Síntomas
El síntoma inicial más habitual suele ser el dolor lumbar o de tipo lumbálgico, debido a la inflamación de las articulaciones sacroiliacas y vertebrales, aunque no todo el dolor lumbar se debe a Espondilitis Anquilosante.
El dolor lumbar puede extenderse desde la columna lumbar hacia la región de las nalgas y la parte posterior del muslo, manifestándose una rigidez y limitación de movilidad en las zonas afectadas, generalmente también afecta a la movilidad de la caja torácica, cervicales y columna dorsal.
La pérdida de movilidad de la columna dorsal con la caja torácica da lugar a una rigidez del tórax con reducción de los movimientos respiratorios. Esto puede dañar a los pulmones sobre todo si se es fumador.
Con relativa frecuencia se producen inflamaciones en el globo ocular (UVEITIS), que se manifiesta con ojos rojos, dolor del ojo y visión nublada.
En algunas personas los síntomas de la enfermedad aparecen con inflamación en las articulaciones como rodillas, caderas, tobillos e inclusos en los dedos de los pies.
El dolor suele ser mayor en las primeras horas de la madrugada, cuando se lleva un buen rato en la cama, llegando a despertar al enfermo y obligándole a levantarse de la cama para pasear y así aliviar el dolor.
También se presenta una rigidez matutina que va disminuyendo con el paso de las horas.