LA OPINION DEL LECTOR


Asesinado periodista en Patía, Cauca

Anoche, 24 de abril de 2009, fue asesinado el periodista José Everardo Aguilar, corresponsal de ‘Radio Súper’ en el municipio de Patía, departamento del Cauca, al sur occidente del país.
El crimen se produjo hacía las siete de la noche en la propia residencia del periodista. El sicario se presentó como un mensajero que iba a entregarle unas fotografías y documentos, razón por la cual Aguilar lo dejó pasar. Entonces el sujeto sacó un revólver y le disparó en varias oportunidades.
Según Ovidio Hoyos, director de noticias de ‘Radio Súper’ en Popayán (Cauca), Aguilar realizaba un programa de noticias, donde abordaba temas de la política local y hacía denuncias constantes de corrupción en la administración departamental. Sin embargo, Hoyos aseguró que “no sabemos quién y por qué (lo asesinaron)”.
Por su parte, el comandante de la Policía del Cauca, coronel Carlos Rodríguez, señaló que ya se están realizando las primeras indagaciones y aseguró que fue realizado un retrato hablado del sicario a partir de las versiones de varios testigos.
Esta mañana, el presidente de la República Álvaro Uribe Vélez ofreció una recompensa de 50 millones de pesos (más de 22 mil dólares) por información que ayude a encontrar a los responsables del crimen.
José Everardo Aguilar tenía 72 años de edad, era casado, tenía diez hijos y llevaba más de diez años ejerciendo la corresponsalía de ‘Radio Súper’ en Patía. De confirmarse las presuntas razones de oficio periodístico del homicidio, sería el primero caso en Colombia, registrado por la FLIP, luego de 20 meses.
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La FLIP lamenta el crimen del periodista José Everardo Aguilar y envía un mensaje de condolencia a los familiares y amigos. El asesinato de un comunicador constituye la más grave violación a la libertad de prensa, por lo tanto exhorta a la Fiscalía General de la Nación a que investigue los hechos y encuentre a los responsables. La FLIP continuará documentando este caso.
FLIP. Fundación para la libertad de prensa.


Hola... Cuando los humanos creamos nuestro propio conjunto de reglas y amoldamos el mundo a nuestros propósitos, estamos ignorando los procesos de la vida en lugar de respetarlos. Estamos actuando como dioses, en lugar de buenos vecinos.
Existe un principio en ecología: la Naturaleza siempre tiene la última palabra. Y es lo que está sucediendo hoy. Creímos que la basura sólo podía acumularse, pero el aire y el agua contaminados nos enseñan que no es cierto. Creímos que podíamos crecer tánto como soñáramos, pero la naturaleza ingobernable (y las vidas devastadas) de las mega-ciudades nos enseñan que no es cierto. Hemos invertido millones para fabricar una vida que se amolde a nosotros, esperando incluso superar la muerte, pero las pandemias y nuevas enfermedades nos enseñan que vivimos en una red interconectada, y que la muerte es parte de la vida.
Hoy la Tierra nos da instrucciones claras: mientras estemos sobre ella, es imposible vivir por fuera de las leyes y procesos fundamentales a la vida. La naturaleza siempre tiene la última palabra. Pero nuestra rebeldía hasta ahora ha creado un caos... y no podemos continuar fingiendo que la manera de relacionarnos con el planeta está funcionando.
La vida continuará enseñándonos que no podemos hacer nuestras propias reglas. Existe sólo un modo de manejar este planeta, y la vida insiste -e insiste- en que aprendamos esto. Ser menos arrogantes llevará tiempo, mientas tanto, si en nuestra relación con la Tierra aún queremos tener la última palabra ... digámosle "Sí, querida".
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