FIRMA Y ENVIA UNA CARTA POR LA PAZ

PROCLAMA

Juzgamos que el contenido de esta proclama es de gran valor, por ello la reproducimos:
El Instituto "Martin Luther King" de la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI) está promoviendo la Iniciativa de que la Comunidad Internacional acoja el año 2001 como "Año
Internacional de la Reconciliación".

En la encrucijada actual de la civilización global cuando amenazan los estallidos de violencia, la desintegración societal y han  aparecido nuevas manifestaciones de barbarie contra las minorías y crece el número de refugiados y avanza la destrucción ambiental, la contaminación del agua, el aire y los alimentos, desastres tecnológicos, ocurren suicidios colectivos y se presenta el nihilismo como un derrumbe de valores y paradigmas; es perentorio y vital proclamar la reconciliación desde una perspectiva ecuménica, como un camino que nos lleva a la consecución de la paz mundial.

Reconciliación es una palabra que transcribe "la acción de restituir relaciones quebrantadas", que significa restituir la unidad perdida de la humanidad, por causa de nuestro egoísmo, por nuestra ambición de poder y el afán de dominio sobre la naturaleza.

Asimismo, del concepto de racionalidad única que se vive. Todo estas actitudes y pasiones han conducido a la humanidad a una ruptura consigo misma y constituir dicotomías irreconciliables que han persistido a través de las épocas, involucrándonos en la guerra total, la discriminación y la catástrofe ecológica.

Sin embargo, y a pesar de las perspectivas pesimistas, la humanidad pasa por un estadio prometeico de su espíritu y se encamina a una era distinta en la que primará una nueva síntesis como resultado de una expansión de la conciencia universal de cual es la condición y la constitución del ser humano y el cosmos.

Por ello, la Reconciliación es la vía de la paz para los hombres y mujeres que pretenden una humanidad unificada.

La Reconciliación que también nos habla de concilio, de volver a reunirse, tiene una poderosa razón de existencia en nuestro mundo de hoy, que ha generado la división de todo; de la psiquis, del mundo natural, de los seres en una horrible esquizofrenia.

Reconciliación es un encuentro en la palabra y supone dos partes que guardan una relación de dominio o conflicto con respecto a algo (riqueza, territorio, poder o verdad).

Reconciliación es un derecho humano no sólo porque tenemos derecho al perdón, también porque es una exigencia en el contexto actual de crisis valórica y moral.

Así Occidente, y en general todas las culturas, han conducido en binomios funestos que lejos de contribuir a la convivencia y la comprensión nos han separado y enemistado entre la misma especie y nos hemos enseñoreado de la naturaleza al extremo de romper todos los equilibrios y las cadenas que sostienen la vida en el planeta.

Ante el futuro que es nuestra responsabilidad global nos queda establecer la paz. Empero, no una paz fruto de los tratados o de las victorias militares, sino la paz que surge al fin del verdadero y difícil trayecto de la Reconciliación que puede conseguirse por la convergencia en el diálogo auténtico y el entendimiento entre los antagonistas.

La Reconciliación comprende el perdón y la justicia, lo mismo que el reconocimiento de nuestras propias faltas. La Reconciliación es pactar la paz con la tierra como elemento y Casa de la Humanidad, puede decirse Terra Mater et Matrix (La Tierra es Madre y Matriz).

Ahora, está claro que ninguna cultura o religión puede por sí sola resolver los acuciantes problemas del mundo de hoy, aunque cada uno de los sistemas culturales y las religiones tienen respuestas originales para facetas de la variada problemática del mundo.

Así, en el Islam, el Tawhid (unificación); la unicidad y la unidad de Dios, y de todo lo creado contribuye a ver que la naturaleza guarda una relación estrecha, su razón de ser, en Dios, fundamento de lo real. De este modo, lo social, lo humano y lo natural se implican de tal forma que nada de lo que realice el hombre puede atentar contra la naturaleza y la comunidad humana.

El hinduismo y el budismo con el Dharma (orden, justicia, cohesión); el Ahimsa (no-violencia) y la tolerancia religiosa, no causar injuria ni daño a entidad viviente alguna y tolerar las creencias de los otros, harían de este mundo un lugar de paz, un hogar para la realización y transformarían al hombre en un ente compasivo y reconciliado.

De igual modo, el judaísmo, con la doctrina del Tikkun Olam ("enmendar el mundo") y con su concepción de alianza con el pueblo escogido y su visión de la dignidad humana pueden cooperar en el entendimiento de la relación entre el individuo, comunidad y creación.

El cristianismo con su Katallagé o Reconciliación en la que la idea de perdón y justicia se implican para alegría y gozo de los creyentes. El Ágape como centro y fuerza de todo el proceso de la paz humana.

En fin, se necesita ver más allá de nuestros muros de

intransigencia y egocentrismo, y buscar el establecimiento de una Cultura de Paz como cultura de la plenitud y la libertad humana. Por esto, llamamos a la humanidad a la Reconciliación por la paz y la vida. Con la certeza y la fuerza de los que avanzan hacia una meta posible y real y con la confianza que da la libertad, experiencia fundamental del hombre.

Una reconciliación plena de diálogo y acción e iniciativa, conduce a pensar en una triada que es la Reconciliación misma.

Las partes que antagonizan de una manera bipolar: Norte / Sur, Ricos / Pobres, Hombre / Mujer, Jóvenes / Viejos, Católicos / Protestantes, Cristianos / Islámicos, Gobiernos / Ciudadanos, Estados en sí, mayorías / minorías étnicas ( .) Y el tercer elemento, la verdad o el objeto que se disputa.

De ahí que la Reconciliación empiece con establecer como una pauta universal al diálogo, el perdón, la justicia, requerimientos únicos de una paz justa para todos los niveles de la sociedad humana.

La Reconciliación no es un gesto, es una serie de procesos que no se producirán por generación espontánea, sino por la  promoción de todos los hombres y mujeres que comienzan por desear la paz, o que buscan convertir la Tierra, en la promesa cumplida de los milenarios sueños del hombre, bienestar y paz.

Porque necesitamos hacer de la Tierra, otra vez, parte de nosotros, requerimos de una sabiduría nueva, urgimos firmar el "contrato natural" y desterrar de nos ese afán de rapiña de los recursos naturales como si fuesen ilimitados.

Que el año 1999 sea un año de reflexión y acciones concretas de reconciliación.

Reconciliemos al hombre y la mujer, eliminando la violencia derivada de la dictadura patriarcal, y la desigualdad y la presión, explorando las posibilidades de nuevos equilibrios.

Reconciliemos a las religiones, porque en sus núcleos y mensajes, revelaciones o logros de la realidad última y sutil del hombre, claman por la unidad, el amor, la no-violencia y el encuentro con el Otro.

Reconciliemos a la sociedad humana para superar la fragmentación y la pobreza, potenciando la comunicación que impregna todas las actividades sociales y políticas, creando una sociedad sin marginación, explotación y sin alienaciones.

Reconciliémonos bajo el paradigma de la paz, plenos de un sueño antiguo que va al porvenir.


La Iniciativa Mundial de Reconciliación cuenta con el respaldo de
la UNESCO, de la Comisión de Paz del Parlamento
Centroamericano (PARLACEN), del Consejo Mundial de
Iglesias, del Movimiento Internacional de Reconciliación (IFOR),
de importantes personalidades del arte y la ciencia, y empieza a
promoverse entre los gobiernos del mundo y los más diversos
sectores de la sociedad civil a nivel mundial.

 

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