CONSTANTINO KAVAFIS, escribía:
"Frecuentemente observo la poca importancia que atribuyen los hombres a las palabras".
"Me explicaré. Un hombre sencillo tiene una idea, condena una ley o una opinión generalmente aceptada. Sabe que la mayoría piensa lo contrario y calla por eso, creyendo que no es conveniente que hable y argumenta que con sus palabras nada cambiará. Es un error".
"Yo actúo de otro modo. Condeno, por ejemplo, la pena de muerte. En cuanto tengo ocasión lo proclamo, no porque crea que porque yo lo diga los gobiernos la abolirán mañana, sinó porque al decirlo contribuyo al triunfo de mi opinión. No importa que nadie esté de acuerdo conmigo. Mi palabra no se perderá".
-Por eso este esfuerzo semanal de está página: Mi palabra tampoco se perderá.
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