Ciento por uno
Iba yo por el camino de la aldea, cuando tu carroza
apareció a lo lejos, Y al pasar junto a mi se detuvo. Entonces tú
me miraste a los ojos y bajaste Más luego tú me tendiste tu diestra
y me dijiste: "¿Puedes darme alguna cosa?" Yo estaba confuso y no sabía que hacer, entonces
saqué lentamente de mi saco un Pero que tristeza la mía, cuando al caer la
tarde y vaciar mi saco en la arena, Qué amargamente lloré el no haber tenido
corazón, para darme todo.
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