Clamidia
pneumoniae:
Clamidia pneumoniae
(Cpn) es un parásito intracelular obligado patógeno para
los humanos que causa neumonías atípicas, bronquitis, sinusitis,
faringitis y exacerbación del asma. Además, está ha
asociada a enfermedades coronarias, infecciones sistémicas,
síndromes neurológicos y renales. Es capaz de utilizar otros
mamíferos e incluso amebas como células huésped a
las cuales infecta. Recientemente, un grupo de investigadores ha encontrado
C.pneumoniae en cerebros de 17 personas sobre un total de 19 que sufrían
de la enfermedad de Alzheimer pudiendo tener C.pneumoniae cierta
relación con esa enfermedad.
Investigadores
de la Universidad de Washington (EE.UU) fueron los primeros en identificar
Clamidia pneumoniae como un organismo patogénico distinto a C.trachomatis
y C.psittaci, también fueron los primeros en desarrollar métodos
de diagnóstico para la detección de la misma.
Presenta algunas
proteínas comunes al género Clamidia (MOMP, proteínas
ricas en cisteína de 60 y 12 KDa, etc.) y otras específicas
de esta especie (76 KDa, 65 KDa, 54 KDa, etc.). Estas últimas proteínas
le brindan características estructurales que ayudan a mantener su
forma piriforme, e intervienen en procesos de adhesión e inmunogénicos
propios de la especie, entre otros.
Igualmente son
susceptibles otros huéspedes tales como koalas y caballos. Últimamente
ha sido posible la infección experimental de un parásito
(la ameba Acanthamoeba castellanii).
Se considera
que esta especie de Clamidia produce infecciones desde muy temprana edad,
presentando mayor incidencia en niños de 5 a 14 años. La
mayoría de los adultos presenta evidencia serológica de infecciones
pasadas.
Su genoma ha
sido recientemente secuenciado por completo. Está formado por un
cromosoma circular que contiene 1.230.025 pares de bases con más
de 1.069 genes potenciales.
- Características microbiológicas:
Hasta 1989, se consideraba que todas las inclusiones de Clamidia que no correspondían a Clamidia trachomatis, eran Clamidia psittaci. Esto era así, debido a que tanto las inclusiones de C. pneumoniae como de C. psittaci no se fusionan, por lo que cada inclusión corresponde a una Clamidia; mientras que las inclusiones de C. trachomatis se fusionan y dan en general una sola inclusión por célula. Sin embargo existían otras diferencias, que hicieron suponer la existencia de otro microorganismo:
• Las inclusiones de Cpn no poseen glucógeno, mientras que las de
C.trachomatis sí lo posee.
• El cuerpo elemental (CE) de C. pneumoniae es piriforme, mientras que
el de C. psittaci es puntiforme.
Por otra parte,
posteriormente se descubrió que los CE´s de C. pneumoniae
contienen una elevada cantidad de proteínas ricas en cisteína
(CrP) que podrían ser responsables de mantener su forma característica.
Por microfotografía
electrónica se sugiere la existencia de un espacio periplásmico
que no se ve en otras especies de Clamidias. Este espacio periplásmico
es más denso en el CE que en el cuerpo reticular (CR).
Otra característica
distintiva es la ausencia de plásmidos en C. pneumoniae que sí
están presentes en C. trachomatis y C. psittaci. Sólo se
aisló un plásmido en la cepa IOL-207 de C. pneumoniae.
La infección
parece ser más común en chicos en edad escolar (5-14 años).
Alrededor de los 20 años aproximadamente, el 50% de las personas
tienen niveles detectables de Ac.
Los chicos de
entre 5 y 9 años tienen una alta incidencia de infecciones agudas,
que disminuye en los de 10 a 14 años.
La seroprevalencia
en los menores de 15 años es igual para ambos sexos, pero en los
adultos es considerablemente mayor en hombres que en mujeres.
La transmisión
parece ser persona a persona a través de secreciones respiratorias.
La infección también se puede adquirir por medio de portadores
asintomáticos.
