Pensé titular mi nota de la siguiente manera: Mujeres, flores y chiles. O Chiles y mujeres. No. Imposible. Iban a pensar en una exposición erótica y no en lo que es. La verdad es que pocos pintores se atreven a pintar chiles por su doble significado, aun siendo que es uno de los ingredientes alimenticios por el que somos conocidos en el mundo. Roberto Rivera sí se atreve y nos da, en pocos cuadros, este sabor mexicano, picante pero sabroso.Se atreve con los chiles pero también se atreve a darnos colores fuertes, colores que nos impacten, que nos duelan, que nos hagan gozar. Para calmar nuestros ánimos nos muestra a dulces mujeres vestidas a la moda de los cuarentas del siglo pasado, todas arregladitas, con sombreros y no con pelos sueltos, aretes en las orejas, en los párpados, en la nariz y vaya usted a saber en que otros lados. Estas mujeres no, ellas se colocan para que las admiremos, para que les digamos cosas bellas, para que les llevemos flores como las que él mismo pinta. Mujeres para que les hable al oído un Amado Nervo o un Gustavo Bequer. Me encantaría poner los chiles en mi comedor para que me estimulen el apetito y a las mujeres en mi recámara para…Felicidades Roberto.
Tomás Urtusástegui
México, D.F. a 24 de Noviembre 2004