Antes que nada hay que cuidar la salud de los jóvenes jugadores,niños en algunos casos.

Además de los controles médicos de rigor,es necesario que monitores y árbitros consideren de máxima importancia la presión de inflado del balón,así como también su peso y tamaño.

Recientes conclusiones a trabajos de investigación médica que comenzaron hace algunos años han demostrado fehacientemente que el golpe de cabeza al balón produce pérdidas en la memoria reciente.

Lo único que podemos hacer es minimizar este daño.¿De que manera? Controlar la presión es fundamental.Recuerde la fea sensación de sentir la pelota como una piedra de tan inflada.Hiere el pelotazo,duele al pié,y con la cabeza es peor.Sobre todo si se cabece mal y se le pega con la mollera.Se pierde alcance en el tiro y además,desvirtúa el juego haciendo que la pelota galope,se levante todo el tiempo,pique de más y permanezca más tiempo el el aire,anudando y confundiendo el juego,más aún en campos de juego duros,secos o poceados.

Un correcto inflado transforma el sufrimiento en placer y mejora el juego.

Sobre el peso,actualmente no hay problema ya que la tendencia es pelotas cada vez más livianas.

En cuanto al tamaño,ver gráfico.