El aparato auditivo está
constituido por el oído externo, el oído medio y el oído interno. El
oído externo está formado por el pabellón auricular y
el conducto
auditivo externo. El pabellón auricular está formado por un cartílago
recubierto por piel fina y pilosa. El conducto auditivo externo posee un
esqueleto cartilaginoso en su tercio periférico y óseo en su porción
profunda. La piel del conducto, fina y pilosa, posee glándulas
ceruminosas.
Las afecciones de mayor
interés clínico en el oído externo son la lesiones de su
revestimiento cutáneo, principalmente traumáticas,
inflamatorias y
neoplásicas.
El pabellón auricular contiene
un cartílago único, de carácter elástico, que estructura la
totalidad del pabellón a excepción del lóbulo de la oreja. El fino
revestimiento cutáneo del pabellón auricular contiene glándulas
sudoríferas y sebáceas. La vascularización proviene de ramas de las
arterias temporal superficial y auricular mayor (ambas son ramas de la
arteria carótida externa).
Las inflamaciones e infecciones
del conducto auditivo externo son los problemas más frecuentes. No
obstante, otras series de afecciones como las anomalías
congénitas, traumatismos, tapones de cerumen y
neoplasias, no dejan de tener
interés. La Otitis Externa, afección frecuente, cursa con intenso
dolor y secreción mucopurulenta espesa y cremosa que drena de un
conducto inflamado que en ocasiones cierra la luz del mismo.
En las regiones Peri
auriculares se pueden encontrar Fístulas Auriculares, así como
Osteoma, Hemangiomas, Pericondritis
de la Oreja e incluso Agenesia de
Oreja.