AVENIDA ECHEGARAY 195 por Jos‚ Carrera SEGUNDA TEMPORADA CAPITULO 6 T¡tulos de cr‚dito. 1.-Ext. Ciudad. Noche. Plano panor mico de La Ciudad. Una noche clara y n¡tida. Sobre los edificios, una casi completa luna llena ilumina el escenario. 2.-Int. 2 Piso. Noche. Luis mira tranquilamente la TV. Un programa concurso con bailarinas ligeras de ropa y un presentador hortera. Sobre el ba£l, una cerveza casi vac¡a y restos de pizza. Luis sonr¡e mientras observa el programa, siguiendo detenidamente las evoluciones de las bailarinas. Suena el timbre de la puerta. La mirada del joven se ilumina. Toma el mando del sof , apaga el TV y camina con gesto alegre hasta la puerta. La abre. Ricardo Coma le mira desde el descansillo. Coma: Ya ha empezado?. Luis ( negando con la cabeza e invit ndole a entrar): A£n no. No s‚ porqu‚, pero me siento bien, y nada malo ha ocurrido.( Coma entra y Luis cierra la puerta). Por eso quer¡a hablar contigo. Antes de que todo comience. Coma permanece de pie, frente al TV. Luis camina hasta llegar frente a ‚l. Luis: Has hecho todo lo que te dije?. Coma vuelve la mirada un instante hacia el mueble del sal¢n. Sus ojos se encuentran con las pisadas del Gato Negro, iluminadas claramente por la luz de la l mpara. Primer plano de Coma mientras se vuelve nuevamente hacia Luis. Coma: No, a£n no he hecho nada. Esperaba una se¤al tuya o algo asi... Inesperadamente, Luis dispara un pu¤etazo a la mand¡bula de Coma. ste cae contra el TV, y ambos al suelo. Luis da dos pasos hacia Coma y le mira desde lo alto. Luis: En momentos como ‚ste, hasta mentir resulta delicioso. Da una patada a la cabeza de Coma. Todo se vuelve negro. Corte a 3.-Int. Portal del Edificio Echegaray. Noche. Luis est  de pie, frente a la pared marr¢n que oculta la entrada al cuarto de las calderas. Mira sonriente hacia ella. Sus ojos brillan en la semioscuridad, enrojecidos. Luis: Pronto ver‚ tu rostro, por fin. Plano de la pared. Un sonido como de est tica lo invade todo. Luis: Ser‚ tuyo. Ahora lo soy. Y ahora s‚ lo que quiero. Y cuando t£ y yo formemos UNO solo, haremos grandes cosas. Escribiremos la Historia de nuevo...como ten¡a que haberse hecho desde tiempos remotos.( primer plano de Luis, con la mirada perdida en la pared). Esta noche descansaremos juntos. Ma¤ana ser‚ mi £ltimo d¡a en este mundo. Cuando vuelvas a entrar en mi, ser  para unirnos. El sonido de est tica cesa. La c mara se aleja lentamente de Luis, lo vemos de espaldas y su cuerpo se convulsiona unos segundos, como si un fr¡o inesperado le hubiese atrapado. Fundido a negro. 4.-Int. Despacho de Romero. Ma¤ana. Romero est  sentado en su mesa. Tiene una taza de caf‚ humeante entre sus manos, y la observa deleit ndose en el calor que le produce. Sobre la mesa, un gran bollo de leche. Acerca la mano derecha y toma el bollo, lo sumerge en la taza y despu‚s, con gesto glot¢n, le da un gran bocado. Deja la taza sobre la mesa y mira los papeles que sobre ‚sta descansan. Varias carpetas, algunos sobres. Comienza a echarles un vistazo como de costumbre, la misma rutina de todos los dias. Hasta que se detiene en uno. Lo mira sorprendido, estra¤ado...intrigado. Plano de sobre. Blanco. Y con un mensaje escrito a mano. "Para el Inspector Romero. Importante". Romero abre el sobre. Una simple hoja doblada en su interior. La desdobla y la lee. Frunce el ce¤o, sin poder abandonar la sorpresa. Finalmente, vuelve a doblar la hoja y permanece con gesto pensativo unos instantes. Corte a 5.