entomofagia: a comer insectos |
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Si eres de los que piensan que "comer" e "insectos" son dos palabras que nunca deberían de usarse juntas, sigue leyendo: podrías llevarte una sorpresa. Lo primero que debes saber es que tú mismo debes haber comido más de medio kilo de insectos en tu vida: los insectos en el grano (gorgojos, por ejemplo) terminan molidos con la harina, como pequeños puntos obscuros en tu pan. Tus frutas ocasionalmente tienen pequeñas larvas. Probablemente, estos insectos no solo no te hicieron ningun daño sino que te proporcionaron un poco de proteína extra. Pero los insectos no solo se comen por accidente. A lo largo de la historia, casi todas las civilizaciones han incluido en su alimentación algunos de los tipos de insectos disponibles en el área (nota). Sin embargo, por alguna razón en la civilización occidental no surgió esta costumbre, y su influencia ha desplazado en muchos casos a las costumbres locales. Según Gene R. DeFoliart, un entomólogo (estudioso de los insectos) retirado de la Universidad de Wisconsin, el hecho de recuperar o iniciar la tradición de ingerir insectos comestibles llevaría, para proteger a estas especies animales, a la conservación de bosques y otras áreas y reduciría el uso de pesticidas y, en consecuencia, la polución orgánica. Es más fácil y menos costoso criar insectos que, por ejemplo, vacas; sería mucho más redituable económicamente para poblaciones pobres criar insectos que ganado.
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