Finalizada la guerra española, se instala en Madrid, donde se dedica a pintar intensamente en su estudio del Palacio de la Prensa (Plaza del Callao, 4, planta 9).
Decora con pinturas al fresco diversos edificios religiosos y civiles (cine del Palacio de la Prensa, un comedor infantil en El Pardo, la Iglesia de El Plantío, un oratorio en Aranjuez, la Capilla de la Delegación Nacional). Es galardonada en la Exposición Nacional de 1943. Por esta época se relaciona frecuentemente con círculos madrileños que la acercan a una fuerte visión espiritualista y comienza por entonces a destruir cuadros suyos, en un afán compulsivo por hacer desaparecer toda alusión a la corporalidad. 

Tarjeta con su dirección: Callao, 4, Madrid