-Int. Hospital. Habitaci¢n de Mar¡a. Ma¤ana. Las ventanas est n abiertas y una suave brisa que llega desde el exterior empuja las cortinas meci‚ndolas. Mar¡a duerme profundamente, boca arriba, su respiraci¢n apenas es perceptible. Primer plano de su rostro. Sus ojos se abren inesperadamente, y nos miran directamente a nosotros. Corte a 6.-Int.Buhardilla. Plano general. Angeles camina pausadamente, rodeando la mesa camilla. El Sumi permanece con la cabeza baja, sentado en el sof . Angeleles( con est tica en la voz): Hasta d¢nde vas a llegar?. Sumi: Ahora puedo. l lo usa, nosotros haremos lo mismo...por poco tiempo. No podemos permitirnos esa ventaja. Angeles: Es arriesgado. Sumi: Es factible. Plano de la joven, esbozando una sonrisa. Fundido a negro. 7.-Int. La Rosa Negra. Mediod¡a. Plano de un cartel, anunciando la actuaci¢n de El Lagarto Juancho para esta noche. Plano general de La Rosa Negra. Alguna gente comiendo, otra tomando caf‚s, Zoe atendiendo la barra y Menendez tomandose un vaso de leche al fondo, cerca de la m quina registradora. Se abre la puerta y entra un hombre, con un paquete en la mano, casco de moto y gorra. Mira el local y enseguida se percata de la presencia de Zoe. Llega hasta ella. Mensajero: Zoe Menendez?. Ella asiente. El mensajero deja el paquete sobre la barra. Mensajero: sto es para usted. Firme aqu¡, por favor. Ella firma y el mensajero se va. La joven observa el paquete unos instantes, mientras vemos a Menendez acercarse a sus espaldas. Menendez: Has pedido algo?. Zoe( mientras comienza a abrirlo): No. Termina de hacerlo. Frunce el ce¤o ante lo que encuentra. La Daga de las Almas, brillante y limpia de sangre. Y una hoja doblada. Zoe alarga la mano y desdobla la hoja. La lee, y Menendez hace lo mismo sobre su hombro. Menendez: No me lo puedo creer... Zoe: Amistad...( casi susurrando). Plano de la Daga de las Almas, dentro de la caja, el filo brillando. Corte a 8.-Int. 2 Piso. Ba¤o. Mediod¡a. Luis est  afeit ndose frente al espejo del ba¤o. Desnudo de cintura para arriba, se afeita escrupulosamente, examinando la piel cada vez que pasa la maquinilla por ‚sta. La luz sobre su cabeza, en el espejo, ilumina su rostro con una fuerza inusitada, pero Luis permanece con los ojos muy abiertos, observandose y regocij ndose en cada nueva pasada de la cuchilla. Desde su punto de vista, vemos como toma una toalla y la empapa en agua caliente. Despu‚s, se la lleva a la cara ( la c mara). Cuando se la quita, podemos ver su rostro reflejado en el espejo. Durante unas d‚cimas de segundo, su rostro se convierte ante nuestros ojos en una calavera, mientras la luz sobre el espejo parpadea casi imperceptiblemente. Luis deja la toalla y se vuelve hacia la ba¤era. En su interior, vestido de negro, p lido, sin sentido, est  Coma, tumbado, con una brecha en la sien de la que escapa un hilo de sangre seca. Luis sonr¡e y abandona el ba¤o. Corte a 9.-Int. Escaleras 1 Piso. Mediod¡a. Luis desciende las escaleras silbando tranquilamente. Al llegar al descansillo del primer piso, un chirrido en off al abrirse una puerta le hace volverse hacia la c mara. Mira directamente hacia nosotros y sonr¡e. En off, escuchamos la puerta cerrarse. Luis sigue descendiendo hacia el portal. Corte a 10.