Entre bruma y humedad del puerto, Ediciones
de la Universidad Autónoma de Tamaulipas,
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Descubrir de nuevo la palabra que te nombra
Otra
vez
mi
mano supo delinear su tacto
sobre
tu piel de encanto
y descubrí
de nuevo la palabra
que
te nombra.
La noche
inmensa
con
sus puntos de luz
entre
la oscuridad inalcanzable.
La luna
indiscreta
penetraba
con su luz la alcoba
e inundaba
de esplendor el espacio
como la irradia tu sonrisa.
Aprendí
a quererte
de nuevo
en
ese espacio nocturno
de
gozo y armonía.
En la
penumbra
tu
cuerpo era un campo de trigo
donde
la mies resplandecía.
Abajo
el
océano citadino
jugaba
con el viento cálido
a hacer
de los árboles cometas infantiles,
mientras
mi amor
con
las notas de tu voz
se
convertía en un canto.
Así
te amé
ahí;
todo
tu cuerpo sobre las sábanas despiertas
con
el aroma de cálida piel
unida
a mi cuerpo incandescente
jugando
a que surgía la luz, la voz,
el
eco sin destino;
jugando
a que la vida nos sonríe
y haciendo
de la noche un canto.
Remanso de promesas y alegrías
Un día naciste
Esta nueva realidad
como fuente de luz
para iluminar con tu sonrisa
el mundo
y hacer de nuestros días
remanso de promesas y alegrías.
inaugura como designio cada hora.
Nada es igual que el pretérito vivido.
Cada día será un espacio nuevo
donde habrán de construirse
como realidad los sueños.