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La Sábana santa y sus misterios son una luz a nuestra Fe. Su Santidad, Juan Pablo II en su encíclica Fides et Ratio, nos ha dicho que "La fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se elva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer la verd y, en definitiva, de conocerle a El para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo." (Cfr Ex 33, 18; Sal 27 (26), 8-9; 63 (62), 2-3; Jn 14,8; 1 Jn 3,2)

La Sábana santa, con toda la evidencia, y las conclusiones obtenidas hasta el momento, nos dicen que efectivamente el lienzo es auténtico. Esto es un motivo serio para reafirmar nuestra Fe, pero no para sustentarla en la Sábana. Jesús mismo expresa con claridad que dichosos son los que creen sin haber visto. Por otra parte, con las consideraciones contenidas en la encíclica Fides et Ratio, sabemos que la razón y la fe son regalos de Dios. Una apoya a la otra. Debemos considerar a la Sábana como un motivo más para creer en Cristo Jesús, pero es su Palabra en lo que debemos sustentar nuestra Fe.

Respecto de las investigaciones, en la homilía en Turín de Su Santidad, conocida como La Sabana Santa, Espejo del Evangelio dice claramente "Encomienda [la iglesia] a los científicos... ...afrontar el estudio de la Sábana santa sin actitudes preconcebidas, que den por descontado resultados que no son tales; los invita a actuar con libertad interior y respeto solícito, tanto en lo que respecta a la metodología científica como a la sensibilidad de los creyentes."

La actitud de Su Santidad, y por tanto la oficial de la Iglesia Católica, es muy clara: las evidencias hasta el momento nos dicen que la Sábana santa es auténtica, y las conclusiones científicas respaldan la tradición según la cual, fue el lienzo con el que se cubrió el cuerpo de Jesucristo tras la crucifixión. Sin embargo advierte y solicita a los científicos la absoluta veracidad y seriedad en sus investigaciones.

La Fe católica no tiene como basamento a la Sábana santa, pero todos los católicos podemos encontrar en ella fuente de reflexión, de contemplación y de meditación.

Ante todo, seamos dichosos por haber creído sin haber visto.

Oscar Colorado Nates 18/01/2000