Reporte a
Jorge Bucay
Periodista:
¿De qué cosas tiene que hacerse cargo el hombre
y de cuales la mujer?
J. Bucay:
Creo que hay que hacerse cargo de uno mismo. Si usted y yo fuésemos
pareja, yo tengo que hacerme cargo de mí, y quizás
un ratito de mi pareja, pero jamás de usted. Y usted
tiene que hacerse cargo de usted y quizás de nuestra
pareja, pero nunca de mí. El día que entendamos
esto vamos a entender aquella vieja historia que dice así:
Una vez
un guerrero indígena muy respetado y la hija de una mujer
que había sido matrona de la tribu, se enamoraron y se
amaban profundamente, y habían pensado en casarse, para
lo cual tenían el permiso del cacique de la tribu.
Pero antes
de formalizar el casamiento fueron a ver al Brujo, un hombre
muy sabio y muy poderoso, que tenía elixires, y conjuros,
y hierbas increíbles, para saber si los astros estaban
a su favor, si los Dioses los iban a proteger.
El brujo,
les dijo que ellos eran buenos muchachos, jóvenes y que
no había ninguna razón para que los dioses se
opongan.
Entonces
ellos le dijeron que querían hacer algún conjuro
que les diera la formula para ser felices siempre... El brujo
les dijo: "bueno hay un conjuro que podemos hacer, pero
no sé si están dispuestos porque es bastante trabajoso".
"Sí,
claro" le dijeron.
Entonces
el brujo le pidió al guerrero que:
1) escale
la montaña más alta
2) busque allí al halcón más vigoroso,
3) el que vuele más alto,
4) el que le parezca más fuerte,
5) el que tenga el pico más afilado,
6) y que vivo, se lo traiga.
Y el brujo
le dijo a ella:
1) a ti
no te va a ser tan fácil:
2) vas a tener que internarte en el monte
3) buscar el águila que te parezca que es la mejor cazadora,
4) la que vuele más alto,
5) la que sea más fuerte,
6) la de mejor mirada,
7) vas a tener que cazarla sola, sin que nadie te ayude y vas
a tener que
traerla viva aquí.
Cada uno
salió a cumplir su tarea.
Cuatro días
después volvieron con el ave que se les había
encomendado, y le preguntaron al brujo: "¿Ahora
qué hacemos?, ¿las cocinamos?, ¿las comemos?,¿tomamos
su sangre?, ¿qué hacemos con ellas?"
El brujo
les dijo: "Vamos a hacer el conjuro que se llamará:
¿volaban alto?"
"Sí"
le dijeron.
El brujo
pregunto a ambos: "¿eran fuertes sus alas, eran
sanas, independientes?
"Sí"
contestaron.
"Muy
bien", dijo el brujo, "ahora átenlas entre
sí por las patas y suéltenlas para que vuelen".....
Entonces
el águila y el halcón comenzaron a tropezarse,
intentaron volar, pero lo único que lograban, era revolcarse
en el piso, y se hacían daño mutuamente, hasta
que empezaron a picotearse entre sí.
El brujo
de la tribu les dijo: "Este es el conjuro si ustedes quieren
ser felices para siempre: VUELEN INDEPENDIENTES Y JAMÁS
SE ATEN EL UNO AL OTRO"...
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