DÓNDE...
          

               -I-    
                                
 Dónde buscar debiera, los latidos                
de la sangre tenaz, de ésta, mi Patria 
Dónde encontrar el cauce de la savia 
que da impulsos al pueblo y lo levanta 
No lo hallo en el hombre adormecido
por increíbles pócimas letales
que le vierten a diario, con fatales
designios de poder, que nos espanta.

                 -II-  
                                
Dónde buscar la fuerza que reclama
esta Patria claudicante y temblorosa
agobiada, sumisa y temerosa
cual humilde cordero acorralado
Sin el porte de ayer, triste reclama
la ayuda que jamás van a prestarle, 
pues han vuelto, como antes, a cambiarle, 
su riqueza, por vidrios coloreados
              -III-

Ya el león, satisfecho de su caza 
ha dejado despojos palpitantes
Los chacales acuden al instante
a gozar lo que queda de la fiesta 
Tierra, pueblo y orgullo de mi raza
desangran en agónicos temblores
Miseria por doquier, y los horrores
del hambre que saciar tanto nos cuesta
            -IV-
Quienes pudieron ser los adalides
para llevar la Patria a su destino 
eligieron con torpe desatino
la violencia o el oro, que denigran
No hubo dirección en estas lides
que no son de metralla, pero hieren:
De hambre o desazón también se muere,
y se muere en los jóvenes que emigran.
             -V-
Falta sí, a mi pueblo, dirigencia
Faltan sí, corazones aguerridos
que despierten al hombre sometido
y en personal ejemplo den coraje
austeridad, honor y la paciencia
de empezar otra vez, piedra por piedra
a  reconstruír la Patria, sin la hiedra
 con que el corrupto ahogó sus andamiajes

           -VI-
Lleguemos hasta aquí, digamos Basta!
Que terminen las danzas versallescas
Que se acabe, políticos, la fiesta
y el vivir como Cresos, del erario
Resístanse a seguir en esa casta
Desciendan a luchar, codo con codo
junto al hombre común, que de ese modo
ha de hallar a su guía solidario
         - VII-
Ah Patria! Si hubieran corazones
que latieran contigo y que te amaran
Si aunque un solo hombre enarbolara
la palabra cabal y el alma pura,
podríamos hallar esas razones
que creímos perdidas sin remedio
tendríamos la forma y los medios
de llevarte otra vez a las alturas
                Raquel Taccari Santi
Azul, 25 de Mayo de 2001