Creces para la vida eterna

Hace días leía en la calle un anuncio que decía con grandes letras negras: "Tú
puedes emprender grandes empresas". No había más palabras, ni imágenes. Esta
frase abarcaba todo el espacio publicitario.

Nunca supe si se anunciaba algún producto, negocio o empleo. Pero la realidad
es que se trataba de un mensaje necesario de aplicar a nuestra propia vida.
Era, a mi parecer, para sacudir nuestra mente.

Hay muchos jóvenes que se lanzan a grandes ideales. Tienen la firme decisión
de no descansar hasta lograr sus objetivos. Son los emprendedores, los
decididos, los que no se dejan intimidar por pequeños o grandes obstáculos.

Pero también hay jóvenes que creen no poder hacer nada. Desilusionados de sí
mismos, no intentan nada más que pasar la vida por encima. Otros no quieren ni
mover un dedo, sino sólo divertirse. Les haría muy bien ver ese gran cartel.

Esta frase debería ser repetida continuamente. Muchas veces.

Siempre me impresionó el ejemplo de un amigo mío. Vivía trabajando. Existía
para trabajar. Le decíamos el "hiperactivo". Era el clásico muchacho de
dieciocho años: alegre, entusiasta, amable. Con sus cualidades físicas atraía
a todas las chicas. Era alto, rubio, delgado y con una simpatía
extraordinaria.

Tenía diversos proyectos. Organizaba las fiestas del colegio. Participaba en
torneos de tenis y, para ello, entrenaba todas las tardes. Trabajaba en las
oficinas de un banco. Recogía a sus hermanos menores del colegio. Asistía a
todas las clases sin falta y, además, se ofrecía para explicar a quien no
entendía las materias.

No descansaba y siempre estaba dispuesto a ayudar. Una vez le pedí si podía ir
a buscar unos artículos que necesitaba de la papelería. Todavía no terminaba
de decirle cuando él ya estaba en su auto.

En el último año de preparatoria los doctores le descubrieron cáncer cerebral.
Un cáncer fulminante que en menos de seis meses terminó con su vida.

¿A dónde se fue tanto esfuerzo que él puso por hacer algo en su vida? ¿Dónde
quedo todo el deseo que él tenía por emprender y finalizar grandes proyectos?
¿Qué sucedió con toda su caridad, amabilidad y simpatía?

Mi amigo se llevó todo consigo. Lo sembró, lo cosechó y lo guardó para el
cielo.

Todos hemos sido dotados de grandes cualidades. Sólo que a algunos nos hace
falta aprovecharlas. A veces pensamos que viviremos muchos años y que ya
tendremos tiempo para hacerlo después.

Este triste acontecimiento nos golpeó muy duro. Algunos de mis compañeros y yo
caímos en la cuenta de que nada vale nuestra vida si no la vivimos bien. No
podemos "pasarla" nada más; hay que meterse de lleno.

El primer paso es el más difícil. Después nos sentiremos motivados por hacer
más y ser mejores. Nuestro mundo actual exige competencia. Se necesitan
muchachos emprendedores y entusiastas.

No sólo por el hecho de haber estudiado medicina y poner tu consultorio la
gente vendrá a verte. Debes mostrar tu habilidad y competencia en tu profesión
y eso no sólo requiere un "diez" en el examen.

Sácale "jugo" a esos dones recibidos. Muchos te ha dado Dios. No los guardes
para que sean vistos en el "baúl de los recuerdos" después de tu muerte.

Para triunfar hay que emprender. Y sólo logra llegar a la cima de la montaña
quien desde un inicio está decidido a hacerlo.

Muchos han podido. ¿Quién dice que tú no puedes?

Aquí se trata de tu vida y eres tú el "director de la compañía". Es una
empresa y hay que saberla administrar. Inviértela en grandes negocios y hazla
fructificar con creces. Con creces para la vida eterna.