-Ext. Cementerio. Tarde. Plano general de un cementerio. La entrada esta cubierta de flores. El sol ilumina con fuerza el camposanto. En algunas tumbas, familiares o amigos rezan, hablan o simplemente depositan flores cerca de las l pidas. Luis camina tranquilamente por un largo pasillo, que finaliza en un pante¢n familiar. Al lado de ‚ste, podemos ver un conjunto de varias l pidas. Luis se desv¡a del pasillo y se dirige hacia ellas. Se detiene ante una. Vemos su imagen en un contrapicado, mientras observa la l pida que yace a sus pies. Luis: Hola, mam . El silencio lo envuelve todo, acompa¤ado en ocasiones por el canto de los p jaros. Hace calor, y Luis se quita la chaqueta de cuero, dej ndola en el suelo, cerca de la l pida. Luis: Mam , dentro de unas horas estar s por fin orgullosa de mi. No te sientes feliz?( se inclina hasta hincar una rodilla en el suelo). Por fin habr  una raz¢n para todo. Y tu podr s decir que viniste a este mundo para algo.( baja un poco el volumen de su voz) Presiento que Coma tal vez me haya mentido, pero a£n as¡ poco importa. Ellos no pueden hacer nada. Se incorpora y toma algo del interior de su chaqueta. Lo deja sobre la l pida y sonr¡e vagamente. Luis: T£ permanece atenta. Desde ah¡ arriba seguro que las cosas se ven de otra manera. Le vemos alejarse, mientras la c mara nos muestra una rosa negra descansando sobre la l pida. Fundido a negro. 11.-Ext. Avenida Echegaray 195. Tarde. Plano de la puerta de entrada al edificio. Pasan algunos coches por la calle. Luis aparece doblando una esquina, caminando con gesto feliz en direcci¢n a la puerta. Entra. El sonido ambiente de los coches y la calle comienza a difuminarse, mientras sube el sonido est tico. Del interior del portal emerge una luz parpadeante. Inserto de plano de la l mpara del portal, y la luz tintineando. Plano de la puerta desde el exterior. El sonido cesa, la luz se apaga. Corte a 12.-Int. Portal. Tarde. Luis est  tumbado sobre una de las escaleras, con la espalda apoyada en la pared, mirando fijamente el trozo de pared marr¢n que oculta las calderas del edificio. Parpadea, despej ndose la mirada. Despu‚s, lentamente, apoy ndose en la pared, se incorpora. Mira su reloj de pulsera. Plano del reloj. Las cinco de la tarde. Luis comienza a subir las escaleras corriendo, seguido de la c mara. Llega hasta el 2 piso y abre la puerta. Plano de su mano derecha desconectando los interruptores del cuadro el‚ctrico. Entra en el apartamento. Corte a 13.-Int. 2 Piso. Anochecer. Luis cierra la puerta a sus espaldas y camina en direcci¢n al ordenador. Se sienta y lo conecta. Abre el programa de correo. Ning£n mensaje nuevo. Frunce el ce¤o. En off, escuchamos un sonido como de quejido. Luis se vuelve hacia el pasillo. Apoyado en la puerta del ba¤o, mir ndole, est  Coma. Luis: Coma!. De donde...?. El aludido le mira fijamente, y desde luego no parece estar de buen humor. Coma: Todo ‚sto va a durar mucho? (da un paso hacia ‚l, pero se tambalea y apoya su espalda en la pared). Puedes hacer que todo se quede quieto unos minutos?. Luis abandona la silla corriendo. Corte a 14.-Int. 2 Piso. Sal¢n. Anochecer. Unos minutos despu‚s. Coma est  sentado en el sofa, tomando una taza de caf‚ humeante. Luis permanece sentado en el ba£l, frente a ‚l. Luis: No recuerdo nada de eso. Y es la primera vez que no recuerdo nada de lo ocurrido. Creo que ya no s¢lo entra en mi cuerpo. Ahora lo hace en mi mente. Coma( bebiendo un largo sorbo de caf‚): Bueno, si ‚sto es lo que me puedes hacer pill ndome distraido, no quiero ni imaginarme lo que...