Domingo 17 de Octubre de 1999

"El Señor le dijo: Confía Pablo que como has testificado de mi en Jerusalén, así es menester testiques también en Roma." Hechos 23:11


¿Eres tú uno de los testigos del Señor y te ves ahora en peligro? Acuérdate de que eres inmortal hasta que termine tu trabajo. Si el Señor quiere que sigas todavía dando testimonio de El, vivirás para darlo. ¿Quién podrá quebrar el vaso que el Señor quiere utilizar?

Si tu Maestro no te confía trabajo alguno, no te lamentes de que te lleve a su morada adonde no llegarán los dardos de tus enemigos. Tu principal negocio es dar testimonio de Jesús, y nadie podrá impedirte en esta empresa hasta que esté terminada. Por tanto, vive tranquilo. La vil calumnia, la falsedad, el abandono de los amigos, la traición de aquellos en quienes has confiado, todo lo que pudiera acontecerte, jamás podrán torcer los designios que el Señor tiene sobre ti. El Señor te ampra en la noche de tu aflicción u te dice: "Así es menester que testifiques". Cálmate y regocíjate en el Señor.

Si no necesitas ahora de esta promesa, tal vez la necesitarás mañana. Guñardala como un tesoro. Acuérdate de orar por los misioneros y por los perseguidos para que el Señor los guarde hasta que terminen su trabajo en esta vida.

Anterior  Siguiente

home