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El hecho ocurre en esos esperados días de vacaciones en los que ya sea en verano ó bien en Semana Santa es inevitable salir de su atuenda ciudad. Los niños, la mujer y por qué no la lavadora no dejan de ser parte inevitable de nuestra vida. Las ganas de salir con todo lo necesario, las prisas y el propio desconocimiento del mismo lugar al que nos dirigimos pueden hacer de nuestras vacaciones un suplicio.
Pero... ¿Qué haría un francés ante esta situación? Muy sencillo; un Remolque es el complemento ideal de nuestro viaje; aquí podemos meter a los niños, las cazuelas, la vajilla y... hasta el sofá de ver la tele si es preciso. Mi pregunta es la siguiente: ¿Cómo se llama el ilustre francés que inventó el remolque? Tal vez su nombre pase desaprecibido pero el hecho es que cada vez vemos más coches franceses que llevan uno. Es muy común encontrarnos por las carreteras españolas a muchos coches extranjeros que vienen a pasar unos días en España, pero lo que más nos llama la atención (ó todavía no nos habíamos percatado de ello) es que si hay un coche francés, éste casi siempre irá acompañado de su remolque.
Tu pregunta puede ser la siguiente: ¿Por qué existe tanto misterio con los remolques? ¿A caso no fue un gran invento? La verdad es que sí que es un buen complemento para el viaje, pero el problema existe cuando no hay sitio para dejarlo; por ejemplo, en una gran ciudad como es Madrid, ó el peligro que puede entrañar de que te lo manguen si lo atas simplemente a un árbol. Existen, sin embargo, ideas más alocadas como atarlos a un Banesto y dejarlo ahí semi-abandonado en la explanada ante el peligro que podemos encontrar al regresar de echarle un vistazo. ¿Por qué metemos a Banesto en todo esto? Los franceses buscan a alguien para confiar y qué menos que el conocidísimo Banesto para ellos con el que Indurain ganó sus cinco Tours; Banesto es, pues, una garantía de confianza y de ahí que algunos de ellos confíen su valioso remolque junto a sus explanadas. Luego existe los clásicos mitos de no poder dormir tranquilamente por la noche a causa de su remolque; el remolque pasa entonces de un medio perfecto y genial para nuestro viaje a un problema.
Tu pregunta puede ser la siguiente: ¿Por qué no llevarlo a un garage para que te lo cuiden? Aunque salgas preguntón, te responderé concisamente: Estos garages que tienes que buscar son negocios montados en los que no aprecian un Remolque Francés, dicen que no les hace bonito dejar eso allí. Aquí llegamos a un punto en que un dueño francés puede sentirse dolido ante la situación: ¡Pero si mi remolque es lo más bonito y lo que más quiero del mundo! Algunos podrían pensar que si la próxima vez lo adornan un poquito y lo pintan de colores vivos y chilllones les gustará más a los dueños de los garages; esto ya no lo sé, pruébenlo.
No obstante, un francés que ata su remolque a un Banesto ó algo similar y lo deja a la intemperie así no es un francés que aprecia su remolque como es debido. Ellos piensan que atado ya nadie se lo pueden mangar; pero eso no es cierto. No saben que pueden estropearlo, pincharlo, rajarlo, etc. Debes explicarles que en España hay grupos que se dedican a coger cacharros que encuentren por ahí ,y que un remolque puede ser uno de ellos. De todas formas, no sé cuánto tiempo puede aguantar un remolque atado a la explanada de un Banesto, pero sí que es una buena idea cambiarlo de vez en cuando de ubicación para que por lo menos no se vea abandonado.
Un francés puede sentir nostalgia de su preciado garage en su país (recordemos que garage es una palabra francesa). Seguro que hubiera sido una buena idea plantearse el viaje con menos equipaje ó quizás pedir explicaciones desde la embajada francesa para que exista una solución ante este problema y poder disfrutar de sus vacaciones. Una buena solución y novedosa sería montar un negocio cuyo objetivo fuese de ocuparse de esos preciadísimos remolques.