Juega algún día a encontrarte.
Juegos, desnudos
enfrentados repentinos
masturbados mutuamente
cuerpo a cuerpo
estallando muy torpes
esporas de aquellas frases
...no hay que decirlas
primero en el espejo,
después, nos vamos
¿irresponsables? tal vez.
La responsabilidad monstruo
un puterio enorme
violador morboso, burlón
de nacimientos fugaces
de polen efímero, brutal
que necesitábamos
algunos
desesperados por vivir
¡la prisión! 
sofocándonos
la desesperación de hablar
tras los muros
estrellar la mueca informe
contra esa masa indestructible
para decir las palabras
insustanciales, inanimadas.
La pupila encadenada
la silla eléctrica, el infiernito casero
la muerte perpetúa
y el ave castrada
violando por los cielos
con la niña pájaro en sus garras
sacudiéndose
tocando un violín
llorando notas disonantes
escapándose de ti
al aire infinito
 

Erick Gálvez