"Breve
biofax de mí mismo".Nacido en La Plata, ciudad damero surcada por oblicuas
avenidas, nominadas familiarmente diagonales; donde exultantes tilos tonifican el respirar
y duelen en el exilio, a veces voluntario: Centroamérica, sobre todo México, firme en la
nostalgia del presente, como antes y allá lo fuese el tango recordado. Nunca nadie está
libre de la nostalgia, y entonces al ser le ocurren poesías que luego se resuelven en INSULA
VARIA, obra inédita de la cual nacieron canciones ligadas a situaciones que uno
intenta domesticar. Asuntos tales como la pasión, el absurdo y la desesperanza denotan un
viejo apego por las pampas puras de la Utopía. Y luego está el pasado, con su bendito
tamiz que todo lo asienta y serena, como los buenos licores añejados en la garganta, y el
tránsito de países variados y lenguas coloridas. Después vendrá el futuro: así le
llaman los optimistas a la vida que queda por vivir; por él brindemos los poetas, y así
sea el porvenir venturoso de lo aún innominado, aquello que no tiene forma, y así mismo
perdure en la palabra, persistiendo en un poema, en la ardiente presencia del presente
argentino, en la exasperante baba que no cesa de envolver en rioplatenses brumas a los que
sobrenadamos en el ancho estuario de la desdicha: Buenos Aires, la Hiena del Plata, Summa
Zoológica de todos los mundos. Nadie ríe, y sin embargo prevalece el susurro de
la patria subterránea, el silencio de los topos contrariados, laboriosos en la bronca;
socavando de modo pertinaz, a ver cuándo se llega al hueso más íntimo de los cimientos,
para escaparle al espanto de la planicie calcinada por la soledad sureña en desaliento.
Nada más; el resto sólo es letra. Ya lo dije: aquí me quedo bajo el árbol de la
espera. |
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