El período
de incubación es de varias semanas, lo cual es mayor al de otros
patógenos respiratorios.
- Estructura antigénica - Proteínas de membrana:
Como es necesario
que el CE sea internalizado por la célula huésped, se requiere
la existencia de propiedades de superficie que favorezcan su entrada
a la célula que no es altamente fagocítica. Es posible que
las proteínas ricas en cisteína (CrP) sean las
proteínas responsables de mantener la estructura del CE. En las
bacterias esta función la cumple el peptidoglicano, pero en su ausencia,
pueden ser las CrP las que lleven a cabo esta función.
Los CR´s
requieren energía de la célula huésped para crecer
y dividirse; por ello están asociados íntimamente a
la membrana de la inclusión, quizás para captar nutrientes
esenciales.
MOMP:
La proteína
mayor de membrana externa es una de las proteínas rica en cisteína,
codificada por el gen omp-1. Es una porina con un PM de unos 40 KDa (en
Cpn el PM es de 39,5 KDa) y constituye el 60% de las proteínas
de membrana externa. Es característica del género Clamidia,
aunque presenta ligeras diferencias estructurales en cada una de las especies
y también dentro de una misma especie. Cada MOMP cuenta con una
estructura primaria única que resulta en distintas porciones de
la molécula que son expuestas a la superficie del microorganismo;
en consecuencia, diferencias en la MOMP, darán distintas serovariedades.
No obstante, en C.pneumoniae la MOMP no parece estar expuesta a la superficie
por lo que hasta ahora sólo se ha hallado una serovariedad. Esta
teoría proviene de experiencias en las cuales se encontró
que esta proteína no es inmunodominante, como en las otras especies
de clamidias.
Por su abundancia
(60% de proteínas de membrana externa) y exposición superficial
(en C. trachomatis y C. psittaci) se le atribuye un rol muy importante
tanto en la respuesta inmune del huésped a la infección por
Clamidias, como en la patogénesis de la enfermedad. Sin embargo,
en C. pneumoniae esto no sería posible debido a la pobre respuesta
inmune que genera. A la MOMP se le ha asignado una función de porina,
sin embargo, también se cree que cumple un rol electrostático
en la adherencia y un rol antigénico (en C. pneumoniae la respuesta
antigénica es débil).
60 KDa:
Es una proteína
rica en cisteína codificada por el gen omp-2 (env B). Junto a la
MOMP y a la proteína de 12 KDa, constituyen las proteínas
mayoritarias en el complejo de membrana externa. Este complejo es similar
al encontrado en las otras especies de Clamidia en cuanto a su estructura
y PM. A pesar de pertenecer al complejo de membrana externa, la proteína
de 60 KDa se encuentra en el espacio periplásmico, lo cual le otorga
a la Clamidia una integridad estructural equivalente a la del peptidoglicano.
Al haber más espacio periplásmico en C. pneumoniae que en
las otras Clamidias, se cree que hay más proteínas de 60
KDa, que ayudarían a mantener su forma característica.
Esta proteína
se encuentra altamente conservada entre las distintas especies de Clamidias
(se usa un fragmento de su gen para técnicas de PCR), por esto se
le ha asignado una función estructural en la formación de
complejos unidos por -SS-. Sin embargo al existir diferencias entre ellas,
se pueden identificar diferentes Clamidias. Se presenta con un 98% de homología
intraespecie; 85% entre C.psittaci y C.pneumoniae; 100% entre las cepas
Cal 10 y 6BC de C. psittaci y 100% entre las cepas IOL-207 y VR 1310 de
C. pneumoniae (sólo se diferencian en 1 pb).
Esta proteína
es blanco del sistema inmune humoral en infecciones producidas por C.trachomatis
y C.pneumoniae, aunque los anticuerpos no son neutralizantes.
Los CR´s
son deficientes en la proteína de 60 KDa. Al tener solo la proteína
de 12 KDa, es más frágil que el CE.
