Te hecho de menos, Niño

Te hecho de menos, niño, con tu pronta sonrisa y
tu ignorancia del dolor.
Entrabas en la vida y la devorabas, sin nada más
que nubulosos objetivos por compañía.
Tu corazón latía con fuerza cuando cazabas ranas,
y capturaste una tan grande que no te cabía en una mano sola.
Vagabas con tus amigos por bosques silenciosos donde
de pronto te asustaba un puerco espín furtivo.
Las cerillas eran un misterio que encendía fuegos y
devoraba hojas con un hambre feroz.
No había tiempo para significados:
un caramelo los aportaba en la punta de un palo.
Una navaja en el bolsillo te proporcionaba tranquilidad
cuando se habían ido los amigos.
Una flor en los bosques tapada
por un viejo tronco arrugado;
un perro que bailaba y te lamía los dedos
 y te mordisqueaba los pantalones,
un partido de fútbol inesperado,
un vaso de sidra, el canto de un grillo.

¿Cuándo perdiste la vista y el oido?
¿Cuándo dejaron tus pupilas gustativas de temblar?
¿Cuando se inició esa torpeza , ese miedo creciente,
esa disputa con la vida, exigiendo significado y contenido?
La enloquecida búsqueda es el premio del ocio.
El dolor que te prohíbe ser niño.

                                          James Kavanaugh
 
 
 

1