( se detiene, mirando al ordenador). No te envi‚ ning£n mail, porque me llamaste con urgencia. Luis: Ha hecho todo lo que le dije?. Coma( asintiendo): S¡. Ahora te toca a ti. Luis: Lo s‚. El problema es que no tengo ni idea ni de como ni de que manera ocurrir , pero algo es seguro. Ser  en La Rosa Negra. Y ser  esta noche. Coma( dejando la taza vac¡a sobre el baul): Pues entonces creo que deberiamos ir hasta all¡. Luis asiente, pero permanece quieto, mirando la taza de caf‚ vac¡a. Coma: Estoy seguro de que todo saldr  bien. Luis( como despertando de un sue¤o): Dichoso usted. Yo no las tengo todas conmigo. De hecho, hay demasiadas factores que no dependen de mi...por eso nuestra carta bajo la manga. Coma: Si con lo de la carta te refieres a lo que me estoy imaginando, preferir¡a no pensar en eso... Luis: Tiene que prometerme algo. Si las cosas no salen como esperamos y Romero intenta impedir que...No deje que lo haga. El futuro depende de eso, y es algo en lo que ‚l nunca creer . Coma: Bueno...el cielo est  lleno de exc‚pticos conversos. Luis r¡e ante la frase. Coma le da un peque¤o golpecito en el hombro. Coma: Vamos all . Luis: S¡... Se incorporan. Caminan hacia la puerta del apartamento. La c mara se aleja de ellos, hacia la ventana. Lento fundido a negro. 15.-Int. La Rosa Negra. Noche. Pepe Fanier, caracterizado como El Lagarto Juancho, traje rojo, sombrero negro con una larga pluma, excesivo maquillaje y una increiblemente enorme sonrisa, canta "Un dia volver‚". El local est  casi repleto, la mayor¡a vecinos de la zona. Mucho humo, algunas parejas bailando, la mayoria gente mayor. Zoe est  sentada frente a la barra, al lado de una se¤ora anciana que parece a punto de llorar a cada nota de la canci¢n. Tras la barra, Menendez prepara un martini. Se abre la puerta del local y entra Luis, acompa¤ado de un erguido y largo Coma. Zoe se vuelve, sus miradas se cruzan, y ‚l la saluda medio sonriente. La joven camina hasta llegar a su lado, mientras Coma se dirige a la barra. Zoe: Est s bien?. Luis: Lo estoy. Ya s‚ que tienes muchas preguntas, pero ahora vamos a olvidarnos de todo eso por un rato. Zoe: Tu nota...y ese cuchillo... Luis( mirando sobre el hombro de ella): sto est  hasta la bandera...Cuando termina la actuaci¢n?. Zoe( mientras comienza a caminar a su lado, en direcci¢n a la barra): Un poco antes de las doce. Luis: Perfecto.( Luis permanece de pie, invitando a la joven a sentarse a su lado. Mira a Menendez y ‚ste asiente y le sirve un caf‚). Tengo que pedirte que confies en mi, aunque no comprendas. Una vez hablamos de la amistad, lo recuerdas?. La canci¢n termina mientras Zoe asiente. Ambos aplauden distraidos, uni‚ndose al resto de los espectadores. Luis: Pues eso es lo que tengo que pedirte esta noche. Que confies en mi y hagas lo que te pida...aunque no lo comprendas. Zoe se remueve en su asiento, nerviosa. Zoe: Esperas a alguien mas?. Luis: Desde luego. Espero a mis amigos. S¢lo con su presencia podr‚ tener la fuerza suficiente( parece hablar para si mismo, en vez de responder a la pregunta). Te suena de algo La Puerta del Infierno?. La cabeza de Menendez asoma inesperadamente entre ambos. Menendez: Est s de broma?. Ese es el disco de la gente que tocaba en la c rcel...