12/15,5 KDa:
Esta CrP es producto
del gen omp-3 (env A). Es una lipoproteína hidrofílica. Algunos
trabajos afirman que es una proteína que sufre glicosilaciones post-
traslacionales, por lo cual le asignan distintos pesos moleculares.
La deprivación
de cisteína en el medio de crecimiento impide el pasaje de CE a
CR.
Las CrP de 60
y 12 KDa se expresan más tardíamente en el ciclo de crecimiento
de la Clamidia. Se encuentran casi exclusivamente en los CEs.
Hsp:
Las proteínas
de shock térmico (también denominadas proteínas de
estrés o Heat Shock Protein) están relacionadas con la respuesta
inmunopatológica e inmunoprotectora. Están presentes en C.
trachomatis, C. psittaci y C. pneumoniae.
Existen dos
genes:
• Gro El: Hsp 60. Está asociado con la respuesta hipersensible en infección crónica con C. trachomatis. Existe un 95-97% de homología entre C. trachomatis y C. psittaci. Está presente en C. pneumoniae, aunque no se encontraron datos respecto a su porcentaje de homología comparado con las otras Clamidias.
• Dna K: Hsp
70. Neutraliza la infectividad, pero también se le asigna un
papel en la adhesión. Existe un 87% de homología entre C.
trachomatis y C. pneumoniae.
En C. trachomatis
tiene un rol en la adherencia, posiblemente actuando como adhesina o chaperona.
Quizás también tenga actividad de ATPasa o de clatrina.
En C. pneumoniae,
posiblemente sea la proteína de 75 KDa.
98 KDa:
Es una CrP que
se piensa que está sólo en C. pneumoniae. Se postula que
puede proporcionar una estructura de membrana más rígida
para sustentar la forma de pera, porque los entrecruzamientos de los puentes
-SS- otorgan rigidez a la membrana externa.
75 KDa:
Usando la enzima
de restricción Pst I, se obtuvo un fragmento de 4,2 Kb que codifica
para una proteína inmunoreactiva. Estas proteínas (de 75
KDa) se identifican en lisados celulares de la cepa TWAR de C. pneumoniae
y también en C. trachomatis y C. psittaci. La proteína encontrada
en la cepa TWAR es común al género Clamidia, por lo cual
se sospecha que tiene una importante función antigénica o
biológica.
76 KDa:
Es una
proteína específica de C. pneumoniae, diferente a la Hsp
70. Presenta inmunoreactividad.
54 KDa:
Es una proteína
de superficie que fue aislada en 9 cepas de C.pneumoniae, mientras que
no pudo hallarse en la cepa Z432 de C.psittaci, ni en la cepa E de
C.trachomatis. Se cree que es una proteína específica de
C. pneumoniae, por lo que puede ser una útil herramienta de diagnóstico.
Puede jugar
un rol importante en la patogénesis de la infección por C.
pneumoniae. Se estima que puede tener importancia como adhesina durante
la adhesión. Algunos investigadores creen que está involucrada
en procesos de ingestión de EBs por la célula huésped.
Es el mayor
inmunógeno durante la infección por C. pneumoniae. Es un
potencial candidato para el desarrollo de vacunas contra C.pneumoniae.
65 KDa:
Esta proteína
se encontró sólo en C.pneumoniae. El gen omp-1 que codifica
para la MOMP, se conserva en C.pneumoniae, por lo que sólo existiría
un serovar (entre las cepas AR-39 y IOL-207 existe más del 99% de
homología para el omp-1). Pese a ello, algunos investigadores hallaron
más de un serovar en C. pneumoniae (distintos antígenos),
que podrían producir distintas patologías. Se discute si
cada serovar o cada genotipo son capaces o no de provocar distintas patologías
(en las cepas TW- 183 y 2043 apareció una banda de 65 KDa, mientras
que en las otras cepas estudiadas no apareció esta banda, sino una
banda a 67 KDa). Estos datos sugieren que en C. pneumoniae las serovariedades
no están dadas por la MOMP, sino por otra proteína con mayor
exposición superficial de aproximadamente 65 KDa.
