Mas que una mosca

Tres científicos subieron a un monte muy helado a realizar sus investigaciones sobre la fauna de la cúspide del monte. Cuando se encontraban ya a mucha altura, uno de ellos encontró una mosca, algo imposible para semejante altura, pues debido al frío ninguna mosca conocida podría vivir en aquel lugar. Al analizarla atentamente, uno de ellos soltó el llanto. Los otros dos le preguntaron el motivo de aquel llanto, a lo que El respondió:

— ¡Esta mosca tiene el cuerpo cubierto de vellos que protegen su cuerpo!

Los otros dijeron:

— Sí, es sorprendente pero, ¿por qué lloras?

A lo que el científico contestó:

— Siempre he dicho que con todas las guerras, hambres, terremotos y cosas
que pasan en el mundo Dios no tenía tiempo para mí. Sin embargo, ahora, viendo como no se olvidó de proteger el cuerpo de este pequeño insecto, me doy cuenta de que si cuida así a esta pequeña criatura ... ¡Cuánto más valgo yo para Él! He sido muy injusto.»