( se detiene, pensando en sus palabras). Los Locos del Cable. Tu misma trajiste un CD suyo cuando regresaste( bajando un poco la voz. Se vuelve hacia la colecci¢n de CDïs y toma uno, tendi‚ndoselo a Luis). Aqu¡ los tienes. Son muy buenos. Jazz suave... Luis observa el CD. La car tula es un dibujo de un sombrero sobre un mar de fuego. Luis: Esta noche lo escucharemos con calma. Mira a Zoe. Ella le sonr¡e, pero es una sonrisa melanc¢lica. Ambos se vuelven hacia el escenario, en donde Fanier comienza a entonar otra canci¢n. Lento encadenado con 16.-Int. La Rosa Negra. Noche. El local se ha ido vaciando lentamente. El escenario aparece vac¡o. La m£sica que suena ahora proviene de la selecci¢n particular de Menendez. Coma permanece de pie, cerca de la barra, y Menendez frente a ‚l, ambos enfrascados en una partida de Damas. Las mesas est n casi vac¡as. Luis y Zoe bailan mientras suena "Canït take my eyes of you". Lo hacen mir ndose a los ojos, y la c mara mantiene el plano mientras suena la m£sica. Zoe: Qu‚ est  ocurriendo?. Luis: Creeme. Ahora no hay tiempo. Dentro de un rato tendr‚ que irme, y no s‚ cuando regresar‚...ni de qu‚ manera. Zoe( mirando alrededor, como queriendo atravesar las paredes con la mirada): Es este lugar verdad?. Hay algo raro en La Rosa Negra...desde siempre. Mi hermano ni siquiera se da cuenta, pero yo lo he presentido muchas veces. Luis asiente, mientras la joven apoya la cabeza en su hombro y siguen bailando. En off, escuchamos la puerta del local abrirse. Romero, embutido en una gabardina, observa la escena sin saber muy bien qu‚ hacer. Luis le saluda con un adem n r pido, y Romero camina hasta detenerse en la barra, al lado de Coma. Romero: Qu‚ significa todo esto?. Qu‚ hacemos aqu¡?. Coma: Buenas noches, Inspector. Rel jese y acom¢dese. Me temo que ser  una noche muy larga. Romero: Es lo que sospechaba verdad?. Se han vuelto todos locos. Menendez( comiendole una ficha a Coma): Algo parecido... Plano del reloj del local, tras el mostrador. Las 23:45. Plano general del local. Los pocos vecinos y clientes que quedan se van yendo poco a poco, en un encadenado lento de im genes. Plano de Luis y Zoe, mir ndose mientras bailan, acompa¤ados de la misma canci¢n. Plano de la puerta del local. Plano de Luis y Zoe. Luis deja de mirarla y se vuelve hacia la puerta. Plano de la puerta. Se abre. Una mujer entra, acompa¤ada de Mar¡a. La joven, algo p lida, lleva un sencillo vestido azul claro y su mirada parece perdida, hasta que encuentra la de Luis. Luis( sonriendo, mientras camina hacia Mar¡a): Ya estamos todos...( Llega hasta la joven y los dos permanecen unos instante mir ndose hasta que ‚l la abraza. Ella intenta sonreir, pero parece muy cansada). Sin t¡, no podr¡a hacerlo. Mar¡a( con voz d‚bil): Me han dicho que venga... Luis asiente. Mira a la mujer que la acompa¤a. Mujer: Soy su enfermera. Me dijo que ten¡a que venir aqu¡ como fuese. Creo que se habr¡a escapado si no la hubiese acompa¤ado yo... Luis: Much¡simas gracias. Ya puede irse. Se queda en buenas manos. La mujer asiente y abandona el local, mientras Luis acompa¤a a Mar¡a hasta una mesa. La ayuda a sentarse y se vuelve hacia Coma, indic ndole que se siente al lado de ella. Coma as¡ lo hace. Luis mira a Zoe y le indica su silla, al lado del forense. Ella asiente y ocupa su lugar. Finalmente, se encara con Romero. Luis: Por favor, inspector...al lado de Zoe. Romero, mascullando algo en voz baja, asiente y se sienta al lado de la