La infección con C. pneumoniae induce la respuesta de IgG, IgA e IgM. Estos anticuerpos (Ac) se pueden testear por fluorescencia o por ELISA usando EB o inclusiones de células infectadas. Se pueden detectar Ac contra lipopolisacáridos (LPS) por fijación de complemento (FC), inmunoblotting o ELISA. También se desarrolla inmunidad mediada por células, demostrado por ensayos de transformación de linfocitos.
La persistencia
en la infección por Clamidias implica la imposibilidad de obtener
CE´s infecciosos. Estos CE´s se pueden obtener experimentalmente
tratando cultivos celulares de C. trachomatis con penicilina, con lo que
se obtienen CR´s aberrantes incapaces de replicarse. También
puede conseguirse inhibiendo la multiplicación por el agregado de
IFN-g o por ausencia de triptofano. Con esto se logra un aumento en la
transcripción del gen Gro El, y una disminución en la síntesis
de proteínas de membrana.
Los cultivos
se pueden infectar persistentemente con Clamidias cuando faltan los nutrientes
esenciales para su multiplicación, tales como determinados aminoácidos
(aa) o vitaminas, principalmente las del complejo B. Los aa se obtienen
por síntesis de novo o a partir del pool que encuentra en la célula
huésped. La deprivación de cisteína bloquea la conversión
de CR en CE en C. trachomatis debido a que en los CE´s existen CrP
que no se pueden sintetizar en los CR´s. En esta especie la
omisión de otros aa no inhibe la conversión de CR a CE. C.
pneumoniae requiere todos los aa excepto lisina. A pesar de ello,
el crecimiento de C. pneumoniae en la línea celular HeLa aumenta
cuando se produce depleción de los aa lisina y metionina.
Después
de un co-cultivo prolongado de C. pneumoniae y Acanthamoeba castellani
in vitro, se encuentran inclusiones aberrantes que sugieren condiciones
sub-óptimas de crecimiento para C. pneumoniae; esto favorecería
la persistencia de la infección.
La infección
persistente puede observarse también con después de un tratamiento
con antimicrobianos. En el caso de C. pneumoniae, la persistencia es potencialmente
importante porque esta Clamidia está asociada a enfermedades crónicas
(arteriosclerosis, bronquitis crónica, asma) y si no se realizan
tratamientos prolongados con antibióticos, puede generarse el fenómeno
de persistencia. En experiencias en las que se trabajó con C. pneumoniae
en dos concentraciones distintas y a las que se trató con doxiciclina
(varias dosis durante 3 días) y azitromicina (una única dosis),
se estableció que luego de 14 días post- tratamiento
no existían UFI/ml pero se detectó ADN de C. pneumoniae por
PCR (77% cuando se trataba de inóculo de 107 UFI/ml y 25% cuando
el inóculo fue de 106 UFI/ml).
* Respiratorias:
Las enfermedades
más frecuentes asociadas a C. pneumoniae son neumonía y bronquitis,
aunque también existen infecciones asintomáticas o no reconocidas.
Muchas veces presenta faringitis al principio de la enfermedad.
Puede actuar
como un copatógeno o como un microorganismo oportunista cuando hay
un daño concurrente o anterior del tracto respiratorio por otro
microorganismo patogénico.
Se aisló
de pulmones de pacientes infectados con HIV y se detectó por PCR
en especímenes de lavado bronco alveolar (BAL) de individuos inmunocomprometidos.
Se ha sugerido que la infección con C. pneumoniae puede ser más
común entre personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica
(EPOC) ya que en ellos se encuentran alta prevalencia de Ac.
* Infecciones
sistémicas:
Aunque no son
comunes, se informó enfermedad febril en pacientes con neumonía,
pericarditis, pleuritis y hepatoesplenomegalia. Se encontró por
PCR en especímenes de biopsia, que se deposita en nódulos
linfáticos e hígado.
