PROLOGO
Gracias a las sagas que trascribieron
los islandeses de su tradición oral a partir del siglo XIII,
podemos conocer la vida de algunos personajes que hicieron
algo suficientemente relevante como para que mereciese pasar
de boca en boca, primero, y al papel después. La
alta alfabetización de Islandia en aquellos tiempos hizo
que la escritura y venta de sagas fuese un gran negocio, llegando
a haber monasterios donde se hacían turnos para
lograr cubrir la gran demanda de libros. Al no existir esas
condiciones culturales en los demás países
nórdicos, las sagas noruegas, suecas y danesas están
prácticamente perdidas.
Según nos cuentan dos de estos libros (La Saga
de los Groenlandeses y La Saga de Erik el Rojo), en el año
1000, Leif Eriksson llegó a una tierra desconocida,
a la que puso el nombre de Vinland. Aquella Vinland era
parte de lo que hoy llamamos Norteamérica, concretamente
Canadá, donde L'Anse aux Meadows, en la isla Newfoundland,
cerca de la península de Labrador, ha sido declarado
Patrimonio de la Humanidad, por la UNESCO.
Siguiendo la ruta abierta por Leif Eriksson, llegaron otras
expediciones, pero ninguna se estableció definitivamente
en aquella nueva tierra, que, con el tiempo, incluso fue olvidada.
Pero, en uno de aquellos viajes, nació un niño
llamado Snorri.
Mientras me documentaba para mis
anteriores libros (La Saga de Yago y Tras las huellas
de los vikingos), me pregunté en repetidas ocasiones
qué tipo de vida habría tenido aquel Snorri,
de qué manera le marcó ser el único niño
nacido en aquellas tierras atractivas y enigmáticas,
cómo lo verían los demás. Y, sobre
todo, cómo contaría él mismo la historia
de aquellos viajes.
Esta historia que el lector tiene en las manos es
la respuesta que yo he puesto en la boca del
Snorri que se gestó en mi imaginación durante años, basándome
en las sagas anteriormente citadas mas lo que conozco
sobre la vida cotidiana de los vikingos o los detalles
históricos de aquella época.
Normalmente, las sagas vikingas narran la historia
de una manera muy esquemática, sin apenas rasgos
emocionales y con un lenguaje que, hoy en día, puede
resultar un tanto árido. Por eso, conservando el tono
oral común a todas las sagas, he tratado de que los
personajes también tengan una vida interior y unos
rasgos que las historias originales no reflejan, así como
ciertos datos históricos que un narrador posterior, como
es el caso de Snorri, sí podría
conocer.
En la segunda parte, el mismo Snorri nos contará su versión de la historia de Egil
Skallagrimsson, la más popular de las
sagas islandesas. Este personaje fue un gran poeta, posiblemente
el mejor que nunca hubiese en Islandia, tierra por antonomasia
de poetas en los tiempos vikingos. Su obra La pérdida
irreparable del hijo, que compuso al morir su primogénito,
es una de las cumbres de la poesía medieval europea.
Además de ser hijo de uno de los pioneros llegados
a Islandia, intervino de manera activa en la historia de
Noruega e Inglaterra, además de vivir infinidad de
aventuras por las costas del mar Báltico y Dinamarca.
La Saga de Egil Skallagrimsson fue transcrita
por Snorri Sturluson, escritor, político
y uno de los personajes más relevantes de la
Islandia del siglo XIII. También escribió las Eddas,
que son la mejor fuente de datos sobre historia, vida, costumbres
y mitología de los pueblos nórdicos.
En esta parte he adaptado la saga, limando asperezas
y reduciendo o eliminando algunos sucesos que se apartaban
de la historia y paraban la acción. Y todo
ello manteniendo el tono de narración que el Snorri
nacido en Vinland muestra en la primera parte, con su peculiaridad
de ser un joven post-vikingo cristiano que cuenta hechos
de sus antepasados paganos, pero sin renegar de ellos.
Por supuesto, no es mi intención mejorar
lo que los vikingos nos legaron, sino hacerlo más
asequible a un público separado de aquellos tiempos
por el abismo de un milenio. Sugiero al lector que, al acabar
este libro, lea las sagas originales.
Finalmente, Sangre de Dragón es un cuento basado en Sigurd, uno de los héroes
míticos de los vikingos, cuya vida se cuenta
en la Saga de los Volsung, versión vikinga
del Anillo de los Nibelungos .
primer capítulo
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