La Embajada de Francia comunica que se ha abierto la convocatoria para la XXV edición de la "Fiesta de la Música”, evento que tendrá lugar el 21 de junio de 2005 en Francia y varios lugares del mundo.

La cita organizada anualmente por el Ministerio de Cultura francés y la Asociación por el Desarrollo de la Creación, Estudios y Proyectos, tiene como objetivo poner en valor las prácticas musicales de todos los géneros, tanto en el nivel debutante como profesional. Los conciertos serán gratuitos.

El plazo límite de inscripción es el 23 de mayo de 2005.

Cualquier información adicional, así como el formulario de inscripción y bases de la convocatoria están disponibles y se pueden consultar y bajar de la siguiente página web:

El Jurado Calificador del recientemente realizado Concurso Infantil de música andina colombiana "Cuyabrito de Oro", integrado por los maestros Doris Chaves Carrillo, John Jairo Torres de la Pava y Deiner Sergio Hurtado, entregó el siguiente cuadro de premiación del Concurso:

Ganadora Categoría Vocal A: María Camila Portela, Tolima, 8 años.

Ganador Categoría Vocal B: Iván Camilo Talero, Huila, 12 años.

Ganador Categoría Instrumental: Juan Manuel Araque, 12 años, ejecutante del tiple requinto, con acompañamiento en el tiple de su hermana de 14 años.

Ganadora Categoría Obra inédita: "Un mundo de sueños", bambuco de John Jairo Claro, interpretado por Vanessa Bastidas de 9 años.

Obtuvieron mesión especial la solista Ana María Tascón, de 14 años, representante del Valle del Cauca, quien fue finalista de la categoría vocal B, y el niño Nicolás Gutiérrez del Huila, de 11 años, quién fue finalista de la categoría vocal A y la obra "Mi bambuco", con letra suya y música de Pedro Chavarro fue igualmente finalista.

EL PROBLEMA ES LLAMARSE DANIEL SAMPER

Diego Fernando Tabares, de la Emisora Cultural de Pereira Remigio Antonio Cañarte, escribió a la revista en los siguientes términos:

"El problema no es hablar de música de Colombia. El problema es llamarse Daniel Samper, porque la mayor parte de la gente que lo lee, ignorante en el tema, lo da por verídico.

Hace ya algunos años Don Daniel, que se ha dedicado a despotricar de los ritmos del interior, publicaba en "Credencial" un artículo titulado "La muerte del Bambuco". Ahora veo que no solamente continúa con su estilo al escribir sobre música en Colombia, sino que sigue afirmando que los ritmos del interior están muertos.

Comienza el comentario de "Credencial" diciendo que uno de los más prolíficos compositores costeños, autor, entre otras, de la emblemática gaita "Ligia" y el muy popular "Merecumbé de las flores" fue Edmundo Chaves que era vallecaucano. Pues no. Dejemos a Chaves jodiendo en Venezuela y disfrutemos de la maravillosa música de Edmundo Arias, prolífico compositor nacido en Tuluá, hijo de otro grande e la música colombiana, Don Joaquín Arias Cardoza. Quién no ha disfrutado con "Los Sauces"?

“El enterrador”, canción colombiana que ha sido grabada como flamenco y como salsa, entre otras versiones, fue originalmente un bambuco. La letra procede de un poema del desconocido escritor español Francisco Garas y la música es obra de Adolfo Marín.

Álvaro Dalmar, autor de “Muchacha de risa loca”, dirigió en Hollywood una academia de guitarra de la que fueron alumnos Elizabeth Taylor, James Mason y Anthony Quinn.

Sí es cierto, Don Álvaro Chaparro Bermúdez, también conocido como Alvaro Dalmar, fue un prolífico compositor. Entre otros sus temas “Amor se escribe con llanto”, “La carta” y “Bésame morenita” . Buen guitarrista y quien tuvo oportunidad de dictar clases de guitarra a varias celebridades del cine nunca compuso “Muchacha de Risa Loca”. Talvez la cantó. Pero fué José de Jesús Mazo Martínez, conocido como José Macías, fue quien compuso y le puso letra a este hermosísimo bambuco.

En hora buena, Don Jaime Rico se lanzó en la odisea de escribir sobre la música andina colombiana pero, como toda obra histórica, tiene algunos errores.

Parece que la queja de Daniel Samper, gran amante del vallenato y toda la expresión cultural que encierra este ritmo, se siente desplazado porque el libro de Rico habla principalmente de nuestra música andina. Pero el libro no ignora los ritmos y aires de la costa atlántica. Pero ellos ocupan lugar subalterno. La obra de Rafael Escalona, por ejemplo, llena apenas página y media, mientras, mientras que la de José Alejandro Morales ocupa seis.

Solamente faltaría recordarle al señor Samper que la música andina colombiana merece pleno reconocimiento y difusión, a pesar de sus comentarios. El creciente éxito de festivales como “El Mono Núñez” y otros treinta similares dedicados a la música andina, festivales que cuentan con el olvido del Ministerio de la Cultura, ese ente gubernamental que parece que para poder dirigirlo, como hace muchos años sucede, se requiere ser cultor del vallenato. Qué pasaría si un día esa dirección la entregan a un cultor del bambuco, el pasillo o la guabina?

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