¡No
empieces el día de hoy con las espinas de ayer!
El día de ayer y todos los días y años
anteriores han pasado ya,
están enterrados en el Tiempo.
Y no puedes cambiar ya nada en ellos.
¿Te
han quedado espinas?
¡No las traigas arrastrando!
Porque seguirán pinchándote cada día hasta
no dejarte vivir.
Hay espinas
que puedes sacudirte
echándoselas en las manos a Dios.
Hay heridas
de espinas que puedes curar
si sabes perdonar de veras.
Pero hay heridas que no podrás ya curar con todo el amor
de este mundo.
¡Olvídate de que existen!
¡Quita el cristal de aumento de encima de tus calamidades!
Autor
desconocido
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