Un hombre renegaba diciendo que Dios no había sido generoso
con él. Entonces un amigo suyo, millonario, le propuso un negocio:
"¿Quieres venderme tu pie izquierdo por $ 5,000,000 para
injertárselo a uno que lo perdió en un accidente? A ti te pondrán
uno de caucho muy fácil de lidiar."
"No... jamás", respondió el que renegaba.
"¿Y no quisieras venderme tu mano izquierda que es la que
menos usas por $ 10,000,000 para colocársela a uno que la perdió
en una caída?"
"Nunca... jamás", respondió el otro.
"¿Y no quisieras vender un riñón por $ 15,000,000 para
injertarlo a uno que se está muriendo en un hospital? Te lo
pagamos al contado porque el que lo necesita es sumamente rico."
"Pero... ¿qué es eso que me propones?", contestó el
amigo. "Si yo no vendo mis riñones."
"Bueno," añadió el interlocutor, "ahora te hago
una úlltima oferta. Conozco un millonario que ofrece $ 5,000,000
por un ojo para que le cambien a él uno que ha perdido. ¿Quieres
venderlo? Te queda otro ojo y te pondrán uno de vidrio, muy
hermoso."
"Ya te he dicho que no", digo el renegante. "Por
ningún dinero del mundo vendo yo parte alguna de mi organismo."
"Bueno, bueno...", le dijo entonces su amigo, "entonces
de hoy en adelante no digas que Dios no ha sido generoso contigo.
Te ofrecí $ 80,000,000 al contado por la décima parte de tu
organismo y no quisiste. ¿Y todavía te parece poco lo que Dios
te ha regalado?"
El otro nunca había pensado en los valores que el Señor le había
concedido.
¿Por qué no hacer el inventario de los bienes que hemos recibido
para así vivir con mayor alegría y optimismo? ¿Por qué vivir
pensando en el 10 por ciento de las cosas que nos hacen sufrir
y no recordar el 90 por ciento de las cosas que nos sucede bien?
- Autor Desconocido -
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