muchacha. Luis les da la espalda, camina hasta llegar a una mesa frente a ellos, y se sienta sobre ella. Luis( paseando su mirada por los presentes): Queridos amigos. La mayor¡a de los que est is aqu¡ me conoceis desde hace poco tiempo, pero en estos d¡as, de una u otra manera, por una u otra causa, se han estrechado lazos entre nosotros. Lazos de amistad, de necesidad, de amparo, de complicidad e incluso de cari¤o. ( se detiene un instante en Zoe, pero enseguida contin£a) sta noche os he pedido que vini‚rais por una raz¢n muy especial, una raz¢n que me gustar¡a explicar...si pudiera. S¢lo s‚ que necesito de todas esas cualidades que acabo de nombrar, y necesito que cre is en ellas y las hag is vuestras y m¡as sin preguntar sobre ello. En resumen, necesito de la fuerza que vuestros sentimientos hacia m¡a me puedan dar...( sonr¡e a Romero)...y necesito esos sentimientos sin que os hag is preguntas in£tiles.( mira el reloj del local. 23:55). Dentro de unos instantes, algo ocurrir . No s‚ el qu‚, ni c¢mo se manifestar . Pero enseguida sabremos todos a qu‚ me refiero. Y ser  en ese preciso momento cuando necesitar‚ de todo vuestro apoyo. En una palabra, lo que voy a necesitar es F. Romero: F‚? Luis: F‚ en m¡. Se vuelve hacia el reloj. 23:58. Hace un gesto a Menendez. ste toma el CD de La Puerta del Infierno y lo deposita en el lector de CDïs. Unos segundos despu‚s, una suave m£sica de Jazz invade el local. Plano americano de Luis, sentado en la mesa, mir ndolos a todos. Plano desde su punto de vista, en un travelling, vemos sus rostros observando al joven...expectantes. Plano del reloj. 00:00. La m£sica parece aumentar de volumen. Primer plano de Zoe. Abre los ojos como platos. Plano desde el punto de vista de la joven. Luis permanece sentado sobre la mesa. Sonr¡e a la muchacha. Sus ojos se cierran. Luis se incorpora. Camina, muy despacio, como dormido. Le siguen con la mirada. Pasa frente a ellos y se dirige a la barra. Se detiene. Plano desde lo alto. Se ha detenido sobre la baldosa que dias atr s tuviera marcada la X. La c mara hace un barrido desde lo alto, descendiendo, en un travelling vertical que nos muestra todo el cuerpo de Luis, desde la cabeza a los pies, hasta hundirse en el suelo. Oscuridad. Plano general de los presentes. Mar¡a se recuesta en su silla. Los dem s permanecen boquiabiertos. Desde su punto de vista, vemos la barra. El espacio que Luis ocupara unos segundos antes, sobre la baldosa, permanece ahora vac¡o. Romero: Dios Santo... Zoe no parece dar cr‚dito a sus ojos. Coma, con el ce¤o fruncido, observa la baldosa vac¡a. Menendez ha tenido que apoyarse en la barra para no perder el equilibrio. Mar¡a: Ahora es el momento. Recordadle...con vosotros. Miran a la joven Corte a 17.-Int. Buhardilla. Luis est  de pie, frente al Sumi, que permanece sentado en el sof . Los dos se miran, aunque seguimos sin poder ver el rostro del Sumi. Luis, como hipnotizado, no deja de mirarle. El Sumi se incorpora. Primer plano. Su rostro se levanta, y con ‚l el sombrero. Y bajo ‚ste, oscuridad absoluta, y dos ojos amarillentos que le observan, como dos faros. Sumi( voz est tica en la voz): Ve ahora. Luis asiente y da media vuelta. Camina hacia la puerta de la Buhardilla. La abre. No podemos ver lo que hay al otro lado. La puerta se cierra. La buhardilla queda solitaria. El Sumi vuelve a sentarse, cabizbajo. Fundido a negro. FIN DEL CAPITULO 6