en aquel entonces, que tales modalidades inherentes a los pacientes, se transferían o reproducían por un lado con los profesionales de la salud, y por otro parecían reeditarse también entre colegas de la misma o diferente especialidad.

 

En esencia, me inquietaba, no sólo intentar comprender a las personas que parecían sufrir la baja de sus defensas, sino que también comenzaba a insistir en que, con tal comprensión, desde nuestro ángulo laboral, podíamos intentar trabajar en Prevención con pacientes que, aunque no evidenciaran tal déficit inmunitario, por historias de vida podían padecerla. Dicho de otra manera, comprender la contracara psicológica de la inmunodeficiencia ayudaba a quienes ya la padecían, pero también se requería trabajar en sostener la inmunocompetencia del resto de los pacientes.

 

Luego de la edición de mi libro, además de intentar transmitir de diversas maneras la investigación que practicaba, proseguí publicando en diferentes medios. Entre todos, seleccioné uno de ellos, "La época de inmunodeficiencia: su implícita violencia" (Capítulo 3), porque resultó necesario explicitar más el tipo de desencuentro entre profesionales afines, y su repercusión, también 'violenta', en los pacientes.

 

El otro medio que me dio la posibilidad de ir publicando la continuación de investigaciones inmunológicas y clínicas, fue la Asociación Argentina de Psiquiatras. De modo que, este libro, además, contiene las publicaciones de los últimos tres años y otras inéditas (por diferentes circunstancias) hasta la conclusión de mi labor en 1998.

 

Es importante aclarar que, hasta 1997 el acento estuvo puesto en el rol del denominado HIV en la Inmunodeficiencia Adquirida (Sida). Pero durante 1997, de diferentes lugares del exterior (en voz alta) y de nuestro medio (en voz más baja), se fue afirmando y publicando que el HIV nunca había sido aislado. Además, iba accediendo a trabajos que investigaban las repercusiones de trastornos nutricionales de base. Sobre lo anterior, cabe la aclaración de que, aunque en los pasillos muchos coincidían, en la práctica o 'for export', lo minimizaban. Quizás en función de sus otras propuestas, seguramente más rentables.

 

Naturalmente, ésto me llevó a un profundo replanteo. Fundamentalmente, desde mi ángulo laboral, se requería que me cuestionara el grado de adecuación de lo publicado por mí misma. De ahí que los trabajos de investigación del exterior reunidos, de 1997 en adelante, dieran un giro. Pero parcial. Porque proseguí constatando lo descripto minuciosamente desde 1995. Y, porque todo indicaría que muchas descripciones efectuadas por algunos investigadores, proseguían y prosiguen vigentes, si bien con una 'lectura' diferente. Ejemplo de esto es considerar que más que un "señor HIV" protagonizar la denominada "seducción y destrucción", quienes parecieran estar protagonizándolo serían algunos autotitulados "profesionales de la salud" o "de renombre mundial".

 

En este sentido, y es probable que lamentablemente para los pacientes inmunodeprimidos y los que pudieran llegar a estarlo, desde mi ángulo laboral, he proseguido confirmando todo lo ya detallado en mis publicaciones entre 1993-1995 hasta la conclusión en 1998.

 

Por último, como tantos colegas, además de investigar, a lo largo de estos años he escuchado mucho. Por eso, más allá del inicial título universitario, me sigue convenciendo que, para comprender cuestionamientos finales, se requiere profundizar en los escalones previos, aunque no se los comparta. Solo así se puede tener la propia y mayor convicción sobre lo que se escribe, dice o duda. A la manera de la ola que rompe en la orilla, siempre habrá otras que la han ido conformando.

 

Más precisamente, cuando terminé lo que constituye el capítulo 10 denominado "Prosiguen las investigaciones acerca del HIV y el Sida" en 1996, ya se evidenciaban un sin fin de contradicciones entre diferentes publicaciones del exterior. Por eso, además de parecerme útil publicar lo explicitado en algunos prospectos de antirretrovirales en el capítulo 7 en español y en el 17 en inglés, me aboqué, como lo constatarán en el capítulo 12 denominado "Causas del SIDA", a diferenciar paso a paso todos los probables procesos intervinientes en la inmunodeficiencia adquirida. Y en ello, textualmente, señalar el desconcierto manifiesto de tantos investigadores. Concluyendo en tal capítulo con la obvia pregunta de si realmente quedaba claro cuál era la "causa" del Sida.

 

La respuesta, parecía ser solo respondida desde el punto de vista 'orgánico'. Sin embargo, quedaba vinculada con un punto que aludía a las pasiones de los seres humanos. Por eso, finalmente, vinculé la respuesta con los dos sentidos de "causa". En realidad, este enfoque perteneció a un breve artículo que -en circunstancias nunca aclaradas quedó inédito, sobre "Causas en Sida". La esencia que desarrollo en el capítulo 12, entonces, es que, en base a la etimología de 'causa', es muy diferente abocarse a buscar fundamentos, a -tan solo- proseguir tomando partido según el propio interés.

 

En síntesis, como se desprende de la bibliografía completa del Capítulo 14, toda la información inmunológica corresponde a muchos investigadores del exterior. De modo que si hubiera cuestionamientos habría que, con fundamentos, hacérselos llegar a todos ellos. Y luego, agradecería hacerme llegar las copias de tal labor.

 

De todas maneras, como se desprenderá de los capítulos en que presento las diferentes versiones inmunológicas, ellas no contradicen la interpretación psicoanalítica que he encontrado vigente en las crisis de personas inmunodeprimidas, desde 1995 a esta parte, como contracara de los procesos descriptos 'orgánicamente'.

