Castillos en el aire
Para Amín Romero
Fabricamos
la dicha cotidiana
cuando
desde el amanecer
buscamos
la sonrisa
para
hacer de las horas
espacio
de esperanzas
y convertimos
la incertidumbre
en
esfuerzo y tesón
que
reconquiste el sueño.
Una
mañana
aún
de madrugada
abriremos
de par en par
nuestras
ventanas
para
que entre
el
dolor de los demás
en
nuestro gozo,
a que
nos contamine un poco,
a que
nos muestren sus tonos
los
colores
para
no hacer castillos en el aire,
darle
su dimensión precisa a cada cosa
y poder
ofrecer nuestros afanes
a quien
transite el camino
sin
avistar el horizonte.