* Ateromas:
Hay evidencia
de presencia de C. pneumoniae en placas ateromatosas. La evidencia morfológica
y microbiológica se obtuvo por estudios de microscopía electrónica
de ateromas de arterias coronarias, tinción inmunocitoquímica
y PCR. El estudio se realizó sobre porciones de arterias coronarias
de pacientes que recibieron un transplante cardíaco. Sólo
se encontró C. pneumoniae en alta proporción en los pacientes
que tenían ateromas (los pacientes estudiados no presentaban historia
clínica de infección resiente del tracto respiratorio). No
se encontró C. pneumoniae en muestras coronarias sin lesiones. A
partir de estas observaciones se cree que C. pneumoniae puede contribuir
a la patogénesis de la aterosclerosis por disminución o eliminación
de la respuesta local. Los componentes celulares que son importantes para
la patogénesis de la aterosclerosis incluyen células endoteliales,
células de músculo liso y macrófagos. Estudios in
vitro sugieren que C. pneumoniae es capaz de infectar y reproducirse en
células de músculo liso de humanos, en células endoteliales
de arterias coronarias y en macrófagos. Se sugiere también
que la infección persistente con C. pneumoniae en arterias coronarias
contribuye al desarrollo de aterosclerosis. Es posible que ciertos
factores de virulencia desconocidos o moléculas de adhesión
de C. pneumoniae que favorecen la infección de las arterias coronarias
puedan estar distribuidos geográficamente (se detectó en
20/38 casos en Seattle, pero sólo 1/50 en Brooklyn).
* Síndromes
neurológicos:
Las complicaciones
neurológicas informadas no son comunes, pero incluyen meningoencefalitis
seguida por infecciones del tracto respiratorio por C. pneumoniae, encefalitis,
síndrome de Guillain Barré, meningo-radiculitis lumbosacral,
meningitis aséptica y ataxia cerebelar. Estos casos subrayan el
hecho que la infección por C. pneumoniae, así como la de
C. psittaci, pueden presentarse con marcados rasgos neurológicos
y causar neumonía severa. Por este motivo, se sugiere incluir la
detección de clamidias en el diagnóstico diferencial de infecciones
pulmonares con presentación neurológica.
* Aislamiento:
Crece regularmente
en cultivos y las inclusiones formadas son más pequeñas que
las vistas con otras clamidias. Las células Mc Coy y HeLa 229 no
son sensitivas (HeLa 229 es más sensible que las Mc Coy), mientras
que las HL y Hep-2 son más sensibles.
Las muestras
se obtienen por hisopado de orofaringe y se recogen en medio de transporte
(SPG) y se refrigeran a 4°C 1-4 horas debido a que se inactivan rápidamente
a temperatura ambiente. Si el tiempo es mayor a 4 horas, se deben freezar
a - 65°C.
* Serología:
Se usan MIF y
FC. MIF evalúa la presencia de antígenos de EB específicos
de C. pneumoniae. Distingue entre las fracciones IgG e IgM, con lo que
se puede diferenciar entre una infección pasada y una reciente.
La presencia de IgG indica una infección previa y se usa para detectar
la prevalencia en la población. Los títulos de IgG aumentan
significativamente a las 6-8 semanas post infección. La fracción
IgM no aparece hasta tres semanas después de la aparición
de los síntomas. Con FC se miden anticuerpos del género
Chlamydia. En las reinfecciones muchas veces no se detectan Ac por FC y
no hay respuesta de IgM.
En poblaciones
inmunocomprometidas, la hipogammaglobulinemia puede ser un factor limitante
en el diagnóstico por detección de Ac.
La detección
de Ag por ELISA usando Ac género específicos presenta una
sensibilidad regular (50% con respecto al cultivo).
* PCR:
Se pueden amplificar
secciones específicas que codifican para funciones desconocidas;
secuencias de genes de rRNA 16S; secuencias para MOMP; o para una proteína
de membrana externa CrP de 60 KDa. Para este tipo de método las
muestras pueden obtenerse por hisopado nasofaríngeo, BAL, esputo
o placas ateromatosas. Este parece ser el método más sensible
para la determinación de Clamidia pneumoniae.
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