 

En 1997, -omitiendo específicos datos- iba publicando algunas síntesis biográficas. Y agregué la importancia de la vivencia de "resignación" en pacientes inmunodeprimidos en los Capítulos 6, 7 y 8.

 

Durante 1998 hice llegar a Colegas una síntesis informativa. Para finalmente, en abril de 1998, concluir la "Síntesis sobre Sida" del capítulo 14, con toda la bibliografía trabajada, que resume todas las investigaciones inmunológicas. Constituyendo ello la conclusión de mi labor.

 

Asimismo, con fecha fijada desde el año anterior, mi última presentación fue la de septiembre de 1998 en el 5º Congreso Internacional de Psiquiatría organizado por la Asociación Argentina de Psiquiatras, en la Mesa Redonda 'Medicina Psicosomática y Sida', con un trabajo, transcripto en los Capítulos 1 (para Jóvenes y adultos), 9 (para Psicólogos) y 15 (para Médicos). Y, finalmente, durante 1998 -mediante correo electrónico- me pareció útil hacer llegar la "Carta para los jóvenes que ya están camino a la adultez", del capítulo 1. En ella, expliqué el funcionamiento del denominado 'sistema inmune', un equivalente sencillo de lo descripto en mi libro de 1995, para que adultos y jóvenes pudieran tener una idea accesible acerca de cuestiones mínimas del funcionamiento del sistema inmunitario que todos portamos. A partir de lo cual, podrían comprender las diferentes versiones sobre las patologías "SIDA".

 

En realidad, originalmente, cuando este libro fue editado en forma digital por la Editorial Digital JazzBird a mediados de 1999, las publicaciones estaban ordenadas en forma cronológica. Y sugería que, quienes no tuvieran conocimientos sobre inmunología, comenzaran a leerlo a partir el capítulo "Carta para los jóvenes", para luego retomar los trabajos iniciales.

 

En esta oportunidad, lo diagramé como Lecturas para Jóvenes y Adultos; para Psicológos y para Médicos, repitiendo algunos capítulos para facilitar la lectura de corrido. De todos modos, más allá de la especialidad o labor de quien lea este libro, cada uno de los capítulos, incluso los que resúmen más investigaciones inmunológicas, poseen al final reflexiones que atañen a todos.

 

Por último, así como he publicado en español, el fascículo inicialmente editado por mis medios en 1993 contuvo una síntesis en inglés. De modo que este libro contiene dos trabajos en este idioma, que son inéditos, también por diversas circunstancias. Constituyendo el capítulo 16 la traducción del 7º; mientras el capítulo 17, una versión aproximada del 6º.

 

En la actualidad, 2002, suele decirse que hay muchas variantes de HIV. En el caso de que el HIV nunca haya sido aislado, quizás llegue el día en que se termine admitiendo que, debido a las tantas mutaciones, a las tantas variantes de la misma familia HIV, bueno, así como no hay dos copos de nieve iguales, efectivamente, todas han sido partículas. En vez de un "ente" (retrovirus) aislado. Es probable que, por un lado, esa sea la manera indirecta de explicitar el tema. Pero, por otro, simultáneamente, se estaría confirmando que, más que deberse a "errores del HIV", los errores o mutaciones podrían haber sido de unos cuantos "científicos".

 

Para finalizar esta presentación, quisiera concluir con unas ideas que, aunque de otra época, resultan llamativas y, en esencia, puede ser útil tener en cuenta. Sobre todo en la época de esta re-edición, en el 2002. Se trata de las escritas por A. Einstein en el libro "Mi Visión del Mundo":

 

"Existe ...un espíritu de los tiempos, propio del sentir de cada generación" ......"Los científicos se han convertido en representantes de las tradiciones nacionales más radicales y han perdido el sentido de la comunidad" ... "No es suficiente enseñar a los hombres una especialidad... Para ser un individuo válido el hombre debe sentir intensamente aquello a lo que puede aspirar.... En caso contrario se parece más a un perro bien amaestrado..." "....tampoco puede ser deseable que justamente los seres de más valor sean objeto de la destrucción por parte de esa maquinaria detrás de la cual se esconden tres grandes poderes: imbecilidad , temor y codicia" ."...No considero hombre científico a todo el que emplea instrumentos y métodos 'científicos' de manera directa o indirecta, por el hecho de haber aprendido a usarlos. Sólo me refiero a aquellos que de verdad poseen una mentalidad científica" .".....vemos el trágico destino que espera al hombre científico. Llevado por la busca de la claridad e independencia interiores, ha logrado mediante esfuerzos sobrehumanos, los medios para su esclavización exterior y su aniquilamiento interior. Ha de dejar que los representantes del poder político le pongan un bozal. Se ve obligado a sacrificar su propia vida y a destruir las ajenas, aunque esté convencido de la inutilidad de tal sacrificio....¿Debe aceptar el hombre científico todas estas humillaciones?

 

Y, como contrapartida añadió:

 

"Es un hecho comprobado que las minorías...son tratadas por la mayoría dentro de la cual viven como pertenecientes a una categoría humana inferior. Lo trágico de ese destino es que no sólo la minoría se ve conducida por ese instinto a una disminución económica y social, sino que bajo la influencia de la mayoría empieza a considerarse efectivamente inferior" .

 

De modo que, afín con lo anterior, y tomando prestadas estas sencillas palabras de J. Ortega y Gasset , me prosigue convenciendo que en la época de inmunodeficiencia, la indigencia de algunos pacientes y profesionales de la salud, se manifiesta en que

 

"...cada individuo ....'se fija' en unas cosas y se ciega para otras".

 

 

Buenos Aires, 15 de junio de 1999

 

Marzo de 2002