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La Danza
La danza, que no es más que el ritmo percibido visualmente, nació de la observación instintiva de que el ritmo es el elemento que domina el movimiento universal. Todo en el cosmos se encuentra en constante movimiento rítmico. El universo de galaxias, estrellas, planetas y satélites constituye desde el principio infinito de su existencia una gran creación rítmica moviéndose a través del espacio: planetas circunvolando sus soles; satélites circunvolando sus planetas; nuestro propio planeta girando al mismo tiempo alrededor de su eje, en un diseño de movimiento que se repite en cada átomo de la materia y produce la sucesión también rítmica del día y de la noche, las mareas, las fases de la luna, las estaciones del año. En ese cosmos en perpetua moción de la vida misma sigue un ciclo rítmico de nacimiento, madurez, vejez y muerte, y se mantiene gracias al rítmico de latido del corazón y de otros reflejos automáticos del organismo.
La danza se convirtió en un significativo factor religioso, político y cultural. Los hombres primitivos desarrollaron danzas rituales para cada evento en su vida. Por medio de danzas imitativas trataban de provocar el resultado deseado. Antes de partir a la caza los danzantes se disfrazaban de animales, osos, bisontes, imitando los movimientos y mimetizando la muerte de la presa. Después de la caza trataban, por medio que revivía el espíritu del animal, de apaciguar sus iras para asegurar el éxito en cacerías venideras.
